Por Larry Runner.
Hasta ahora, sin duda, el concierto del año. El esfuerzo mereció la pena. Y es que, llegados a casa, echamos cuentas, y entre el avión, el hotel, las compras, los desayunos, comidas y cenas, y lo que privamos, este ha sido, con diferencia, el concierto más caro de nuestras vidas.