📝 Iván Fernández.
No puedo dejar el Wok.
Empezamos esta ¿reseña? para DDUM sobre Masterchef parafraseando al Reno Renardo y al conocido tema de Los Suaves. A estas alturas no os preguntaréis la razón, ya que como adelantamos en rabiosa exclusiva un conocido guitarrista forma parte de los concursantes de la edición de este año.
Al lío, resulta que Alberto Marín, guitarrista de Ankhara, DEF CON DOS y Mónica Naranjo, y tiempo atrás de Skunk DF y Hamlet está entre los 16 elegidos. Ya sabíamos de sus dotes culinarias por publicaciones en su cuenta de Instagram, pero ahora pasa a formar parte de ese grupo de elegidos del metal patrio que asisten a los reality.
En su presentación, no sabemos si él, o la productora obvió ser guitarrista de Ankhara. La mano negra también planea sobre el concurso culinario. Qué se va a hacer, somos un género que no interesa, ni yendo un profesional.
Nos va a dar juego, Alberto Marín es uno de los que más cámara acaparó al menos en el primer programa. Aunque, Alberto… ¿qué necesidad hay de abrir otro local para música en directo con comida guay tope gama? ¡No hombre! No te compliques, toca y ya está. Luego pon un restaurante si quieres, pero sal de la escena, que ya sabes que está de capa caída.
Saltó la sorpresa cuando otra de las concursantes, también se declaró fan del jevi medol. Adriana, una vasca en el Levante. Otra que quiere hipotecarse poniendo una sala de conciertos con bocatas gourmet. A ver ho, que van a ir “jevis” o “punkis”. Birra y kalimotxo a precios asequibles es más que de sobra. Al final igual tienes que poner una cajina y todo. Ten cuidado. La susodicha presentó en la última prueba, un plato de su infancia al que llamó "Piperrak", en homenaje a la conocida banda de punk vasca. Sí, los de "Kualkier Día", que todos sin excepción cantasteis borrachos como ratas a las tantas de la mañana.
Eso sí, Alberto presentó un cocido madrileño, que sí tenía pinta de ser jevi. Cuando vengas por Asturias has de traer unos tupper. Enróllate.
Como compañeros de edición destacaremos al legionario terraplanista -no hace falta decir mucho más-; una neña que cocinó para Thor -sí, el de la Pataky-; o una musulmana que hace ramadán intermitente, vamos cuando le interesa. También un "influencer de cabras" que no entró (una pena, Diañu).
Intuyo que ésta edición de Masterchef nos va a dejar buenos momentos por el “buen rollo” que se respiró en algún momento (entiéndase la ironía), aunque luego eran todo besos, abrazos y alabanzas. Igualito que en la escena, pero entre fogones y hornillos. Vamos que el faltosismo, al igual que en la vida, se abre camino.
El próximo martes, tendremos nueva entrega, yo creo que el metalhead estará presente unos cuantos programas más.
Seguiremos contando.
Puedes ver el capítulo de Masterchef aquí.
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