domingo, 27 de noviembre de 2016

CONCIERTO Y PREMIO. 20.11.2016. Barcelona. Crónica y fotos.


Por José A. Ruiz.

La Sala Monasterio fue la elegida para una cita, para mí al menos, ineludible. Erik Martensson y Magnus Henriksson se embarcaron en una mini-gira de tres días por tierras ibéricas en formato acústico.


Lo primero que me sorprendió es el montón de gente que había a la puerta de la sala. Tengamos en cuenta que hace casi tres años, apenas metieron 120/150 personas en Razzmatazz 3. Pero bueno, este grupo está en un momento dulce, muy dulce y que la gente responda es lo que suele pasar con estas cosas. Que no quiero decir que hubiese más de 150 personas, pero es que un acústico no es un eléctrico y en proporción ...


Vamos a lo importante: Sorprendentemente la sala sonó fenomenal. Empezaron al igual que en su maravilloso “Armageddonize” -disco del año 2015 en esta casa-  con “I Don´t Wanna Say I´m Sorry”. Sonó bastante bien. Porque el gran miedo que tenía era que alguna de las canciones eléctricas del grupo no sonasen correctamente en formato acústico. Tardaron en quitarme el miedo unos dos minutos. “A Millon Miles Away”, del “Are you ready to rock” fue muy coreado por el público, al igual que “Blood Enemies”, con el que dieron una marcha más en intensidad dentro del formato.

Llegaba el primer break de la noche, con sorpresa incluida. Nos presentaban, la que en palabras de Erik, es su canción favorita del nuevo disco que llegará en 2017. El título: “Downfall of Eden”. ¡Que melodía! Y eso que no era el hit-single. Recordad este título. En eléctrico puede ser muy muy grande.

Entramos en el primer "pack" de covers con recuerdo al GRANDÍSIMO Jimi Jamison (Survivor), fallecido hace poco y con el que Erik tuvo el placer de trabajar en un disco. De ese álbum, editado en 2012 era “Heaven Call Your Name”. Tras ella, un par de temas del proyecto Nordic Union con el alma de Pretty Maids, disco que por cierto, me encanta. “Hypocresy” y la sublime “When Dead is Calling” fueron muy coreadas, para mi sorpresa. Pero para coreada la primera incursión en W.E.T de la noche. “Learn to Live Again” sonó potente y dulce a la vez. Si no la hubiese escuchado unas 200 veces podría decir perfectamente que es una canción que siempre fue acústica.


Volvíamos a Eclipse con su eurovisivo “Runaways”. Erik y Magnus nos explicaron que cuando se lo ofrecieron, no se lo pensaron. No por ir al certamen, si no por regalar tres minutos de Hard Rock en televisión, ya que por sí, no suele tener oportunidades. “The Storm”, ya conocida en acústico, fue el precedente a la apisonadora “Bleed and Scream”, que me genera dudas a si suena mejor en su formato original o en este. Sublime.

Mas covers. Desde la reunión de 2004 de Europe, vivo con la ilusión de poder disfrutar “Prisoners in Paradise” en directo. No ha podido ser hasta ahora. Y no lo entiendo, no entiendo por qué ese disco es tan defenestrado por banda y fans... ¡Si es buenísimo! Pues bien, no fueron Europe, no fue en eléctrico, pero da igual. ¡Que magia desprende esa canción! Si además la interpreta uno de los mejores frontman del hard rock actual, pues que queréis que os diga... Gracias Erik por rescatar esta maravilla. Y hablando de maravillas... “Love ain't no stranger” de Whitesnake. Nada mas que añadir. ¿No creéis?

“Battlegrounds”, cerraba el set, al igual que en sus conciertos habituales con la versión acústica. Posiblemente la mejor adaptación de todas las canciones de Eclipse.

La gente estaba enloquecida. Fijaos que ni siquiera dejaron a Magnus y Erik abandonar el escenario para el bis. ¡Y que bis!. Volvíamos a Estocolmo con Joey Tempest y los suyos con “Supersticious”. Para mi fue una sorpresa, ya que si no me fallan los datos, no la habían tocado en sus dos citas anteriores.


“To Amend a Broken Heart” y un medley de ACDC iban a ser el final del concierto. Y digo iban porque entre medias se abrió una especie de quórum en el que el público iba pidiendo y ellos iban tocando. Así cayeron “One Love” de W.E.T. y “Breakdown”. El fin de fiesta lo puso una magnifica interpretación de la parte central clásica de “Innuendo” de Queen.

El resumen de la noche podría ser que da igual el día, el sitio y el formato, cuando se tiene talento, este fluye y convierte las noches desapacibles en noches épicas. Eso es precisamente lo que nos regalaron un domingo estas dos bestias del hard rock. Nos veremos de nuevo en Rock Fest 2017.

No quiero despedir la crónia sin agradecer a Jorge Olloqui toda la ayuda que nos brindó para poder entregar por fin nuestro trofeo de mejor álbum 2015 a Eclipse. Muchísimas gracias.

© Diario de un Metalhead 2016.

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