sábado, 15 de octubre de 2016

ZEROBYTE: IX Degrees of Human Decline (2016- Autoeditado)


By Sonia M.

ZEROBYTE son de esas bandas que no esperaba encontrarme en estas tierras. Quizás sí en el extranjero pero por aquí aún no. Y celebro que así sea. Los conocí con uno de esos videos de promoción de bandas de las islas llamado ALL BEYOND THE SEA que podéis volver a ver pinchando aquí.

Y, cosas del destino, aquí tengo en mis manos su "IX Degrees of Human Decline". Un claro homenaje a ese sonido "djent"/math ultrapesado y machacón con ramalazos electrónicos que me recuerdan a mis extintos y adorados MNEMIC. Ese deje a los daneses se aprecia muchísimo en el inicio de Cogito Ergo Sum aunque termina en plan MESHUGGAH desatado. Un trabajo de guitarras apabullante por parte de Biel y Joan que lo hacen espectacular. El tempo lo marca un enchufadísimo Pedro a los parches.

Nueve cortes que no te dejan respirar. La mente se llega hasta a embotar pero es ese regustillo perturbador el que te impide cortarlo. Engancha. Ni qué decir tiene que todo huele exagerado a los maestros en el estilo MESHUGGAH pero me apasiona que de repente haya influencias de los citados MNEMIC, de quizás SMAXONE o de los recientes SCAMP que cuando los vi citados casi me caigo de la silla de la emoción.


No esperes encontrar melodías. Esto es una apisonadora que no deja ni ir al servicio. He de decir que si algo no me gusta del disco es que el registro de Albert se me antoja muy lineal. Y eso hace que personalmente me aburra en algunos cortes. Sin embargo, en otros lo encuentro sublime con ese mismo registro. Sinceramente echo de menos esa variedad que tenia quizás Michael Bogballe en los primeros MNEMIC o posteriormente Guillaume. Ese toque lo hacia muy especial para una servidora, dándole otro enfoque añadido. 

Sin embargo, no me malinterpretéis. Mirar si no en "Edge of Insanity". ¡Qué belleza de guitarras, contrastes de ritmos y demás! Una delicia una vez sumergida en esta locura. Uno de mis favoritas. 
ZEROBYTE son capaces con esta creación de ponerte todo el peso del mundo en mente y cuerpo. Por momentos lo flipas, lo gozas con esos ritmos, cambios y en definitiva esas virguerías que se montan. Sin embargo, con ese plus que comento para mí habría sido ya sublime.


Las pocas "melodías", y son fugaces, las podemos encontrar en el inicio de "Free Runner" por esos punteos, pero luego olvídate. Muévete con ese ritmo placa-placa y a rezar para que puedas salir de ahí. No hay descanso. Sobra decir que FEAR FACTORY también ha estado por aquí, pero de una manera más sutil.

Este debut me lo suministro en pequeñas dosis, para ir entrando y disfrutando al máximo de todos los matices. Para que la mente se adapte a los tonos, las atmósferas y a la manera de sentir la música de los isleños. Es el único modo que encuentro de digerir tamaña obra. Celebro mucho que hayan salido a la palestra. ¡Con dos narices!







© Diario de un Metalhead 2016.