jueves, 14 de noviembre de 2019

Noche de contrastes. BAJA CALIFORNIA + DUENDELIRIUM. AVILÉS, 08.11.2019. Crónica y fotos.


Por Jorge López Novales y Julia Martínez-Lombó Testa.

Este fin de semana tuvimos una intensa cartelera de conciertos en Asturias. Digamos que el fin de semana empezó el jueves con Oliver/Dawnson Saxon en Gijón, el viernes arrancaron las dos jornadas del Wolfest y el sábado tuvimos a Fullresistance, Arenia y Dunedain en Avilés.


¿Está la escena saturada? La eterna pregunta. Pienso que el fan asturiano de Saxon, más estrictamente “heavy” de toda la vida, no va a tener la oportunidad de ver esas canciones al lado de casa, el Wolfest tiene su propio público y un público más estrictamente power metalero tuvo su momento el sábado. Así que cada uno de estos conciertos no debería haber tenido problemas para movilizar a su gente. Pero no es una ciencia exacta y el concierto que cayó de jueves no tuvo mucha asistencia como os contará Larry en su crónica. Ser promotor quita el sueño.

Duendelirium

Yo os voy a hablar del concierto que tuvo lugar el viernes en el Paseo Malecón. De primeras al ver el cartel de este día puede decir, ¿Duendelirium?. A mí me sonaban por circunstancias personales, imaginaros al resto. A diferencia del desastre que tuvo lugar hace dos semanas en el mismo lugar, se contó con una banda local, aunque no de Avilés, “Baja California”.

Si uno escucha Duendelirium sin ningún tipo de referencia… Hay veces que en conciertos encontramos bandas que nivel estilístico no tiene mucho que ver, se abarca para dar el gusto al mayor número de personas. Pero es que entre el Hard Rock de Baja California y Duendelirium con su Gothic Folk metal estábamos ante un mundo de distancia.  Incluso en Diario de un Metalhead sería complicado reseñar este estilo, ya que nos atenemos al metal. No quita que Diario desde el principio anunciara este concierto.

Baja California

Cuidado, no nos estamos metiendo con que si lo hicieron bien o mal. Personalmente me acerqué a ver a la buena gente de Baja California y con mucha curiosidad de ver lo que ofrecía en directo Duendelirium.

Lo primero que hice al entrar en sala fue respirar aliviado. Estaba presente Pablo Viña, técnico de sonido metido en todo los fregaos y que hace que podamos disfrutar de un concierto sin salir sordos. Eso garantizaba unas condiciones sonoras, cuanto menos, aceptables.

Baja California

Hubo muy poca asistencia cuando empezó Baja California. La banda afrontó con buena actitud el concierto, siempre lo hacen. Digamos que era un buen ensayo general de cara al concierto de Diciembre con Uzzhuaïa. Estrenaron nuevo bajista, Matías Vega, dado que Joel tiene compromisos laborales hasta fin de año, y les echará hasta entonces una mano.

Manu estaba muy jodido. Cantó con gastroenteritis y todo lo que esto trae consigo. Hizo que fuera puro “rock and roll” tomarse suero a lo largo de concierto, por suerte no tuvo la actitud “punk” de vomitar en el escenario. Fuera bromas, lo dio todo, con una actitud impecable y haciéndolo realmente bien vocalmente hablando.

Baja California

¿Qué os voy a contar de los demás? Pura actitud en el escenario. Los niveles de complicidad se han elevado. La última vez que los vi fue en un escenario diminuto, aquí tenían más sitio para hacer el mal, pese a que como dice Larry en la crónica de Dunedain, sigue siendo un escenario reducido. Hasta el batería, Drest, les roba protagonismo ya sea destrozando su batería, cantando o ganándose al público con sus comentarios. El más tímido fue su bajista, hay que dar tiempo. Yo también me escondería.

Nos ofrecieron un repertorio extenso que incluiría temas clásicos en sus conciertos como “Trozos de Cristal”, con la que abrieron su actuación, “Es la hora”, “Polvos mágicos” o “Reina del hielo”, en la que como ya va siendo habitual insertaron un fragmento de “Thunderstruck” de AC-DC. Entre los catorce temas que componían su set list no faltaron referencias a su primer trabajo; “Baja California”, “Lejos del final”, “Hoy toca no dormir” o la citada “Es la hora”, que se  alternaron con cortes de su último disco y con la versión de “Shout” de The Isley Brothers. Sin duda no dejaron a nadie indiferente, haciendo que sus compañeros de escenario esa noche se sumasen al público y a la fiesta. Aaron y Javi bajaron con sus guitarras del escenario para tocar entre los asistentes al concierto. Finalizaron su concierto con un Manu exhausto emplazándonos a la cita del 20 de diciembre.

Baja California

Llegó el turno de Duendelirum con su gira Ragnarok. Empezaron con algo de retraso ya que a la preparación del escenario (instrumentos y decorados) hubo que sumar ciertos problemas técnicos con las pistas de sampler, hay que decir que la banda cuenta con bastantes pistas pregrabadas en su actuación. Vinieron desde Madrid a ofrecernos su mundo, un mundo entre la mitología nórdica, los piratas, el medievo, todo ello mezclado con ritmos y referencias arábigas. Hay cosas que no perdono, pero que tal vez se ajusten más a este estilo. Por ejemplo, nunca había visto una batería electrónica sobre un escenario, y las líneas disparadas desde la mesa me resultaron demasiadas.

Duendelirium

Sin duda lo más destacable es la puesta en escena. Una imagen muy cuidada, con todos los músicos vestidos y maquillados en alusión a ese Gothic Folk metal con el que se autodescriben y con el escenario maqueado para la ocasión con enredaderas aquí y allá y la batería cubierta de una especie de telas de araña y ornamentos varios.

Duendelirium se consideran un Galeón en torno al cual construyen toda su estética, su historia y sus temas, que, como comentaremos, van describiendo y relatando en el propio concierto. Una tripulación de cuatro miembros forma este universo, donde destaca la intervención femenina. K’s (Cassandra Roca) ocupaba la batería vestida de blanco, entre medieval y étnica, aportando color con su pelo azul y el maquillaje tribal, me sorprendió que tocaba descalza, en una batería clásica no creo que esto pueda hacerse. Las voces femeninas de Selene y Thazz contrastan bastante tanto en registro como en estética, dejando para la primera (Dafne Isil), de voz algo más grave, el aspecto más guerrero y para la segunda (Tania Alonso) registros agudos que se alternaba con sus intervenciones como flautista. La voz principal recae en M. Drake (Fernando Cascales), un personaje entre mago y capitán pirata, al más puro estilo Tim Burton, se ocupa de las voces, pero también del violín y la guitarra electroacústica que se alternan en el acompañamiento de sus temas.

Duendelirium

Contaron con la colaboración de un segundo flautista, Zagar Brions en temas como “The taste of the rain” o “Ragnarok”.

En “The Witch and the wolf” pudimos ver a Cassandra abandonar la batería para unirse a las voces femeninas. Tanto en este tema como en los siguientes “The Taste of Rain” y “Huargos” es ella quien realiza la explicación que la banda introduce antes de interpretar cada tema. En el resto de canciones Fernando Cascales nos ofrecería estas presentaciones. Esto nos permite conocer el porqué de cada letra, pero resulta en ocasiones excesivo y algo pesado, al romper con el discurso musical propio de un concierto.

Duendelirium

Duendelirium combinan los temas en inglés con otros en castellano como los incluidos en el set list del viernes “El exilio de las hadas”, “Adamas”, o “Sangre y ron”. Cerraron su concierto con “Unleased the beast” y “The Black mountain”, un tema a capella, donde los cuatro músicos se adelantan en el escenario para cantar en formación coral.

Sin duda fue una noche de contrastes musicales que bien hubiera merecido una mayor afluencia de público.


© Diario de un Metalhead 2019.

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