Por Jorge López Novales.
La sala Babylon (León) fue el lugar donde la noche de 29 de octubre, tuvo lugar un concierto de dos bandas hermanadas. Seguramente
Este día las calles de León estaban animadas. Pequeños monstruos disfrazados las recorrían, aún sin ser la noche de Halloween. Llovía un poco y yo empezaba a recordar lo que era el frío, aunque lo de hoy era un pequeño aviso. Iba a ser un buen plan estar recogido en una sala.
La última vez que había visitado Babylon había sido en el homenaje a Lemmy por parte de bandas locales. La vez anterior fue un concierto de Soldier y ya había visto a Sound of Silence en esta sala junto con Legacy of Brutality.
No tenía escuchado nada de la banda zaragozana Nuestroctubre y preferí dejarme sorprender. Desde 2019 que no tocaban fuera de su ciudad. Tienen un sonido Deathcore/Metalcore (sin ser su territorio exclusivo) en castellano, y llevan dando guerra desde 2006 con el nombre de Blackmatadero (desde 2012 con el nombre de Nuestroctubre), con buenos detalles instrumentales y una voz con muchos registros de Víctor Iglesias que lo distingue de ingentes bandas de este estilo. Eso permitió que no me aburriera y disfrutará de sus temas.
El año pasado su batería, Jimmy, abandonó la banda, y entró a formar parte de Nuestroctubre, Alexx Valladares. En octubre Alex Gacias, su bajista, dejó la formación… no he encontrado más datos de quién los acompañó esta noche.
Empezamos un poco más tarde de las 9.
Víctor se apropió del escenario. Viendo que se le quedaba pequeña optó extender sus dominios al territorio del público. Casi acto seguido fue llevando a la gente a las primeras filas. Contextualizó algunos de los temas. Eso siempre está bien, siempre que la persona que lo haga no se extienda demasiado (como fue el caso).
Como anécdota: Alexx le echó muchas ganas a “Listo para arder”, empezó sólo.
Cerraron con “Cálculo exacto” dejando a la gente preparada para lo que vendría a continuación.
El último trabajo de Sound of Silence, "Primvs Capite", me ha encantado. Empecé a escucharlo con poca motivación, no sabía qué esperar, y desde el primer segundo me sorprendió. Amplían horizontes e introducen matices que lo sumergen en un metal extremo atmosférico con un tinte black metal. Es el primero de cuatro capítulos.
Tocaron tres temas más que en el Karma Fest. Dispusieron de más tiempo en esta ocasión, unos cincuenta minutos, del que su nuevo single, “Océano de traición”, se come casi ocho minutos.
Nefta desde el principio se subió a una banqueta y conectó con el público. Ya sea en sala, al aire libre, o en festival da gusto verlos ir a por todas.
Respecto a la alineación del Karma estaba Jorge Rodríguez a la batería. Es curioso verle tocar ritmos endiablados y parecer que está haciéndolo fácil. Volveríamos a tener a Viti al bajo. A la derecha de Nefta lo veríamos con David, interaccionando entre ellos como si llevaran toda la vida haciéndolo. A Rubo, a la izquierda, se le veía muy concentrado con su guitarra.
Me quedo con el momento en que David Fernández-Argüelles se dejó llevar (literalmente) y el público lo alzó mientras tocaba su guitarra.
Otra de las curiosidades fue el tema “Viendo al cielo llorar”. Esta noche tendría dos vocalistas: Víctor y Nefta. Veríamos materializada esa “hermandad” de bandas a la que habíamos aludido al principio.
Y a continuación nos remataron con “Densa niebla”.
Pasadas las 11 de la noche ya estábamos fuera.
© Diario de un Metalhead 2022.
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