LAST DAYS OF EDEN se fueron de gira europea por vez primera. Durante 9 días vivieron en la carretera una experiencia que a buen seguro no tardarán en repetir, pues la banda asturiana va muy en serio. Unos días antes de la partida nos pusimos en contacto con Dani G. para pedirle una colaboración y que se tomase algunas notas en la medida de lo posible para contarnos a la vuelta lo especial de esta gira. Siendo como es de perfeccionista con su trabajo, no sólo tomó algunas notas, si no que se lo tomó muy en serio a pesar del poco tiempo libre que nos consta tuvo durante esos días. Ahora nos lo cuenta todo, hasta con fotos, superando con creces lo que podíamos esperar de la colaboración. Esto es lo que nos cuenta, tal cual él nos lo envía. Gracies duru! .- Larry Runner.
Por Dani G.
¿Demasiado
pronto? ¿precipitado? Pues es posible, pero es de esas oportunidades que no
deben dejarse escapar. Hace menos de un año salía en Europa “Ride The World”,
nuestro primer disco de larga duración, y ya sabíamos que habría oportunidades
de salir fuera a tocar. Tener un management afincado en Alemania ayuda, pero
apostar por uno mismo como si fuese la vida en ello siempre ha sido el primer
requisito. Lo cierto es que antes de que nos llamaran para hacer esta gira nos
ofrecieron otras tres con otras bandas a lo largo y ancho del viejo continente,
pero por un motivo u otro no pudieron salir adelante. Aun así, llegó esta
cuarta oportunidad y todos los astros se alinearon. Este es un pequeño “diario
de abordo” donde puedo compartir con quien quiera leerlo la experiencia de
nuestra primera gira europea.
Día 1. Partida a Alemania.
Habíamos
alquilado una furgoneta para el viaje de ida y vuelta y la petamos hasta arriba
de material: backline, sistemas in-ear, merchandise, maletas, provisiones
“porsiaca”… Habíamos cogido la furgoneta de 9 plazas más grande que había
disponible, le quitamos 3 plazas y aun así no sabíamos dónde íbamos a meter la
gaita!. A esto de las 23 horas salimos por fin todos rumbo a las germanias.
Día 2. Vivo en la carretera.
Miguel
Ríos no podía acertar más con esa frase. Llevábamos toda la noche y parte del
día en la carretera y áreas y estaciones de servicio. Nada que ver con España,
todo sea dicho: cruzar la frontera y en la mayoría de áreas de servicio tienes
baños, duchas, fregaderos… todo limpio y no te falta de nada. Las carreteras
como la seda y el conductor tiene que ser muy malo para que te enteres que vas
a 130 Km/h. A la llegada a Bochum no nos costó demasiado encontrar la zona
donde unas horas más tarde nos recogería el “sleeper” (el autobús de gira), así
que aparcamos y nos fuimos a cenar. A pesar de ser zona céntrica la mayoría de
los sitios cierran pronto, así que caminamos un poco para ver algo de la ciudad
y nos cogimos algo de cena para llevar. Mientras esperábamos por el bus se nos
acercó un chico y nos dijo que era Tristán, quien se encargaría de vender el
merchandise a lo largo de la gira. Estuvo esperando con nosotros hasta que
llegó el momento: vimos que un enorme autobús negro giraba la esquina calle
abajo y venía hacia nosotros. Al parar se empezaron a bajar melenudos: los
chicos de Mob Rules se bajaban a recibirnos amistosamente y a ayudarnos a pasar
todas nuestras cosas al autobús y al carro que llevaban con el backline. Al
cargar todo metimos la furgoneta en el parking y nos subimos al autobús cual
Paco Martínez Soria con ojos de asombro al ver dónde íbamos a vivir durante más
de una semana: un bus de dos plantas con dos salones, televisores,
reproductores de DVD, consolas, microondas, neveras en ambas plantas, y 16
camas para que todo el personal descansase lo necesario. Tremendo!.
Día 3. Suiza.
Nos
despertamos en la frontera con Suiza. Este país no pertenece a la Unión
Europea, así que había que hacer parada en aduanas para formalizar la entrada.
Al parecer llevábamos allí ya más de dos horas porque había un funcionario de
aduanas muy “simpático” que lo estaba poniendo difícil y le apetecía putear un
poco. La oficina cerraba esa misma mañana y no estaría abierta en todo el fin
de semana, así que no sería posible pasar si no solucionábamos todo en ese
momento. Tras solucionar unos temas de papeleo fuimos a una oficina donde
debíamos declarar el backline y el merchandise que pasábamos a Suiza. Al
entregarle la lista al funcionario le preguntamos amablemente si hablaba inglés
y nos respondió con un “tenéis 3 minutos” al que acompañaba una cara realmente
desagradable. Al enseñarle la lista la miró durante menos de medio segundo y la
volvió a tirar encima del mostrador soltando un “No es posible. Siguiente.” Ni
lugar a réplica dejó. Justo en ese momento pasaba por allí otro funcionario
mucho más joven que vio la jugada y nos dijo que le acompañásemos. Nos llevó a
otras oficinas y nos arregló todo el papeleo sin problemas. Menudo susto…
Menos
de una hora después estábamos bajando todo el material en el “Hall of Fame” de
Wetzikon. Al entrar en la sala nos recordó a un Hard Rock Café, pero con una
estancia anexa que era la sala de conciertos. Un sitio super profesional, con
bastante personal, un equipo de primera y espacios amplios. Dejamos las cosas
en nuestro camerino y nos sirvieron un desayuno de lo más completo.
Los
chicos de Mob Rules se tomaron su tiempo para hacer las pruebas y mientras
tanto estuvimos hablando con el personal de la sala. Allí estaba de técnico un
tipo encantador que nos comentó que normalmente es técnico de Soilwork y otras
bandas de primera línea que no recuerdo en este momento. Un tipo genial que se
desvivió para que nuestro concierto fuese un éxito. Y llegó nuestro turno:
Teníamos a nuestra disposición sus amplificadores, pero tan solo en unos pocos
conciertos compartíamos batería. No tuvimos nunca límite de tiempo ni presión
para hacer las pruebas, pero tampoco nos pareció muy correcto ponernos muy
exquisitos con las mezclas de nuestras escuchas, ni meternos en el trabajo de
Jens, el técnico de Mob Rules (y que trabaja también con bandas como UFO). Y
llegó una sorpresa tremenda para nosotros: nos visitaba Jose Ojeda, antiguo
batería de DarkSun que vive en Suiza desde hace unos años. Nos tomamos algo con
él, estuvimos hablando un buen rato y poniéndonos al día!.
Poco
después tocaba saltar a escena. La gente estaba algo más alejada del escenario
que como lo estarían después con Mob Rules, pero en todo momento animando y muy
participativos. En cualquier caso tuvimos algunos problemas técnicos con las
escuchas y nos quedamos con la sensación de no haberlo hecho tan bien como
queríamos, pero nos acercamos a la zona del merchandise y no paramos de
hacernos fotos y firmar discos, entradas, posters… y por suerte esta fue la
tónica que acompañó a todos los conciertos de la gira. Pasquale, un hombre de
origen italiano, majísimo y dueño de la sala nos invitó a cenar en su
food-truck y degustamos un poco de parrilla típica suiza. Tras el conciertos de
Mob Rules nos tomamos unas cervezas y empezamos a meter todo en el bus para
dirigirnos al siguiente destino.
Día 4. Vuelta a Alemania.
Nos
despertamos parando a desayunar. Nos llamó mucho la atención que los precios
son iguales o más baratos que en España. Después de tomarnos unos cafés y algo
de bollería arrancamos de nuevo y poco después llegábamos a Weihner. Entrar en
la sala era un lujo viendo carteles de las bandas que pronto pasarían por allí:
Rage, Almanac… y un montón más de carteles llenaban la sala. Primero subimos a
desayunar al segundo piso y luego empezamos a trabajar un poco en el montaje.
Después de las pruebas cenamos algo de comida típica de la zona y nos
preparamos para el show. Durante el concierto tuvimos una sensación especial:
muchísima gente muy animada y disfrutando de lo que estábamos haciendo. Nos
bajamos del escenario con una ovación y escuchando como pedían la versión
alemana del “otres tres”. Nos hicimos un montón de fotos y vendimos mucho
merchandise, así que había que celebrarlo y casi les fundimos las reservas de
Jaggermeister. Hablamos con un montón de gente que nos comentó que nuestro
concierto les había parecido espectacular, así que a la vuelta al autobús
subimos con una sonrisa en la cara y la sensación de haberlo hecho
estupendamente.
Día 5. Oktoberfest.
Llegamos
a Munich y teníamos día libre, así que aprovechamos que era el último día del
Oktoberfest y fuimos a ver la “Semana Negra alemana”. Precios algo carillos y
una cantidad de gente y atracciones descomunal. Por desgracia a última hora nos
pilló la lluvia y tuvimos que volvernos a la zona del bus, que estaba aparcado
en el backstage de la sala donde tocaríamos al día siguiente. Aprovechamos para
ver algunos carteles de las bandas que estarían tocando por allí en
Octubre/Noviembre y se nos caía la baba: Epica, Serious Black, Lordi, Delain…
Día 6. Tocar en Munich.
Por
la mañana fuimos a desayunar a una zona comercial y aprovechamos para hacer
algunas compras. Coincidimos con la gente de Jinjer, una banda que no
conocíamos de nada pero nos pareció brutal. Antes de mediodía entramos en la
sala tal y como estaba en la hoja de ruta y nos sirvieron la comida. Durante
las pruebas hubo un pequeño incidente con una máquina de humo y sufrí una
quemadura bastante grave en una de mis rodillas, pero “el show debe continuar”.
Por suerte llevamos un botiquín muy completo y pudimos hacer unas curas de
urgencia. Tras las pruebas tuvimos algo de tiempo libre para relajarnos y poco
a poco fue entrando la gente. Nos llamó mucho la atención ver a un alemán
echándose un polvo “sospechoso” en el reverso de la mano y esnifándolo varias veces
sin importarle que hubiese gente alrededor, así que le preguntamos al técnico
local si era normal que la gente esnifase cocaína con tanta naturalidad aquí.
El chico se moría de risa, y luego nos explicó que se trataba de un tabaco muy
típico en la zona de Bavaria que en vez de fumarse, se esnifa.
Antes
de salir a tocar los chicos de Mob Rules nos explicaron que en esta zona la
gente son muy secos, y que no le tuviésemos en cuenta al público si eran igual
que témpanos de hielo. Efectivamente: aunque al fondo había gente un poco más
entregada, casi todo el público parecían figuras de cartón-piedra. Aun así
vendimos una buena cantidad de merchandise y nos sacamos muchas fotos, así que
supongo que tan mal no fue…
Cenamos
y nos quedamos hasta bien entrada la madrugada tomando unas cervezas con
nuestros compañeros de gira, hablando de música hasta que el sueño nos pudo.
Día 7. Siegburg.
Llegamos
a la sala Kubana a primera hora y nada más entrar nos sirvieron un desayuno
copioso. Una sala enorme, muy bien decorada, y donde pudimos ver un cartel
anunciando que los vecinos Lords of Black estarían pronto por allí. Teníamos
tiempo para hacerlo todo con calma, e incluso nos llevaron a una zona de duchas
y sauna para si queríamos entretenernos un poco.
Tras
las pruebas nos llevaron a un restaurante que era de los mismos dueños de la
sala y cenamos a la carta alimentos típicos cubanos. El escenario fue de los
más amplios de la gira, así que tuvimos sitio ampliamente para correr de un
lado a otro. Fue un concierto en la línea del los dos últimos días y una vez
más se tradujo en que empezásemos a pensar que quizá llegábamos al final de la
gira sin merchandise. Cuando ambos grupos acabamos nuestros conciertos la mujer
del dueño vino a darnos la enhorabuena y a traernos una caja llena de
sándwiches para el viaje.
Día 8. Wilhelmshaven.
Abrir
los ojos, levantarte y ver por los cristales del bus que estás en un sitio que
bien podría ser Gijón no deja de sorprender. Llegábamos a la ciudad que más nos
costó aprender a decir su nombre y a la que probablemente sería la mejor sala
de la gira. Un montón de personal técnico salía a recibirnos y nos ayudaban a
descargar el material. Entramos en nuestro camerino a dejar las maletas y no
faltaba detalle: cafetera, fruta, snacks, cookies, zumos, refrescos y hasta una
caja de cerveza (menuda fama llevamos los españoles). Nos llevaron a desayunar
y volvimos a la sala para montar todo con calma. Un equipo técnico local de
lujo nos atendió como si les fuese la vida en ello, y al acabar la prueba
sentíamos que esa sería una gran noche: mucho espacio, gran equipo de sonido y
luces, y el personal que hacía nuestro show empezaban a compenetrarse con
nosotros. Había un buen número de anticipadas vendidas, así que cuando la gente
empezó a llenar la sala empezaron a aparecer las mariposas en el estómago.
Salimos a darlo todo… y lo dimos!!!. Hicimos un concierto estupendo y la gente
nos arropó como si fuésemos un grupo puntero. De nuevo tras el show muchas
fotos, firmas y felicitaciones. Estupendas sensaciones!.
Día 9. Bélgica.
Nos
despertamos a la puerta de la sala, un poco antes de la hora prevista, así que
dimos un pequeño paseo para conocer la zona. Poco después de la hora de entrada
llegaban los promotores y organizaban todo el tema del desayuno para que poco
después entráramos a un amplio backstage donde desayunaríamos como campeones. A
la hora del montaje hubo algunos problemas técnicos porque quizá la sala estaba
un poco justa de material para los requerimientos de esta gira y por algún motivo
no lo apañaron antes de llegar nosotros. Por suerte nosotros llevábamos algunas
cosas que hacían falta en uno de nuestros flightcases y pudimos continuar con
todo sin mayores incidencias, no sin que Jens y David (técnicos de sonido e
iluminación de la gira) mostrasen su descontento. En esta fecha teníamos un
enorme salón con sauna e hidromasaje para relajarnos un poco así que tuvimos
que hacer un esfuerzo a hacer uso de ello. Ya en el concierto entre el público
vimos había mucha gente de medios y muchos fotógrafos, y durante la actuación,
sobre la marcha, decidimos bajar del escenario a tocar entre el público con
bastante éxito porque la gente se puso a saltar y bailar con nosotros. Al
terminar el concierto nos tomamos unas cervezas y nos fuimos al bus para tomar
rumbo a Bochum y seguir de fiesta con la gente de Mob Rules en el viaje.
Día 10. Bochum.
Nos
despertamos en el parking de la sala Matrix, una de las salas más míticas de
Alemania, donde han estado tocando TODAS las bandas de metal que admiramos.
Teníamos un día libre antes del último concierto de la gira y lo aprovechamos
para conocer un poco de Bochum. Nos cogimos un tren hasta el centro y estuvimos
paseando y conociendo la ciudad. Al caer la tarde volvimos al bus para ponernos
algo más elegantes porque teníamos una cena de hermandad con Mob Rules. Nos
fuimos a las afueras de la ciudad a un restaurante oriental donde nos esperaban.
Día 11. Fin de gira.
Pronto
en la mañana fuimos a coger la furgoneta para acercarla al parking de la sala.
A media mañana nos abrieron sus puertas y entramos para comprobar que es una de
las salas más míticas por razones de peso: se trata de una antigua fábrica de
cerveza que alberga un complejo de salas y clubs musicales enorme. Bajamos al
backstage, que estaba en un piso menos dos, y entrar allí fue abrir los ojos
como platos: un enorme salón lleno de posters de bandas que pasaron por allí y
una completísima cocina con dos chicas que se ocupan de cocinar para nosotros y
tener todo aquello en orden. Comida de primera y un sitio para recordar
sabiendo que por allí han pasado desde In Flames hasta Stratovarius pasando por
miles de bandas míticas de la historia del metal. Pasado ese momento “super”
subimos a montar todo en la sala. Al poco llegó nuestro mánager para pasar el
resto del día con nosotros y poder vernos por fin en directo. A una hora
temprana se abrían las puertas de la sala y comenzaba a entrar la gente.
Mientras llegaba el momento de salir a escena alguna gente se acercaba a
nosotros a decirnos que nos habían visto en conciertos de la gira y que se
habían animado a hacer unos kilómetros para volver a vernos antes de acabar la
gira. Llegado el momento cogimos el toro por los cuernos y saltamos a escena
con una sorprendente ovación. Arrancamos los primeros acordes con una sensación
de éxtasis y un subidón de adrenalina más que importante. El concierto fue muy
animado y nos lo pasamos estupendamente, aunque no podemos negar que hubo una
sensación agridulce porque todo llegaba a su fin. Al acabar nos duchamos y
dejamos todo listo para irnos al acabar, no sin antes ser invitados por Mob
Rules al final de su show para subir al escenario y cantar con ellos su último
tema. Una locura genial!.
Al
finalizar hablamos un poco con la banda y nos despedimos más como amigos que
como simples compañeros de gira. Cogimos rumbo a España y nos hicimos unos
cuántos kilómetros hasta el día siguiente.
Día 12. Vuelta y París.
Era
visita obligada, y aunque nos retrasó en más de 6 horas no podíamos dejar pasar
la oportunidad de parar en París y hacer un poco de turismo. Pronto en la
mañana llegamos a la Torre Eiffel y subimos para visitarla por dentro.
Caminamos un poco por la zona e hicimos alguna visita turística para, unas
horas después, volver a la carretera para terminar el viaje a primera hora de
la mañana de nuevo en Asturias.
Más entradas sobre LAST DAYS OF EDEN aquí.