martes, 8 de noviembre de 2022

ROAD REPORT: De gira con STEVE VAI por USA. Parte 3.


Dani G. nos hace llegar la tercera entrega de su vida en la carretera girando por Estados Unidos siendo parte del crew de Steve Vai. Vamos con ello.


Texto y fotos: Dani G.

Parte III

Dicen que tu cuerpo se habitúa a algo realmente pasadas tres semanas siguiendo una rutina. En mi caso vamos a por esas tres semanas, pero no termino de ver eso muy claro. Nos levantamos para comenzar la jornada en Austin. Mi noche había sido dura porque no había dormido nada. La jodida costilla de 70$ me dejó KO, creo que tanto psicológica como físicamente. Me revolvía por dentro… Pero había que seguir adelante!. Esa noche estuvimos en un teatro estupendo por el que habíamos pasado el día anterior a la vuelta de la cena. Estaba muy cerca del hotel, así que fuimos dando un paseo. Tras montar y chequear todo me acerqué hasta el bus, aparcado en frente de la sala, para picotear algo antes de las pruebas. Hacía un día estupendo, así que me fui con Carlos Arellano a visitar un parque y un capitolio que había allí cerca. Carlos es un gran tipo, muy profesional y centrado en su trabajo. Se preocupa de todos nosotros, porque además es el Tour Manager, y siempre está diciendo que nos va a convertir en soldados.

Esa misma noche volvimos a tener una reunión para matizar algunas cosas del funcionamiento que teníamos. Nada crítico, pero en realidad en estas giras todo tiene importancia y todo suma. 


La mañana siguiente amanecimos en Houston (no, no tenemos un problema). Ya estábamos frente al “House of Blues”, y como me levanté bastante pronto me fui a dar una vuelta por los alrededores. Houston parece una ciudad bastante chula, con muchos edificios de más altura que la media hasta ahora. En general todo se ve limpio y cuidado. Después de un paseo por la zona me cogí algo para desayunar y volví al bus hasta que llegase la hora de acceder a la sala. Tras pasar unos controles de seguridad (eso me hace pensar que aquí tienen también algún problema con las armas) subimos a una tercera planta, que era donde íbamos a actuar esta noche. Este House of Blues estaba a medio camino de los anteriores respecto al tamaño, y según me contaban, teníamos casi todo vendido. Durante la prueba Steve nos llamó a todo el equipo que estamos normalmente en el escenario porque nos iba a hacer un anuncio: “vamos a preparar el tema “Incantation” y quiero que todos los técnicos que estáis en el escenario salgáis a tocar algo”. ¡Wow!, ¿en serio?, ¿además de salir a cantar iba a tener el lujo de salir a tocar algo con Steve todas las noches?. ¡Qué locura!. ¡Y qué responsabilidad!: no sé si lo he comentado ya, pero aquí lo que más sobra es talento. Dante, backliner de Dave y Philip, es un guitarrista de la hostia. Pero es que Douglas, el técnico de Steve, es lo más parecido a Steve Vai que haya escuchado nunca. Dos tipos con tanto talento que en el mejor de los casos yo solo pareceré un muñón. Pero coño! Será muy divertido!!!. Es algo que había que masticar tranquilamente…


Esa noche fue muy especial, porque antes del show nos trajeron un pastel con la forma de la Hydra. ¡Qué puta pasada!. No era el típico pastel de mierda que intenta imitar una guitarra y que quien lo hace no sabe ni cuántas cuerdas hay que poner. No, esta era una réplica perfecta. Tenía todos los detalles, a escala. Fue todo un detalle, y posteriormente durante el concierto y en redes sociales Steve quiso agradecerlo públicamente. Cuando volvimos esa noche al bus lo estuvimos compartiendo y la verdad es que estaba buenísimo.


Ya estábamos en el 13 de Octubre y teníamos día libre de nuevo. Por la mañana paramos a desayunar en un local típico americano. Fue sin duda el mejor desayuno hasta ese día: huevos revueltos, un trozo de cerdo a la parrilla, una especie de puré de patata con pan de brioche para mojar y manzana asada. Desayuno de campeones, sí señor. Poco después llegamos al hotel, en medio de la nada, donde nos quedábamos ese día. No había mucho plan posible: algún restaurante de carretera y nuestro hotel. Así que el plan era descansar. A última hora de la tarde quedamos con Steve para ir a comer algo. Había visto un sitio italiano cerca, y siendo vegetariano como él es no había muchas más opciones “decentes”. Pues nos acercamos caminando sobre las 8 y cuarto, que estaba a menos de un kilómetro, y al llegar vimos el cartel de “cierre a las 9pm”. Íbamos pillados, pero llegábamos a… ¿a tiempo?. Según vimos que tenía las luces apagadas y estaban como recogiendo Steve abrió la puerta y preguntó si estaban cerrando. “Efectivamente” le dijeron. “Pero aquí pone que cerráis a las nueve…”, y le respondieron con un “ya, pero ya tenemos la cocina cerrada y no os podemos atender”. ¡Ole tus huevos!. No nos quedó más remedio que ir al restaurante del hotel, que al final ni tan mal, oye…

Al día siguiente, después de buscar un sitio en la calle para sentarme al sol y leer un rato, entramos al “Lyric Theatre” de Birmingham. Es un sitio con historia: es el primer teatro donde dejaron entrar a blancos y negros a la misma función. No les dejaban entrar por la misma puerta, y los negros solo podían ir al piso de arriba, sin butacas. Pero en su momento fue un avance. Qué pena que estas cosas pasaran en la realidad y no se trate de ficción… El concierto salió genial, hubo una vibración especial en el ambiente, y aunque no fue un lleno absoluto, la gente estaba muy entregada. Eso si, el equipo de luces local era el típico de un teatro, y no había nada de luces en movimiento ni similar, así que el pobre de Rice tuvo que apañárselas… Steve me comentaba además que le encantaba los videos que le estaba editando, y que le parecía muy guay que hubiera elegido “Zeus in Chains”. Le encantaba la cara que pongo nada más empezar el primer video, y decía que no sabía muy bien por qué, pero desde ese momento había asociado una parte de la canción a mi cara y cada vez que tocara la canción se le iba a aparecer ese fotograma. Qué tipo…

Esa noche nos quedamos hasta bastante más tarde de lo habitual. Mis compañeros estaban sembrados y tuvimos momentos muy divertidos en el autobús. Pero había que descansar, que a estas alturas y por mucho día libre que tengamos, el cansancio empieza a acumularse.


Amanecimos en la localidad de Macon. Esa noche estábamos en el teatro “Capitol” y la mañana se presentaba muy soleada, así que volví a salir al sol para echarme unas cuántas páginas de la biografía de Ozzy. Es súper divertida y estoy empezando a “necesitar” ponerme con ella en los ratos libres porque me está enganchando. Este teatro de hoy es un poco más viejo y descuidado que el del día anterior, y especialmente el escenario es mucho más pequeño. No es que fuera una miniatura, que ya lo quisiera yo para mis queridos LDoE todos los días, pero para lo que estamos acostumbrados con Steve se nos quedaba un poco justo. Pero el tipo que ha tocado con Whitesnake, Frank Zappa o Dave Lee Roth delante de audiencias masivas no se queja nunca por nada. Si hay algún bache o algún contratiempo él es más de tirar adelante y solucionar. Y vaya si solucionó. ¡Menudo concierto!...

El día siguiente estábamos en Atlanta. Era un concierto un poco más especial para mi porque vendría un amigo valenciano que estuvo tocando guitarra con Mónica Naranjo en la gira mexicana de hace unos años y con el que sigo en contacto. El tipo está trabajando aquí con el Circo del Sol, y coincidía que estaba muy cerca y podía acercarse al concierto. La sala era la “Variety Playhouse”, una especie de teatro enorme, con un gran escenario, muy bien equipado y con una acústica bastante decente que había sido construido como sala de cine en tiempos de la Segunda Guerra Mundial. Nada más entrar me encontré con un señor super amable encargado de la iluminación con el que estuve hablando un buen rato antes de que empezáramos con el load-in. Las pruebas fueron un poco más cortas de lo habitual porque -inesperadamente- había un telonero. Larry Mitchell, un guitarrista amigo de Steve nos iba a acompañar durante las próximas cinco fechas. Casualmente es amigo de Jen Majura, y al poco de enterarme Jen me escribió para decirme que se conocían y que le diera un gran abrazo. El concierto fue de escándalo, y Jeremy por fin pudo introducir en condiciones el didgeridoo en su solo. El tipo controla la respiración circular y al parecer lleva varios años practicando con el instrumento, así que nos dijo que quería introducirlo en la primera parte de su solo. Para mi gusto queda genial.


Al siguiente día amanecimos en Clearwater, la primera ciudad que pisaremos del estado de Florida. Teníamos día libre, y estábamos ya en el aparcamiento del hotel. A primera hora Carlos nos avisó de que ya teníamos listas las habitaciones, así que corrí a la recepción del hotel y creo que fuí el primero en coger su llave. La habitación parecía un apartamento: enorme, con salón, baño, vestidor, cocina, comedor… Así que me di una ducha rápida y me lancé a ver la playa. La caminata no estuvo mal: crucé unos 5 Km de ciudad caminando y cuando llegué a la playa vi que había merecido la pena. El agua era cristalina y la arena blanca y muy fina. No había excesiva gente, así que pude dar un paseo tranquilamente cruzando media playa hasta que me cansé y di la vuelta. Pero no todo iba a ser buen tiempo y me pilló la lluvia, así que tuve que regresan en Uber. Cena mejicana y un poco de trabajo y ponerme al día con los emails en la habitación y fue un día muy tranquilo. A la mañana siguiente fuimos al teatro “Capitol”, donde estaríamos esa misma noche actuando. Un sitio hermoso, bastante grande, y con sold out. Curiosamente hablando con uno de los técnicos locales nos encontramos con que sus padres eran Asturianos. Qué pequeño es el mundo… Dante (el backliner de Dave y Philip) es de por esta zona, así que su novia aprovechó para pasar el día con nosotros. 


Por la noche otro concierto glorioso con un buen rato de aplausos al final. Casi no nos dejan marchar. Recogimos otra vez y volvimos al bus. Allí la novia de Dante tenía una sorpresa para mi: como ya es bien conocido desde la gira europea, todos saben que me encanta el picante. Así que la novia de Dante me trajo una especia de dorito (en la caja viene uno solo, dentro de un envoltorio de esos de plástico de plata como si fuera material radioactivo) de color negro que se ha puesto bastante de moda en USA con lo que ellos llaman “One Chip Challenge”. No había oído hablar de ello, pero al parecer la gente se intenta comer esto y no morir en el intento, pero no hay un gran porcentaje de éxito. El caso es que tenía a toda la banda, la crew, la novia de Dante y a un amigo de Julian allí delante mío, teléfono en mano grabando el momento, y esperando a que me comiera aquel dorito negro. Pues de un bocado lo mastiqué y me lo tragué. ¡Joder! ¡Picaba un huevo! pero tengo que decir que he comido cosas más picantes. Me dejó casi sin habla durante unos segundos, y las lágrimas se apoderaron de mis ojos. Todos me preguntaban si estaba bien, pero la verdad es que no era para tanto. De hecho a posteriori me dijeron que todos estaban esperando que me tirara al suelo a retorcerme de dolor o a vomitar. Pero no, les jodí el plan. A los quince o veinte minutos les di las buenas noches y me fui a mi litera. ¿Tenía que esperar que me muriera por la noche o que tuviéramos que parar a “descomer” en medio de la autopista? ¿acabaría en el hospital? ¿me levantaría a vomitar sin poder llegar al baño?... Bueno, pues todo eso y mucho más en la próxima entrega.

continuará ...

© Diario de un Metalhead 2022.

  







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