lunes, 18 de mayo de 2020

JOHN DEMENA: Dreams and Lies (Autoeditado, 2020) USA.


Por Larry Runner.

Ha llegado de la nada y la documentación que puedas encontrar sobre él en internet es nula. Sólo algunas publicaciones y todas referidas a este disco. Viendo la historia, tengo que reconocer que a pesar de que el disco sonaba muy bien, excelentemente bien diría yo, el no encontrar información al respecto me hizo desconfiar. ¿Quién es John DeMena?

Empieza el álbum con un riff típico made in L.A. con su tema “I the People” y ese sonido tan brutalmente americano que me vuelve loco. Todo suena muy bien tocado, realmente bien. La producción es buenísima, con un equilibrio que asusta, una batería de verdad y un bajo presente, con cuerpo. Me está gustando mucho el principio, pero la falta de información me sigue rayando el cerebro. 

Dice que viene de Los Ángeles, más bien que está afincado allí y que en este su disco de debut le acompañan, ojito, el batería Glen Sobel (Alice Cooper), el bajista Pete Griffin (Steve Vai) y el teclista Matt Rohde (Jane's Addiction). Casi nada. Vale que eso andando por Los Angeles debe ser como cuando sales por Oviedo y te cruzas con Víctor García,  Rafa Yugueros o Pablo García, como si sales por Madrid y te topas con Leo Jiménez o Tete Novoa, pero aún así ... ¿un tío desconocido trabaja con gente así?


Dejo seguir el disco. El álbum incluye hasta ocho temas que van un poco más allá de la media hora, como tiene que ser. Hasta en eso es perfecto. Tiene que haber trampa, no me jodas. 

Los riffs son buenos, podrían venir firmados por gente como Kotzen o Mars, pero es que además las canciones están muy bien trabajadas a nivel de composición, y hay solos buenísimos, que además son de esos que me gustan a mí, que entran con naturalidad. Todos parecen estar creados teniendo muy presente la canción en la que iban a ir encajados y aunque a veces se alargan bastante como en “Turn me Loose”, jamás saturan los temas. Eso sí, algunos son realmente acojonantes, y en ese sentido me quedo con el de “Angel City”, una canción que sin duda alguna te traslada a L.A.

Todo suena realmente bien y el disco es en esencia un álbum de Rock Moderno, menos Hard de lo que a mí me gustaría, pues todo está perfectamente controlado para no salirse del camino que le metería en la etiqueta de Heavy y le destrozaría de cara a sonar en los programas de radio tan soft que abundan en los USA.


El sonido muestra un profundo respeto por la esencia del rock clásico pero sonando a como han de sonar los discos hoy en día, compacto, nítido y con canciones en las que los estribillos son fundamentales. Si además le sumas detalles que hacen crecer la canción como el sonido de violín de “Infinite At All” o el piano de “Dreams and Lies”, pues lo tienes. DeMena toca bien y cantando no lo hace nada mal.

Así que me pregunto si todo esto es real, si lo estoy soñando o si me la están clavando. ¿Cómo dejar las dudas a un lado? Hablando con el puto amo, con Dave Collins. Y sí, me confirma de primera mano que el mastering del disco es suyo y me pregunta que si me gusta. Pues sí, Mr. Collins, aunque un puntito más de mala uva y sería perfecto. Ya, ya lo sé, pensáis que soy demasiado cafre para algo así. Pero mira como lo gozo en la intimidad. 

Sobresalientemente profesional.

Line Up:
Voz & Guitarras: John DeMena
Batería: Glen Sobel
Bajo: Pete Griffin
Teclados: Matt Rohde
Portada: Michael Hutter
Masterizado por Dave Collins (Metallica)









© Diario de un Metalhead 2020.

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