jueves, 21 de noviembre de 2019

Tocaron poco. VENDAVAL, Gijón 16.11.2019. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Jorge López Novales.

Fue una velada especial. El que además nos hicieran formar parte de ella ya fue el top. Una noche de alegría pero también con un punto de nostalgia. Lo mejor fue como terminó, entre abrazos y sonrisas y con el backstage lleno de caras de satisfacción. Lo contamos.

Llevábamos meses anunciándolo. Contándolo aquí y en la radio. Vendaval vive su mejor momento, con una formación estable formada por buenos músicos que además transpiran juventud y ganas. Era sin duda el momento ideal para inmortalizar una actuación en vivo, algo que quedase para el futuro, que se guardara para siempre. Así que el pasado sábado fue la fecha elegida para ello y allí estuvimos. No nos lo queríamos perder.


No iré contando todo lo que aconteció a lo largo de la noche, solo lo extraordinario, aunque a pesar de ello esta crónica será extensa, pues fueron tantos los momentos especiales que solo con narrarlos ya será esto más largo de lo que yo deseara. Intentaremos que no sea un ladrillo.


La Sala Acapulco nos recibió con los brazos abiertos y con música asturiana sonando de fondo. Arenia, Monasthyr, Legacy of Brutality, Kirlo, Inntermezzo ... en una selección preparada por esta casa a la que Pablo Viña le dio calor nada más abrir las puertas de la sala. Un Viña que se volcó con la banda como si fuera la suya propia y que desde la mesa hizo que todo sonara bestial.


Hacía un par de semanas que nos habían sumado a la causa. Necesitaban alguien que hiciera una pequeña presentación y allí estuvimos, porque siempre hemos estado a su lado y en la noche más especial no nos podíamos negar.


Soy una persona que odia los micrófonos cuando estos se encuentran frente al público. En la radio no hay ningún miedo, es un medio natural, pero enfrentarse a la gente sobre las tablas es distinto. Además es muy arriesgado, y lo sé, porque siempre que veo a alguien en la tesitura en la que yo me vi el pasado sábado, nunca me gusta. Eso sí, había dos cosas que tenía muy claras, había que ser breve -pues el protagonismo esa noche tenía que ser para otros- y no había que dar voces, porque lo de las voces molesta siempre, en una conversación normal y en el micro. No hay necesidad ninguna de levantar el tono para hacerse notar. Así que fuimos breves y el grito se quedó para solo una palabra, la que había que gritar: Vendaval.


Una vez presentados nos fuimos a verlo desde el público para ahora poder contarlo. Jorge os lo ilustra con sus imágenes, tomadas desde la primera fila no sin antes hablar con la gente de las cámaras para buscar la mejor situación sin interrumpir lo más importante, la grabación del video. En ese sentido, gracias compañero por las magníficas instantáneas que ilustran esta crónica. Siempre te las doy, pero en esta ocasión lo hago además aquí, en público, porque sé que no fue fácil. Porque además de las cámaras de video estaba por delante en todo momento el compañero Xurde Margaride inmortalizando también el momento como fotógrafo oficial de la banda. Tomando las instantáneas que a buen seguro ilustrarán luego la posterior edición del álbum en vivo.


Vendaval presentaron un larguísimo show de más de dos horas en el que ofrecieron un extenso repertorio formado por canciones del pasado, del presente y hasta del futuro, pues disfrutamos incluso de una canción aún inédita: “Amanecer”, que llevaba un pronunciado tono Power Metal.

Fue show lleno de sorpresas y cargado de emociones, con un público que no falló y que cumplió con el papel que se espera de la gente cuando se celebra una ocasión así tan especial como es la grabación de un disco en vivo. La audiencia ha de ser también protagonista y lo fue. En ese sentido, cumplimos.


“Ruinas de Libertad”, el tema con el que cierran su último “Por el Tiempo” fue el curioso comienzo de la noche. Detrás uno de sus temas clave, “Guerra Civil”, perteneciente a su debut que recientemente ha sido reeditado por Leyenda Records en una preciosa edición de lujo con varios bonus. El comienzo sirvió para ajustar todo, que la banda empezase a rodar y que los nervios fueran desapareciendo. Para la cuarta, la hardrockera “Despertar” la nave iba a toda vela con un Iván Peinado que se lucia a las teclas.


En estos primeros compases de la noche la banda salió como sexteto. Así fue a lo largo de casi toda la noche, pues sumaron a Javi González de Monasthyr y hoy en día también de Last Days of Eden para darle más consistencia al sonido con una segunda guitarra. 

Me detengo en “El Puente del Ahorcado”. Dotaron a la canción de una introducción especial con Txema Trinidad a la voz acompañado solo por Iván Peinado al piano para luego entrar en acción el resto de la banda y que el tema acabara sonando a la versión del disco. Vino a mi memoria aquel ensayo al que fui invitado en sus comienzos por aquella primera formación. Maldita nostalgia lo que nos hace sufrir a veces.


Detrás llegó la versión del “Embrujada” de Tino Casal para la que contaron como ya sucediera en “Por el Tiempo” con la presencia de Luismi Fernández. Fue uno de los mejores momentos de la noche, con un Luismi al que vimos disfrutar de lo lindo cantando a dúo con Txema, que para entonces ya no paraba de sonreír y al que veíamos disfrutar.


Sobre la felicidad del vocalista quisiera hacer un largo apunte. Me encantó verle contento haciendo lo que más le gusta, que es cantar sobre un escenario. Sólo él sabe lo que ha peleado a lo largo ya de más de tres lustros con una banda por la que han pasado muchos músicos y que le ha llevado a no pocos disgustos y malos momentos con algunas salidas. Por suerte hoy en día ha logrado reunir a un grupo de chavales que sienten la banda como suya también a pesar de que llevan menos tiempo. Se les ve entregados, disfrutando del directo y aportando también en la composición como nunca se había dado antes en Vendaval. Es por ello que desde aquí lo tengo que decir: enhorabuena Txema por lograr reunir a ese grupazo.


Mario Herrero y Andy Flórez, ex-componentes de la banda se sumaron para el recuerdo a “Mares de Cristal” de su disco “Estigmas”, el cual ha cumplido diez años en 2019 y que ya puestos deberían reeditar, pues es imposible encontrarlo ya en físico. La canción sonó especial con Mario a las teclas. De él nació la idea de esta canción y ver al hoy teclista de los triunfantes Drunken Buddha de nuevo con Vendaval fue especial. Andy no pudo estar al 100% pues tuvo problemas con su guitarra. Se pudo desquitar después, pues se quedó para “Mírame”, otro de los temas rescatados de “Estigmas” y donde vimos lucirse a Alex Prados en la batería, que estuvo deslumbrante toda la noche. Para “Mírame” contaron subieron al escenario a los menores presentes en la sala, que lo disfrutaron cuernos en alto, mostrando bastante más actitud que la inmensa mayoría de los mayores en muchos conciertos.


A mitad del show llegó la versión del “Hail And Kill” de Manowar, un poco marcando frontera con lo que sería la segunda mitad del concierto.

Llegó entonces el momento acústico. La banda se despachó con dos temas en ese formato. Para ello contaron con dos invitados ilustres. El guitarrista Julio Gilsanz fue el primero en aparecer. Aluciné de verle sumándose a la fiesta. Julio es uno de los mejores y más reconocidos guitarristas de Asturias. Formó parte de la banda de la mejor época de Ramoncín con el que grabó “La vida en el filo”, “Ramoncinco” y “Fe Ciega”, casi nada. En su historial están Grisú, Vainica Doble y por supuesto los famosos padres del agro-rock: Los Berrones. Con él interpretaron “A la sombra del ciprés” y “Carta de un soldado”, para la que contaron también con Ruth Suárez (Kirlo, ex-Darna).


Fran J. Santos, la voz de Arenia se subió para tocar la nueva, “Amanecer”, una canción power-metal total que terminó con Nathan Cifuentes e Iván Peinado solos.

Tras haberse ausentado durante esta parte central del show, Javi de Monasthyr volvió a sumarse al show para “El condenado”, donde Txema se lució de lo lindo, tirando de agudos y en la que el grupo le hizo esos coros tan fundamentales en esa canción, esos “sin salida” que tanto coreamos.


Aún faltaba una aparición más, la de Mario de Emboque. El fantástico guitarrista cántabro deslumbró en “Prisionero” y se quedó para uno de los momentos más álgidos de la noche, cuando sonó “Sigo Aquí”. El concierto se acababa y el público no paraba de corear el nombre de la banda y de cantar, pues la traca final estaba siendo resplandeciente.


“Muerte al Alba” fue el cierre, la canción de despedida para una grandísima noche. Lo fue por todo, por lo emocionante y especial del momento, por los invitados, por el fantástico repertorio, por haber formado parte de ella y porque vi sin duda el mejor concierto que le haya visto yo nunca a Vendaval.

Espero que todo se grabase bien y que pronto podamos disfrutar del resultado.


Por otra parte, seguro que todos los presentes echamos de menos alguna canción. En mi caso fueron  tres: “Luna Nueva”, “De corazón” y por supuesto “Mi Compasion”. Quizás demasiadas. ¿Dos horas y media? Tocaron poco ... :P

Enhorabuena Vendaval.



Sobre el set-list:
2, 5, 7, 8, 13 y 22: de su disco “Vendaval” (2003)
14, 15, 16, 17 y 25: de “Mi otra mitad”  (2005)
10 y 11: de “Estigmas” (2009)
3, 20, 21 y 23: de “Arba’a” (2012)
1, 4, 18, 24 y 26: de “Por El Tiempo” (2017)
9 de “Viento del Norte” (Northwind, 2001)
12: versión de Manowar
19: inédita.

© Diario de un Metalhead.

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