lunes, 10 de octubre de 2016

UNEXPECTANCE: La Metástasis de la desesperanza (2016- Autoeditado)


By Larry Runner.

Si te decides a indagar un poco en el pasado de los músicos que componen UNEXPECTANCE, verás que aparecen nombres y más nombres de bandas. Ahí están Teksuo, Black Devil, Fe de Ratas, Another Day, Stigmata, Víbora, Nekrosia, Gajes del Oficio, Storm or Rage, Better than Ignorance, Atlantis ... y una relación que parece no tener fin. La lista asusta.

¿Cual puede ser la respuesta a tal circunstancia? El inconformismo, sin duda. UNEXPECTANCE es una banda formada por cinco elementos con un elevado grado de autoexigencia que hace que no se conformen con nada, que no todo valga, que no sirva el “esto puede colar”. Es por ello que han tardado en asentarse y grabar por fin este “La Metástasis de la Desesperanza” tan deseado por mí.

La espera se ha hecho eterna. Con el pasado de la banda y viendo que en desde 2014, cuando empezamos a oir hablar de ellos han pasado hasta tres vocalistas, la verdad es que ya desconfiaba del proyecto y bien pensé que al final esto no iba adelante.

El tiempo dirá si UNEXPECTANCE se consolida o queda como un nombre más en el historial de estos cinco grandes que se han juntado en esta banda, en simplemente otro nombre a añadir en el próximo volumen de “El Olimpo del Metal” de la amiga Julia. Hay veces que te encuentras a bandas iguales en las que se juntan varios músicos porque no los quieren en ningún sitio. En esta ocasión es al revés, son ellos los que no parecen estar a gusto en ninguna parte, y eso que han estado envueltos en proyectos guapos en el pasado. Vaya que sí.


La espera por “La Metástasis de la Desesperanza” se me ha hecho tan larga como aquel “Chinese Democracy”, pero tranquilos, ahí están también [In Mute] sin soltar prenda aún. 

¿Qué nos encontramos aquí? Pues de mano hablaremos de las letras, que van interrelacionadas conceptualmente tratando “las dificultades como seres humanos, nuestros sentimientos, los problemas a los que nos enfrentamos día a día”. La verdad es que el mensaje es bastante oscuro, no da un ápice de esperanza y las fiestas se las dejan a los Leather Boys. Las letras duras, muy duras y también muy trabajadas, inteligentes. El trabajo en ese sentido creo que es sobresaliente.

La música va unida directamente a los textos. Death con mucho de melodía en tonos oscuros, cargados de pesimismo y tristeza sobre los que se asienta la labor de Daniel Larriet (que grabó en su día el debut de Teksuo). Un Daniel que siempre he sentido como uno de los mejores vocalistas de Asturias, y que me da la sensación que esté donde esté, nunca va a poder demostrar todo lo que lleva dentro y lo lejos que puede llegar, porque cuando se pone ni el mismo Eddie Vedder le empequeñece.

Sí, podríamos decir que es death melódico, pero muy lejos del sonido Goteborg y más en una onda The Black Daliah Murder o Gojira salvando las lógicas distancias, sobre todo de producción, aunque el disco no suena nada mal.

Una base rítmica contundente sirve de soporte, con una labor espléndida en la batería de Salva García. Es momento de dar el primer toque, y es que creo que el bajo de Aitor “Mike Stamper” ha quedado muy bajo de volumen, que le falta chicha. Con lo que me gustan a mí que los bajos suenen. Una pena, porque cualquiera que haya visto a esta bestia en vivo sabe de su buen hacer.

Lo que es realmente alucinante es el trabajo de guitarras. Son las triunfadoras del disco, con esas rítmicas de sonidos graves que cuando suben de tono aplican una agradable musicalidad como en la descollante “El fin de los días” o en “Entropía”, de la que te darás cuenta que es todo un hit cuando ya la has escuchado unas cuantas veces. Son las dos primeras canciones del disco tras la intro y me gustan tanto que no sé si llegar al corte siguiente.

Daniel se aplica en la guturalidad en diversos registros y por ahí aparecen voces melódicas como en 
“Liberate Me ex inferis” que aporta Aitor Gómez. En esa función se le oye de sobra. Otra gran canción, aunque con ritmos más simples.

¿Habíamos hablado de hits? Sí, dos para empezar y dando palo pasar al tercer corte. Sin miedo, el disco va transcurriendo y el ritmo no baja y la calidad tampoco. “Ante las puertas” es buena muestra y detrás “La Metástasis de la Esperanza” cambia todo, sube el nivel y se alza como la pieza principal de un puzzle donde las piezas cuadran con sencillez. Sublime. Metal moderno con mucho de tradicional en los genes a ritmos que me recuerdan, aquí sí, a algunas bandas nórdicas, algunas incluso con mucho pelo. “Incepción” segrega magia entre tanta métrica intensa y te ayuda a tomar aire para la parte final.


Cuando piensas que el disco ya desfallece, que no va a ir a más llega “Quiasma” y alucinas. Van a un nivel superior en la melodía, ganando muchísimo la canción con las voces limpias y con el fantástico solo, que cuando se duplica te hace ya meditar si la gente sabrá valorar detalles tan especiales. El bajo de Aitor se exhibe por fin al nivel que a mí me gusta y el tema se convierte a la primera escucha en mi favorito. Deslumbrante.

En síntesis, un disco que sirve como fantástica carta de presentación. Creo que pueden se la mejor baza del metal asturiano para los próximos años, porque además, las letras son en castellano y se entienden, todo un plus. Que sigan, que no lo dejen, que no se cambie ninguno de banda, que se asienten de una vez.

El artwork es de Gonzalo "Lalo" González (Legacy of Brutality).






© Diario de un Metalhead 2016.