viernes, 28 de julio de 2017

BORN IN EXILE: Drizzle of Cosmos (2017, Autoeditado)


Por Larry Runner.

Quizás no sea yo la persona más adecuada para escribir sobre una banda como BORN IN EXILE, y es que no soy de meterme en rollos con tintes de progresivo, es más cosa de José Ángel, pero como quiera que últimamente no está muy por la labor de ayudar en el tema de escribir, me he quedado yo con el cd y a ver qué pasaba.

Y sí, ahí están las estructuras complejas de esta banda barcelonesa que lleva un lustro trabajando. ¿Progresivo? Una puta chapa de esas que empiezan a enredarse con complicadas estructuras que no parecen tener fin y donde para encontrar un estribillo casi te tienes que cagar en el cielo? Pues sí, algo así, pero mira por donde, que siendo yo uno de los que opina normalmente de esa forma sobre el género, me he comido este autoeditado “Drizzle of Cosmos” crudo y enterito, sin mayonesa ni nada.

Y es que a veces parece que se les va la pinza y comienzan a navegar por los mares del virtuosismo como en “Fields of fire”, pero los muy canallas luego le meten un estribillo y ... te la comes. Sí te tragas esa y “Revenant” y así todas las que vienen después, porque vale que a veces se meten en infinitas partes instrumentales donde las guitarras parecen cuadros surrealistas, pero luego siempre saben meterles ese cambio y esa parte pegadiza que te atrape.


Vale que hay muchas bandas progresivas que lo están haciendo muy bien. Fíjate que InsideOut no para de sacar discos y discos que al pincharlos no parecen tener fin. Si es así, ¿por qué darles a estos una oportunidad?

Pues te daré mi versión y luego tú ya juzgas. Lo primero porque me resultan agradables al oído a pesar de que a veces las estructuras se retuercen, pero son intensos, heavies, duros y frescos. Su apuesta es insolente, novedosa y al contrario de la inmensa mayoría de los grupos de este palo, ellos tienen una mujer a la voz. Sí, Kris Vega comanda este quinteto estando soberbia y al nivel del resto de músicos de la banda, y mira que es difícil.

Sus líneas vocales están a la altura de lo mucho que suena tras ella, en canciones que a veces parecen no dejar hueco a introducir la voz, pero Kris ejecuta su trabajo fantásticamente, cantando bien y gritando cuando la intensidad del tema lo pide. Contribuye a la intensa atmósfera que crean sus compañeros en la que jamás falta la melodía. Quizás el único tema que se me haga un poco más cuesta arriba sea "No End", por su duración, pero aún así, libra a pesar de lo mucho que experimentan.


Cierran la obra con un tema cantado en castellano, “La serpiente del condenado”, con un toque más heavy quizás que el resto del disco y que aparece con la etiqueta de bonus track. 

Si te gusta el estilo, será imprescindible. Si eres de música más directa como yo, dale una oportunidad. Nunca se sabe, igual te enganchas, quizás te guste como a mí. No te cierres.

Muy muy buenos.







© Diario de un Metalhead 2017.

Más progresivo aquí.