jueves, 25 de mayo de 2023

Rebirth. LEGACY OF BRUTALITY + SOLDIER + BURNT TO DEATH. Gijón, 20.05.2023. Crónica y fotos.


Letra: Larry Runner.
Música: Jorge López Novales.

Había que estar. Sentía esa necesidad. Dos bandas amigas regresaban a los escenarios tras una larga ausencia y era casi una obligación. No nos lo podíamos perder.


Cita en la Sala Acapulco de Gijón con dos históricos ya de la escena asturiana: Soldier y Legacy of Brutality. Como invitados, una banda que comienza a sonar con fuerza, de momento a nivel garitero, Burnt To Death.

La hora de apertura estaba fijada para las ocho de la tarde y pensamos para nuestros adentros que comenzarían a meter ruido media hora más tarde, como suele ser costumbre. Llegamos pronto a Gijón y con sed, así que fuimos a parar a una cervecería cercana donde nos recibieron bien, acompañando nuestras artesanales con bollinos preñaos mientras nos echábamos unas risas a cosa del entretenido partido de fútbol que la gente observaba en silencio devorando las uñas. Cuando ya agonizaba el match, Novales nos envía un wasap, “oye que ya empezaron”. Apuramos la última y corriendo para la Acapulco. Burnt To Death ya estaban sobre el escenario. 

Era la primera vez que veía al trío y la verdad que no me desagradó en absoluto. Sonaron mejor de lo que yo esperaba, con un estilo a medio camino entre el Black y el Death, algo que sin duda tiene tirón en Asturias y que les servirá para ir creciendo.

Lograron algunos aplausos y lo mejor de todo es que no tocaron con una sala desierta precisamente. Y es que hubo buena entrada en la Acapulco y Burnt To Death, a pesar de tener que abrir, y de la temprana hora, ya contaron con una nutrida presencia de público. Gente que les recibió de manera menos fría de lo que pudiéramos esperar. Y es que percibí que para muchos era el primer concierto que veían de la banda. Pero su entrega gustó. Faltó un poco más quizás de interacción, pero tampoco desde el pit aportamos gran cosa ante la avalancha sonora del grupo al que seguro que volveremos a ver.

Soldier se presentaban en formato quinteto, con Phil encargándose sólo del micro y con Dani Villamil recuperado para la guitarra haciendo dúo en las labores con Dima. Tras años de ausencia y todo lo que ha removido sus vidas privadas en los últimos tiempos, personalmente daba a la banda por muerta. Así que fue genial poder volver a verlos de forma normal, y no como la última vez en el Teatro Filarmónica de Oviedo. 

“Between two Masters” fue el tema de apertura. No se me habría ocurrido un mejor comienzo. Fue seguida por una accidentada “Tunguska Mosh”. Nos dieron como disculpa que íbamos a celebrar el 10+1 aniversario de su debut pero al final hubo alguna que otra sorpresa como la citada, en la que Phil se calzó un sombrero de piel típico de la tierra que gobierna hoy Putin con puño de hierro. “Gas Powered Jesus”, con su grandísimo solo, fue la siguiente ya sin problemas. 

Hubo muchos momentos para tirar de nostalgia y echar la vista a atrás con una banda a la que critiqué en sus comienzos para con el paso del tiempo acabar protagonizando un video suyo. Casi nada. Momentazos como “The Road”, con Villamil terminando la canción en el frente o “Stand Your Ground”, con la que la gente empezó a zurrarse de forma espontánea en el pit.

Me sorprendió que hicieran sonar “Winebrick Prophet” por no ser tan emblemática y disfruté de “Destroyers” y por supuesto de “Revolt”, que terminó con Phil tirándose al público para rematar su cumpleaños más especial.

Me lo pasé bien y eso que ni de lejos fue su mejor concierto. Son buenos los condenados, ya lo sabíamos, pero hace falta empezar a rodar para coger la forma. Pero bueno, para haber dejado de ser unos mozalbetes, con algunos ejerciendo ya de padres, no estuvo mal. Bienvenidos de nuevo. 

Seré sincero. Tras tanto tiempo sin saber de ellos, no hubiera apostado un céntimo tampoco por el regreso de Legacy of Brutality a los escenarios. Otra cosa es que fueran a sacar un disco, eso sí, ¿pero verles en vivo? Te habría dicho que no.

Y es que los años han pasado y las vidas de cada uno son bien distintas a las que tenían cuando en 2018 publicaron su anterior “Realm of the Banished Gods”. Si habremos cambiado todos, ellos y nosotros, que a mí la camiseta que les compré por entonces y que no ponía por lo ajustada que me quedaba, hoy me sirve de camisón. Así estamos.

En este lustro ha habido bodas y bautizos por medio. ¿Cómo íbamos a esperar que el Death Metal en vivo fuera a agitar sus vidas? Pues... sorpresa.

Llegaban para presentar “Travellers to Nowhere”, un disco que como me decía el colega Yayo, te saca las lágrimas. Lágrimas de emoción y de rabia, porque sabemos que a pesar de haber parido un nuevo disco colosal, con quizás las dos mejores canciones de su vida. Sólo unos pocos lo vamos a saber valorar mientras en otros lugares seguirán comiendo el falo a algunos mediocres incapaces de hacer una sola canción con sentido y simplemente por llevar mucho en esto.

La primera parte de larguísima “Travellers To Nowhere” sirvió para arrancar, haciéndome pensar en que igual nos soltaban el disco de golpe, algo que me habría encantado. Pero no. No se nos logró. Querían tocar de todo, y eso que no se podía. La Acapulco nos echó pronto a la calle sin contemplaciones por no se qué basura que empezaba después y que seguro que musicalmente estaba a años luz, pero que dejaría más metal en caja.

Puestos a tocar hits, lo hicieron de maravilla. “Rebirth of the Ancient Cult” y “Beyond the Walls of the Colosseum”, las dos mejores y emblemáticas del “Path of Forgotten Souls” para ir cogiendo el tono y que la maquinaria sonara ya perfecta, cosa que no sucedió al principio.

“Behind The Black Mirror” y detrás la mágica “Under the Hammer Of Doom”. Un alucine. Con tanto enchote estos días con el nuevo álbum, casi ya no recordaba lo que tenían detrás.

El guitar-hero Borja Suárez inspiradísimo a la guitarra; el Simón más intenso y terrorífico que viese yo nunca; y Yoye, en la otra guitarra, construyendo mucho más de lo que le veíamos años atrás. Ellos tres, apoyados en la dupla rítmica más carismática de la región- Lalo González al bajo y Javi Pity a la batería- conforman esa banda que vuelve locos a todos los fans del metal extremo de la región y de las comunidades limítrofes. Y es que entre el público había buena representación llegada también desde la vecina Galicia, que no se lo quiso perder e incluso se dejó ver en las zurras que se observaban en el pit. 


Entre sus canciones colaron el por mí casi olvidado “Masacrado” del “Ad Bellum”, aquel doble álbum lleno de detalles. Un par de días más tarde recordé lo especial que fue aquel video para mí, pues por entonces hacía poco que escuchaba metal extremo. Jamás olvidaré que empecé a disfrutar de tales excesos tras verles en Ponferrada en 2009. Mucho ha llovido desde entonces.

Cerraron con un apurado estribillo del “Travellers to Nowhere” y dejándonos con ganas de mucho más. Fueron apenas cincuenta minutos y supo a poco. A mí, y al público. Y sí, tras tanto tiempo fuera algún hubo algún fallo por medio. Falta engrasar bien la maquinaria, pero todo es perdonable cuando disfrutas de solos como por ejemplo el de “Under the Hammer Of Doom”, con Yoye entrando a doblar guitarras para volvernos locos.

Antes de terminar, me gustaría destacar la gran cantidad de músicos que estuvieron presentes, algo por desgracia poco habitual. Fueron tantos que iba a escribir aquí una lista de bandas con representación, pero seguro que me dejaría alguna fuera y quedaría mal. Ojalá siempre fuese así. La única forma de tener una escena fuerte es que los músicos se apoyen unos a otros. Que no sea flor de un día.

Gracias a las bandas por un gran sábado y gracias en especial a Tino que se vino conmigo desde Turón. Mejor hacer los cien kilómetros acompañado. Saludos a la maravillosa “secta”. Gracias Iñaki. Gracias Novales por la compañía, las risas y las fotos. Pero no se te ocurrió una fotobaños en la cervecería.

© Diario de un Metalhead 2023.


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