lunes, 24 de octubre de 2016

REBUIG: Mort i Futur (2016 - Varios Sellos).



Por Diego Rodríguez Liébanas.

¿REBUIG? Palabra que forma parte del paisaje urbano de la ciudad de Barcelona al figurar en todos sus contenedores de basura que significa literalmente “desecho” y que funciona a la perfección para un grupo que invita a las bandas metaleras a que se mojen un poco posibilitando que la crítica social forme parte de sus canciones y deje de ser coto privado del mundo punkarra. Os podéis imaginar la temática: la puta mierda de país que nos llevamos a la boca cada mañana y lo amarrado que tienen el resultado los cabrones que mueven el cotarro. Todo esto, utilizando su lengua materna, el catalán, como vehículo de expresión de la decadencia y degradación a la que asistimos diariamente.

REBUIG está formado por Víctor Teller al bajo y a los mandos de la producción, Óscar Altaba, batería, Jaime Luis Pantaleón, guitarrista, y Albert Coscolin como cantante, y era cuestión de tiempo que acabaran juntándose para formar un grupo de “chapa”, palabra con la que se refieren a su estilo, ya que son amigos desde hace muchos años. Con una trayectoria nutrida a sus espaldas forman o han formado parte de bandas como Room Of Mirrors, Cuzo, Tetsuo, OSO, Lords Of Bukkake o Gambardella. Con semejantes procedencias y trayectorias no es difícil de entender la amalgama de influencias que confluyen en REBUIG aunque ellos no tienen problema alguno en nombrar a Eyehategod como banda de referencia.


El proyecto tiene un marcado carácter Sludge Metal pero lo que escuchamos en "Mort i Futur" no se reduce exclusivamente a eso. La interpretación vocal, por ejemplo, se extrema hasta tal punto que se introduce reiteradamente en terreno Black Metal. Por otro lado, los riffs llegan a ser una muestra perfecta de un Doom de libro y, sin embargo, hay también momentos más limpios y melódicos en los que asoma la cabeza el Stoner. El sonido, o sonidazo, si me permitís, que han logrado para este álbum sitúa en primer lugar de la mezcla a la interpretación vocal de un Albert Coscolin inmenso aunque no es suyo todo el mérito ya que colaboran enriqueciendo tremendamente el resultado final los siguientes cantantes: Jorge García, de Adrift; Toni L. Querol, de Lords Of Bukkake, Alberto Rubio de Anal Hard, Gabbo Dubko, de Implore, y Guillem Funollet de Moksha y Assot.

A continuación nos encontramos con Jaime Luis Pantaleón cuya labor empuñando las seis cuerdas rara vez circula por terreno cómodo utilizando toda clase de recursos técnicos que son interpretados con mucha personalidad y creatividad. Tanto en la rítmica como soleando, la labor del guitarrista contribuye de forma determinante a darle un sello distintivo al sonido de la banda convirtiéndose en una fuente inagotable de musicalidad. Casi a la par, grueso y omnipresente, nos encontramos el bajo de Víctor Teller que toma las riendas de los temas en infinidad de ocasiones y que goza de una sonoridad apabullante. El mejor sonido de bajo que he escuchado en mucho tiempo. Por último, aunque no menos importante, debemos destacar la interpretación elegante y llena de detalles de Óscar Altaba. Uno de los aciertos más gratos es haber dotado al disco de ese sonido orgánico tan disfrutable para lo que debe sacrificarse un poco del protagonismo de la batería ya que una excesiva sonoridad podría comerse al resto de instrumentos.


Mort i Futur está formado por cinco temas y no llega a los 35 minutos de duración. ¡Perfecto! En serio, ni corto ni ostias… No echo en falta nada. Los dos iniciales “Penjat i Empalmat” y “After Al Pati De Llums” son las más largas rondando los nueve minutos llevándome ambas, aunque sobre todo la segunda, a pensar en la influencia que Church Of Misery ha tenido en REGUIG. La tercera, “12 Metres”, penetra en terreno más denso y radical con un pasaje intermedio agobiante y denso pero del que no te cansas. Con el ilustrativo nombre de “Zulos y Democracia”, mi preferida, se nos presenta la cuarta con una labor espectacular del bajo y la peculiaridad de albergar las partes más veloces del disco. Cierra “Andorra, Putas i Bosses De Brossa” en la que se permiten el lujo de abrir más aun el abanico de posibilidades metiéndose en zona progresiva con notable éxito.

Además de todas las bondades que he comentado sobre el disco me queda por destacar que se trata de un ejercicio de coherencia estilística y temática digno de mención. Las letras, directas, corrosivas, inyectadas en odio, no dejan títere con cabeza y casan perfectamente con el contexto musical construido dejando claro que el Metal puede (y debe) ser un continente inmejorable para dar cabida a toda esa rabia que se acumula tras presenciar día tras día como nos joden los mismos tipejos con las mismas artimañas disfrazadas de nuevas. En fin… Después de lo escrito… ¿Queda claro que me ha gustado mucho "Mort i Futur"?







© Diario de un Metalhead 2016.

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