viernes, 26 de agosto de 2016

WACKEN 2016. 04.08.2016. Crónica y fotos. Parte 2/4.


Texto: Larry Runner y Diego Rodríguez.
Fotos: Sergio Blanco y Larry Runner.

UNA NOCHE PARA RECORDAR. JUEVES 4 DE AGOSTO.

El jueves amaneció con sol castigador. Comenzamos nuestra jornada bien temprano. A las 2 de la tarde ya estábamos en el Press Tent para acudir a la rueda de prensa en la que SAXON desvelaban los secretos de su próximo álbum en vivo Let Me Feel the Power. La charla moderada como todas por el aquí compañero de Metal Hammer Alemania Christof Leim -a algunos les sonará el nombre por ser guitarrista en Sinner- , fue amena y en ella hablaron de los shows de Munich y Brighton en los que se recogió la grabación del DVD. También hubo tiempo para comentar la de veces que habían actuado en Wacken, de Lemmy y de algunos temas interesantes más. Al término, comimos y ya directos al Infield para vivir una tarde y noche de jueves como pocas hemos vivido en nuestras vidas.


SKYLINE, como siempre, abrió el fuego en los escenarios grandes, en este caso, en el Black Stage, que fue donde se sucedieron a lo largo de la jornada todas las actuaciones importantes, quedando el True Stage todo el día reservado para los preparativos de IRON MAIDEN, demostrándose así quién era el único y auténtico headliner de esta edición. Tiraron de versiones de grandes clásicos con invitados de lujo a modo de acompañamiento mientras el público se divertía entre los enormes balones arrojados desde el foso. Nos pusieron la carne de gallina con un Metal Health de Quiet Riot que sonó mágico. Henning Basse y Dave Ellefson, a la guitarra rítmica -como os cuento- centraron objetivos.

Saxon

SAXON fueron los siguientes. El sol seguía atizando y ellos venían a echar más leña al fuego. Abrieron con el soso Battering Ram, pero a partir de ahí ya fue un no parar de hits. Motorcycle Man, Sacrifice, Power and the Glory, Solid Ball of Rock ... nos lo estábamos pasando en grande y así hicimos durante tres cuartos de hora. Pero interrumpimos nuestro estado de euforia, aunque era doloroso, para escaparnos corriendo hasta el Headbangers Stage. THE DEAD DAISIES debutaban en Wacken y no nos los queríamos perder por nada del mundo.

The Dead Daisies

No se llenó la carpa para ver a THE DEAD DAISIES. Creo que muchos no se habían enterado aún de quienes eran los fenómenos que actuaban allí. Probablemente el nombre les era aún desconocido. Creo sinceramente que así fue, pues como prueba tenemos el Meet & Greet al que apenas acudió gente. Abrieron con Fortunate Son -el cover de Creedence Clearwater Revival que han grabado para su debut Make Some Noise- y enseguida pusieron patas arriba al público de la carpa, que acudía con muchas ganas de fiesta y sabiendo que los cracks que estaban sobre las tablas no iban a decepcionar. Corabi a la voz, Mendoza al bajo cantando los coros como un Dios, el guapetón rubio Aldrich volviendo locos y locas a todos con su actitud y su buen hacer, Brian Tichy a la batería y David Lowy en la otra guitarra. Cada canción propia de su debut Make Some Noise -que salía a la venta al día siguiente- suena a himno clásico. Chiflamos con su música sin conocer aún los temas salvo por algunos adelantos de youtube. Fue magia pura, uno de esos conciertos que quieres recordar para toda la vida. Siempre he escuchado que el Headbangers Stage sonaba mal. Pues bien, la culpa no es del escenario. Ellos sonaron a gloria bendita. Al día siguiente fui a comprarme el disco. Quizás vayan a ser los 15€ mejor gastados del año.

The Dead Daisies

Vuelta al Infield para ver a otro de los grandes clásicos del festival. En mi caso más de tres décadas esperando por ellos: FOREIGNER. Vale que la formación de hoy en día poco tiene que ver con la original, pero ver a Mick Jones acompañado de gente tan enorme como Jeff Pilson al bajo, el increíble Kelly Hansen a la voz, Michael Bluestein a las teclas y el batería Chris Frazier al que ya había visto al menos con Eric Sardinas (no recuerdo si con Whitesnake también), fue lo suficientemente imponente como para no echar de menos a nadie. Canciones como Cold As Ice, Urgent, Feels Like The First Time, Juke Box Hero y por supuesto I Want to Know What Love Is hicieron que merecieran la pena todos los años de espera. Sensacionales.

Foreigner

Set-list FOREIGNER
1. Double Vision
2. Head Games
3. Cold as Ice
4. Feels Like the First Time
5. Dirty White Boy
6. Urgent
7. Juke Box Hero
8. I Want to Know What Love Is
9. Hot Blooded

Foreigner

Habían caído dos clásicos seguidos y faltaban dos más, pero mientras en el Bullhead se avecinaba también una jornada gloriosa pero para los amantes del extremo. Atención, porque allí iban a actuar de seguido VADER, TSJUDER, IMMOLATION, MARDUK y THE BLACK DALIAH MURDER. Casi nada. Diego no se quiso perder a VADER.


Mientras Foreigner actuaba en los escenarios grandes, los amantes del metal extremo tenían una cita en el WET Stage con los polacos VADER, las leyendas del Death Metal. La banda de Piotr Wiwczarek puso literalmente patas arriba la carpa con un sonido espectacular y un set list muy acertado en el que tuvieron cabida temas antiguos como Dark Age y nuevos como Triumph Of Death. Actuación de Matrícula de Honor.

Whitesnake

Afortunadamente, he visto a WHITESNAKE muchas veces a lo largo de mi vida, y nunca, jamás, han perdido el encanto. Da igual quién acompañe a David Coverdale, siempre aparece con una banda sensacional. Cuando era adolescente soñaba con ser músico, pero no un músico cualquiera, soñaba con ser músico de WHITESNAKE, la banda que siempre “me la pone dura”, el grupo que hace que uno "se plantee su sexualidad".

Whitesnake

Joel Hoeckstra es el fichaje que sustituye a Aldrich y junto con Reb Beach y las teclas de Michele Luppi (Secret Sphere, Vision Divine) son los cimientos sobre los que hoy en día se asienta uno de los repertorios más grandes que se pueda disfrutar en un concierto en vivo. Bad Boys es la floja de un set-list para volverse loco con Love Ain’t No Stranger, Here I Go Again, Fool for Your Loving, Crying in the Rain, Is This Love ...  en el que los solos ayudan a oxigenar a un Coverdale castigado por la edad pero que no ha perdido ni un ápice de su carisma y de su feeling. Cerraron son Still of the Night y aún ahora me pregunto cómo mi cabeza todavía está pegada al cuerpo. Dioses. La noche iba de divinidades. Ahora venían IRON MAIDEN y me proponía a echar el resto y si reventaba físicamente, pues era lo que tocaba y a descansar. No pensaba guardarme un gramo de energía.

Iron Maiden

¿Qué podemos contar a estas alturas sobre IRON MAIDEN en este The Book of Souls Tour que no se haya contado? Poco que añadir a críticas pasadas. El grupo cerraba gira en “el mejor festival del mundo”, frase que no se cortó en repetir Bruce Dickinson varias veces durante su show. La Union Jack volvió a ondearse en el país del Barón Rojo. Una vez más Eddie perdió su corazón y pagó sus obscenos gestos ante el vocalista que antes había bromeado con los 64 años de Nicko McBrain. Era el fin de gira y a la banda se le veía feliz, sólo el jefe Harris parecía guardar la compostura por completo. Janick Gers incluso llegó a contagiar a Adrian Smith y buenas carreras se echaron en Hallowed Be Thy Name de lado a lado del escenario.

Iron Maiden

He visto a IRON MAIDEN muchas veces, les he visto en comienzos de gira y con esta hasta cuatro veces fuera de España, pero verles cerrando tour es mucho más especial. Al término de la actuación, McBrain apareció micro en mano para hacer comparecer a toda la banda y sus pipas y sacarse una foto finish. Tal era su euforia y felicidad que acabó felicitando hasta la navidad y el año nuevo. Incluso logró que le cantáramos a Dickinson por su 58 cumpleaños, edad que le alcanzaría dos días más tarde. Sí, fue una actuación especial. Sin duda. Enormes siempre. Inolvidable.



Mientras yo me quedaba a ver el homenaje a Lemmy Kilmister, titulado en el Running Order como Born to Lose, Lived to Win, Diego se iba corriendo en busca de más emociones al Bullhead.

MICHAEL MONROE se cayó en una marmita de Rock´n´Roll hace décadas convirtiéndose en un frontman forjado en esa escuela añeja, excesiva y provocativa de la que, tristemente, empiezan a escasear representantes. Abanicos, gorras, lentejuelas, poses, carreras, saltos, escaladas por las torres de sonido… Cogió al público y se lo metió en el bolsillo de principio a fin. Además de una interpretación vocal a la altura, sus incendiarios solos de saxofón demostraron que todo lo que toca arde.

Michael Monroe

Casi cincuenta años después, Eric Bloom y Buck Dharma siguen llevando por el mundo la música de BLUE ÖYSTER CULT y bien agradecidos que estamos de que lo hagan pero es de justicia decir que no fue la noche de los estadounidenses. La banda mantuvo un nivel discreto a lo largo de todo el show y esa fue la tónica generalizada excepto momentos en los que decidieron pisar un poco el acelerador a través de clásicos como Godzilla, Cities On Flame With Rock And Roll o Don´t Fear The Reaper con los que nos obsequiaron con unas gotitas de su elixir.

BORN TO LOOSE, LIVED TO WIN. Apenas duró quince minutos, pero el homenaje a Lemmy fue realmente eso, un auténtico homenaje. El bombardero colgando del techo y volando sobre un escenario en el que sólo aparecían una muralla de Marshalls. Sonando, Mötorhead, a toda hostia, como siempre fue. Mientras, en las tres enormes pantallas, imágenes de todas las épocas de la leyenda. Un precioso colofón a una noche para recordar.

continuará...

© Diario de un Metalhead 2016.

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