Por Larry Runner.
HENRIK FREISCHLADER comienza hoy en Santander su gira española y alguien pensó que era buena idea mandarle su último trabajo a un heavy, que vaya huevos tienen algunos. Evidentemente, el que pensó que era bueno que el disco viniese a mis manos, no se equivocó. No es metal, pero me gustó, y sólo las distancias harán que me lo tenga que perder. Oye, ¡que yo sé de que va esto! Sé apreciar lo bueno, sea del estilo que sea y siempre que no haya autotune.
HENRIK FREISCHLADER es muchas cosas en esta vida. La primera salta a la vista, o mejor dicho al oído: es guitarrista.
Pero también es muchas más cosas, pues no es la guitarra el único instrumento que maneja, encargándose también de la voz solista en este disco que él mismo ha producido. Si te parece poco, te diré que ha llegado a todo ello de forma autodidacta. Casi nada.
Su música es un blues rock que ha mamado de los más grandes. Seguro que le gustaría a Glenn Hughes, porque sus devaneos en lo instrumental me recuerdan a algunas orgías discográficas pasadas del héroe del Mark. III de Purple. Y es que su blues rock tiene devaneos funk, tintes soul e incluso con el jazz. No puedo evitar que me recuerde a aquel “F.U.C.K” de Glenn Hughes que tanto escuché de aquella, hace por menos tres lustros.
Bonamasa es otro que yo también escucho cuando me da la venada y al que también me recuerda por momentos. Por ahí te diría que van los tiros, aunque no sea yo de estar escuchando estas historias de forma habitual. Yo soy más cañero.
Investigando sobre él he descubierto que toca también el bajo, la batería y hasta el Hammond. Podría montarte unos Purple del 74 él sólo. Además compone y produce, una barbaridad.
Al ver “Recorded by Martin Meinschäfer II” me puse a buscar el “I” y resulta que lo grabó ya en 2009 tocando todos los instrumentos. Pues aquí casi lo mismo. Toca todos los instrumentos, excepto el Hammond de Moritz Fuhrhop.
Tiene temazos como “Free” o “Rule the World” que podría haber sido obra del mismísimo Gary Moore.
HENRIK FREISCHLADER firma todos los temas. Canciones tranquilas de puro blues rock, si es que eso existe, que seguro que en vivo desprenden aún más magia.
Si puedes, no te lo pierdas. Es buenísimo.
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