Por Larry Runner.
Hoy sale a la venta este disco "Blackstar Machinery", lo nuevo de RAVEN’S GATE, metal melódico a raudales desde Valencia. Sí, melódico hasta el infinito y más allá. ¿Quizás demasiado?
Y es que este “Blackstar Machinery”, segundo trabajo de los de la orilla del Turia lleva la melodía hasta niveles que no logro recordar en el power metal español. Tanto es así que creo que al final les ha quedado poco mordiente.
Dicen en su bio que entre otros están influenciados por Sonata Arctica. Vale, mejor reconocerlo y que nadie se lo vaya a echar en cara luego. Temas como “Powerlife” son buena muestra de ello. Al igual que los fineses, pecan de falta de pegada, aunque quizás eso vaya en los gustos. En mi caso, me gusta que el metal lleve más mala uva.
Quizás mucha culpa de ese exceso de musicalidad y de falta de punch sea debido a la producción del disco, que ha quedado muy edulcorado, ya que ni siquiera los solos suenan hirientes, van al servicio de las canciones sin destacar especialmente.
Los teclados tienen un papel más que importante, algo que no me hace demasiada gracias, pues yo los siento más como un instrumento de apoyo y aquí en vez de eso se alzan en auténticos protagonistas, lo cual resta dureza. Vencen a las guitarras de continuo. Incluso se juega con sintetizadores que le insuflan aires techno en algunos temas que pueden llegar a sacar úlceras a más de uno (que se joda), aunque precisamente a mi ese recurso no me desagrada para nada, pues parecen estar colocados en el lugar preciso de cada canción.
Quizás lo que más me guste sea la voz de Arturo "Megamuerte" que sabe jugar bien con los tonos según la canción lo necesite y que se sale cuando hace los dúos con Irene Villegas, de Against Myself, banda que no conocía y ahora así de rebote ya está controlada. Si hay algo que esté bien en este álbum, es que está extraordinariamente bien cantado.
Si te gusta el metal melódico, tipo, como te decía al principio, Sonata Arctica, probablemente te encante. Si te gusta la caña, olvídate, no te vaya a dar una subida de azúcar. Había leído por ahí que los comparaban con Dunedain, Dragonfly y no sé cuantas bandas más. Para nada, son bien distintos, y sí, se pueden parecer a los citados finlandeses, pero yo al menos no me doy cuenta de que ande nadie por aquí con un sonido similar.
© Diario de un Metalhead 2016.
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