By Larry Runner.
Tras casi una semana por el barro de la Holy Land de Wacken, llegaba el lunes a la oficina con esa puta depresión post-festival que siempre pesa como una losa. La vuelta a la cruda realidad del día a día tras estar cuatro viviendo la música que te llena con la máxima intensidad siempre es una auténtica condena.
Es en ese momento cuando más necesitas un chute de energía, a poder ser, fresca, algo que te vaya a llenar, pero miras en la estantería y aunque en ella haya miles de discos, parece que ninguno te llena. Así fue mi lunes post-Wacken 2016.
Llegué a la oficina y el compañero de reparto estaba de vacaciones. Toca carretera infinita toda la mañana, pero “tienes ahí un paquete”. Viene de Valencia. Mira que bien, que no me traje música y en 20 minutos de casa a aquí ya me turraron en Rock FM con la misma chapa de siempre.
Me voy, introduzco el disco en el reproductor, ya caigo, me lo había comentado Davish de Angelus Apatrida en “el Resu”, son sus “guajes”. THRASHGRESSIVE se llaman, me gusta el nombre, indica bien por donde van los tiros. Me encanta eso. Escucho de todo, pero cuando me pincho thrash, estoy en mi salsa. Me encanta volverme loco. A ver qué me dan.
Cuatro temas, esto promete. Si es una mierda no me va a turrar. Si es bueno, me dejará con ganas de más, pero la solución será fácil, volver a ponerlo. ¿Qué os parece que ocurrió?
Sí, todo el puto lunes arriba y abajo y vuelta y vuelta al disco. Sin parar, sin control. Lo que necesitaba en el lunes más duro de todo el puto año. Energía, un chute de thrash metal apadrinado por el mismísimo Davish G. Álvarez en la producción. Thrash old school, de ese que tanto me gusta, que es lo que me pone. Pero cuidado, que esto no es chumba chumba. Aquí hay elaboración. Hay trabajo detrás. Hay cambios muy trabajados, hay un muuuuuy buen trabajo sobre todo en las guitarras. Y luego, eso sí, una voz chillona que me recuerda, no lo puedo evitar, a la de mi amigo Juli Baz.
Cuatro cortes, al que si les tuviese que poner un pero, sería lo largo de su duración. Casi media hora entre los cuatro, mucho tiempo, algo que suele ocurrir en muchas bandas noveles. Hay muchas ganas de demostrar de lo que son capaces y parecen querer meter muchas cosas en los temas. Para ello las canciones se cargan de cambios de ritmo que se suceden una y otra vez. Sí, muestran mucha técnica, lo cual es a veces peligroso, te hace perder frescura, aunque este ... no es el caso.
En resumen, una nueva banda de Valencia con muchas ganas de hacerse valer. Son muy jóvenes, suenan frescos y mantienen la esencia del old school, pero aportando un grado de experimentación y técnica importante. Dicen en la hoja que han mandado adjunta, que "les gusta la sencillez". De verdad, no tienen ni puta idea de qué es eso. De sencillo nada, les gusta complicarse la vida. Cuando saquen el disco, que no se les vaya la pinza con eso, por favor, que a alguno ya le ha pasado. El thrash no debe nunca parecerse al jazz.
Personalmente, la demo me ha gustado. Mucho. Le falta un hit, pero aún así, merece mucho la pena. Y sí, me salvó la depresión del lunes, del martes, del miércoles...
© Diario de un Metalhead 2016.