miércoles, 19 de octubre de 2016

UNMERCIFUL: Ravenous Impulse (2016- Unique Leader Records) USA.


Por Simón García López.

Hace casi tres meses ya que salió el nuevo disco de UNMERCIFUL pero no podíamos dejarlo pasar así como así. Segundo disco desde que hace 10 años apareciera “Unmercifully beaten”, un auténtico trallazo que no llegaba a la media hora ni falta que le hacía, porque lo que UNMERCIFUL plantean es Brutal Death más rápido del mundo. 

Para los que no los conozcáis, UNMERCIFUL son como si a Suffocation les metes una guindilla en el culo. Para lo que ya los conocéis, sabéis que UNMERCIFUL nacieron comandados por Jeremy Turner, fundador y guitarrista de Origin y ayudado por el también ex-Origin Clint Appelhanz. UNMERCIFUL hacen por tanto e irremediablemente un estilo muy cercano a Origin ya que las bases compositivas de estos hasta la marcha definitiva de Jeremy en 2008 (al no poder compaginar su vida familiar y laboral con las exigencias del grupo), y las de UNMERCIFUL son las mismas. 

UNMERCIFUL siguen planteando con este “Ravenous Impulse” el mismo estilo de su primer disco o de aquel “Echoes of Decimation” por continuar con la comparación con Origin. No han evolucionado hacia campos más experimentales ni se han dejado influenciar por unos u otros. Siguen haciendo lo que para mí es la música más extrema del mundo, desde que en 2002 Origin estableciera el límite máximo con el legendario e insuperable “Informis, infinitas, inhumanitas”. Ese disco es para mí el techo evolutivo a la que la música extrema puede llegar. Y en esas estamos con “Ravenous Impulse”. Además en esta ocasión John Longstreth, batería también de Origin y ex de Skinless o Gorguts entre otros (quien curiosamente fue sustituido en su periodo fuera de Origin entre 2003 y 2006 por el primer batería y fundador de Unmerciful James King), se pone a los mandos de la base rítmica. Inconfundible su estilo. Es el mejor en esto de tocar a toda leche, y lo hace como el que se prepara el café nada más levantarse de la cama. Hace 14 años alucinabas viéndolo tocar. Era algo inaudito en el mundo de la batería. Otro genio que influenció a medio mundo extremo con su manera de tocar.


Empieza el disco con “Unmerciful” canción que demuestra lo que será la tónica general del álbum. Velocidad por un tubo, rápidos cambios de ritmo, riffs complejos muteados y matizados a la velocidad de la luz, frenadas en seco para dar paso a nuevas arrancadas, una tras otra a cual más bestial. Eso es lo mejor del disco para mí, porque cada vez que arrancan aumenta la intensidad. Kris Bolton se estrena a la voz y no lo hace nada mal. No tiene una voz espectacular pero cumple perfectamente y hace lo que el estilo y el grupo demanda. Imprime velocidad, machaca las sílabas una tras otra y conjuga y dobla voces cuando debe para dar aún más sensación de extremismo y velocidad que es de lo que se trata. Hay que cantar rápido y lo hace a las mil maravillas. “Abscission”, “Ravenous impulse”, “Sociopathic Predation” continúan la tónica del disco. Velocidad, velocidad, velocidad. Solo hay pequeños respiros en las caladas y pequeñas partes lentas de doble bombo, antesala de más y más caña. “Kill reflex” es impresionante en ese sentido. A lo largo de sus 4:13 deben de haber tan solo 30 segundos en el medio para un punteo sobre una base lenta pero con el doble bombo a toda leche. Lo demás en pura velocidad con Longstreth matizando sutilmente el ritmo a través de los platos. Parece que tenga 4 brazos. “Habitual Savagery” baja un poco la velocidad para convertirse en un tema más Brutal death, pero esto es una sutileza mía. “Enduring torture” abandona mis sutilezas Brutal death para volver a ser caña y más caña.

Podréis pensar que estoy de coña, o que la reseña es una basura porque parece que sólo enfatizo la velocidad. Lo pensaréis los que no sabéis de lo que hablo, pero si alguien piensa de esta manera sólo tiene que escuchar los 15 primeros segundos de cada canción. Hasta el 8º tema “Kingdom of serpents”, todos empiezan con caña. Este no. Tarda 30 segundos en llegar.


La única variación notable nos la encontramos en el último tema. “Methodic Absolution” es un temazo instrumental con diferentes cambios de ritmo y con un riff lento al estilo Morbid Angel auténticamente bestial. De lo mejor del disco por ser no solo una pincelada de color a la tónica general, sino porque realmente la canción tiene unos cuantos riffs magníficos estupendamente estructurados.

A los amantes de la música más rápida y extrema del mundo aconsejamos encarecidamente que no dejen pasar este disco. Lo disfrutarán como enanos. Como apunte último, el afamado Par Olofsson vuelve a ser el portadista del disco. No es su mejor portada, tiene auténticas obras de arte, pero mantiene el estilo del primer disco del grupo, cualidad nada despreciable.

Ojalá no tardemos otros 10 años más en volver a escuchar el siguiente disco de los americanos. Aunque tengo la sensación de que últimamente el tiempo va a la misma velocidad que UNMERCIFUL.






© Diario de un Metalhead 2016.

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