Texto: Larry Runner.
Fotos: Juan Tomé Nestal.
Era miércoles, jugaba el Madrid y la semana estaba saturada de conciertos como nunca antes en la vida, y mira que hemos visto burradas en Asturias. Pero yo tenía aún esperanzas de que la gente acudiese a la Sala Acapulco gijonesa en un número digno. Sí, quizás sea un romántico, como los promotores del evento, pero coño, no todos los días nos visita ni la mitad de CINDERELLA ni el batería de WHITE LION. Por aquí pasan muchas bandas, pero no todas con músicos con un pasado tan brillante, con gente que forma parte de la historia y que saben lo que es llenar estadios y ser nº1 en USA.
Pues ni por esas, ni siquiera por curiosidad. Cuatro gatos y lejos del centenar para ver a un cuarteto con unas tablas impresionantes, lo cual ya nos imaginábamos. Yo no he tenido la suerte de haber visto nunca en mi vida a WHITE LION, a pesar de que tengo hasta singles de vinilo promocionales suyos de cuando en tiempos mozos dirigía en Radio Turón el Esclavos de las Cuerdas que tantas noches de alegría nos dio. Pero sí pude disfrutar hace un par de años de CINDERELLA en vivo, y un concierto así, no se lo puede perder uno. Ni siquiera yo que madrugo todos los días bastante más de lo que me gustaría y que los jueves por culpa de la radio acabo pillando la cama pasadas las 2 de la madrugada.
Eric Brittingham al bajo y Jeff LaBar a la guitarra, se sabía que íbamos a disfrutar de temas de CINDERELLA. Vale que la voz de Brandon Gibbs no es la de Tom Keifer. Keifer es inimitable. Pero las canciones son las canciones, y si la sala se abarrota para sentir las canciones de unos imitadores de LED ZEPPELIN o de un tributo a IRON MAIDEN, mayor era la razón para pensar que habría gente para escuchar los temas de CINDERELLA de las manos de sus protagonistas. Pero no.
pocos fuimos los que disfrutamos del Falling Apart At The Seams inicial y de temas que nos transportaron a tiempos musicales mejores.
Así que unos pocos fuimos los que disfrutamos del Falling Apart At The Seams inicial y de temas que nos transportaron a tiempos musicales mejores. De esta afirmación cada día estoy más seguro.
Canciones como Heartbreak Station o Gypsy Road forman parte de nuestras vidas y fue sencillamente sensacional disfrutarlas. Otras que no conocía se quedaron por el medio, desgraciadamente, y es que no todo el concierto fue a base del repertorio de CINDERELLA. Lo que sí me quedó claro es que Brandon Gibbons es un estupendo cantante y lógicamente alguna de su banda nos cantó.
Presentaron un tema como nuevo, titulado curiosamente Heavy Metal, aunque de eso tenía poco, era puro hard rock, como también lo fue la versión del Billie Jean de Michael Jackson. Alucinante la transformación del tema
Con las que más disfruté fue con Nobody's Fool y con el Home Sweet Home de MÖTLEY CRÜE que nos soltaron en el bis, en donde también sonó una parte del Imagine de LENNON. ¡Ah! Y que no se me olvide, con el Radar Love de GOLDEN EARRING que en su día se curraban los WHITE LION. Siempre me gustó esa canción, sobre todo cuando la cantaba Mike Tramp. Sí Troy Partrick Farrel, el batería, también tuvo sus momentos de gloria. No era para menos. Cualquiera que sea aficionado al hard rock potente, tendrá en su casa varios discos con el rubiales a los tambores. Fue también batería de la banda de JOHN CORABI e incluso de PRETTY BOY FLOYD. Lo dicho, figuras, cracks, de esos que podrían pasarse horas y horas tocando canciones que forman como digo parte de de la banda sonora nuestras vidas. Muy grandes.
Antes actuaron unos SHOCK! HAZARD que preguntando a la gente gustaron bastante. No fue mi caso. El joven power-trío sueco puso mucha actitud en el escenario, en eso no les gana nadie, pero encontré sus canciones faltas de gancho. Vale que no me conocía los temas, pero otras muchas veces he visto a bandas de las que no conozco un triste riff y me he marchado con disco y camiseta.
Gracias de corazón a KIVENTS y a GMF por traerles. Vosotros también sois muy grandes. Que pena que vuestro trabajo se recompense mejor en otras tierras.
© Diario de un Metalhead 2014.