LUJURIA
Sala Otto, Xixón. Sábado 20 de Noviembre de 2010
Son muchos los que dan cera a Lujuria. Algunos les dan caña sin control, y lo más triste es que muchos de esos que les dan palos, luego hablan maravillas de grupos de pipiolos capaces de sacar un disco antes de haber escuchado media docena.
Y es que Lujuria pueden gustarte más o menos, menos o más, probablemente no sean unos virtuosos, pero probablemente sean el grupo más honesto del heavy metal del estado español. Su último disco, La Llama Eterna me gusta menos que nada, pero en directo no me los perdí e intentaré no perdérmelos jamás cuando se acerquen por estas tierras.
Al frente de la banda, está uno de los hombres con más carisma de este país. El señor Oscar Sancho sabe bien de sus limitaciones, pero esa falta de voz la compensa con un saber estar sobre las tablas que no tienen el 90% de los cantantes que puedas ver a día de hoy en un escenario entre Tarifa, Finisterre y los Pirineos. Sin Oscar, Lujuria no existiría. El resto de los miembros podrían ir cambiando, pero al frontman que ni nos lo toquen.
En 2006 sacaron el que para mí es su mejor trabajo “... Y la Yesca Arderá”. Una obra maestra, que presentaron con una edición limitada numerada en caja de madera de la cual guardo la copia 3.472 con mucho cariño, y que imbécil de mí, una vez más volví a dejar en casa en vez de llevarla para que me la firmaran como es debido.
Vinieron a Xixón, a la Otto, tras varios años de ausencia de tierras asturianas, Oscar decía que cinco, yo creo que no son tantos, aunque quizás me líe por haber estado el año pasado viéndolos en la Heineken madrileña. No fuimos demasiados los que nos acercamos a verlos, pero sí más de los que he visto en los últimos conciertos de la Otto con Vicious Rumors o Poncho K, por ejemplo. Eso sí, los que se acercaron eran de los buenos, y a pesar de que el público no era muy numeroso, si que en todo momento estuvo entregado y el ambiente era de los de grupo grande. Nunca vi en las puertas de la Otto a tanta gente esperando a que se abrieran las mismas. Buena señal de que el público tenía hambre de heavy metal y ganas de pasar un buen rato. Eso a pesar de que apenas habían pasado veinticuatro horas de la descarga de Primal Fear en Turón, algo que mis piernas y mis ojos no dejaron de recordarme en toda la noche en forma de cansancio y sueño.
Puntuales, a las doce y media de la noche comenzaron su actuación con la voz en off de Oscar “recordando” la visita de Benedicto XVI para enseguida empezar a escuchar los acordes de “Esta es una noche de rock & roll” de los Barricada, tema que fue continuado por “El heavy no es violencia” en homenaje al tristemente desaparecido y amado Pedro Bruque. Ambos temas de inicio, pertenecientes a su último y ya nombrado trabajo “La llama eterna”.
Entre canción y canción, Oscar tuvo tiempo para meterse con todo aquel canalla que le venía a la cabeza, siempre de forma merecida. También para dar las gracias y acordarse de alguna que otra gente que también se lo merecía, y para recordar con cariño a otros muchos.
Tras mi favorita “Joda a quien joda”, llegó “Dejad que los niños se acerquen a mí”, que fue "dedicada" a la “periodista” Curri Valenzuela, la cual la muy paleta en su día calificó de pederastas a la banda. Está claro que la gente no entiende nada de nada. O lo que es más triste, a veces no quieren entender y sí hacer daño. En su día ésta fulana en su programa de Telemadrid acusó a la banda de fomentar el abuso a menores, cuando la canción precisamente denuncia eso por parte de la Iglesia Católica. Quizás no se molestó en interpretar la letra, quizás sea tan estúpida como para no entenderla, o quizás simplemente quería tirar mierda encima de la ministra de cultura y de la banda a sabiendas de que lo que contaba era mentira y unicamente por hacer daño. El caso es que en su día a la banda les buscó un problema y Oscar se encargó de recordárnoslo. Mientras por una parte esta señora sin cerebro dice estupideces sobre el “rock duro” como lo etiqueta ella, otros como Pérez Reverte (1) hablan en su columna de que a día de hoy las únicas letras decentes en el rock se encuentran en el heavy metal. ¡Que cosas!
Llegados a ese punto de la noche, Oscar aprovechó un momento para dar las gracias a Chalseto y su chica a los que calificó de “motor del rock asturiano”, a la Sala Otto, por apostar ahora ciegamente por el rock, ojalá dure, y a Ian, “el técnico de sonido de Warcry que hace que sonemos de puta madre como en los 80”. Y es que una cosa es muy cierta, el sonido fue durante toda la noche excelente.
Le dedicaron “Estrella del Rock” a Javier Gálvez, mánager entre muchos otros de leyendas como Saratoga, Medina Azahara, Silver Fist, o Sobredosis y que tristemente murió víctima de un infarto el pasado año.
“Estrella del porno” también tuvo dedicatoria especial. En este caso al “héroe local”, a Victor García y a otros músicos asturianos, pues fue entonces cuando se acordó también de noches compartidas con la gente Northwind, Darksun, Vendaval, Omenomejodas, Avalanch y por supuesto Warcry. Tuvo buenos deseos para todos ellos.
La lista de éxitos se vio interrumpida por la interpretación de “La Gorda”, tema de los también segovianos Tyc. Tyc fueron una banda de heavy metal originarios de Dyc, que en los ochenta intentaron asomar la cabeza sin éxito, y cuyo mayor mérito fue aparecer alguna vez en la revista Heavy Rock. A esta formación perteneció Jesús Sanz “el chepas”, guitarrista de la banda y en esta gira están interpretando el tema a modo de recuerdo.
Sonaron otras grandes canciones de la banda como “Las tablas de Moi-sex”, “Jeckyl y Mss. Hyde” , “La favorita del rey” y así hasta 16 temas. Para “Goliardos” Oscar se bajó de las tablas e interpretó el tema entre el público, acudiendo hasta la mismísima mesa de sonido para en señal de gratitud estrechar la mano de Ian por el buen trabajo realizado durante la noche. De mi favorito “... Y la Yesca Arderá” solo tocaron “Traidores y Criminales contra nosotros batallan”, y terminaron con la versión del “Destrucción” de los argentinos V8 y perteneciente también al último disco “La llama eterna”.
Luego llegó el bis con “Merece la pena” y terminaron con “Corazón de Heavy Metal” en plan fin de fiesta, y donde un fulano subió al escenario para no bajar y estropearnos a todos la mejor canción de la banda. Incomprensible que un tío se suba al escenario para luego no bajar y quedarse como un idiota arriba. Nadie debería subir al escenario si la banda no lo pide. Pero si te subes, luego te tiras abajo inmediatamente, como dice Oscar Sancho, “como en los 80” y no te quedas arriba como un pasmarote incomodando a la banda. La gente paga por ver a Lujuria, no por verte a ti. Me da igual lo fan que seas de la banda, les estás faltando al respeto a ellos y a los que han pagado por verlos y que son mucho más educados que tú y no suben al escenario aunque algunos darían la vida por ello. Quizás esa falta de educación algunos solo se la guarden en el bolsillo teniendo a un gorila dando ostias. Triste momento el que nos toca vivir en la actualidad teniendo que aguantar a imbéciles de estos cada vez más a menudo. Hace bien poco tres gallegos nos acortaban el show de Uzzhuaia en la Acapulco con sus continuas invasiones al escenario y con Lujuria tuvimos también a un estúpido de estos.
Al fastidiar la fiesta este fulano, tocaron para cerrar y en homenaje al también difunto Roonie James Dio, el “Long Live Rock & Roll”, que al menos sirvió para que se despidieran como es debido.
En definitiva una buena fiesta en un día agotador en lo personal, pero que el buen hacer de la banda hizo que me lo pasase realmente bien.
Desde aquí un ultimo mensaje a la señora Valenzuela y su clan de ignorantes. Si se quiere usted meter con depravados, no apunte hacia no debe. Mire entre sus amigos, como el director de El Mundo. No es a los metalheads a los que nos gusta que nos metan fustas por el culo, es a sus amistades “intachables”. Tenga cuidado, porque moviéndose entre esa gente uno nunca sabe como puede tener su esfínter al día siguiente. Si quiere leyendas urbanas utilice a Alejandro Sanz o a Ricky Martin.
© Larry Runner 2010
Nota:
(1).- El texto de Pérez Reverte sobre el heavy metal aquí.