📝 📷 Jorge López Novales.
El pasado viernes 16 de febrero recibíamos, en Asturias, la visita de Frakture y de Karonte. NueveConDiez esta noche serían los locales encargados de abrir la noche en la Lata de Zinc.
Para mí era una oportunidad única de ver a una banda con un gran bagaje como es Karonte, que llevan treinta años sin parar. No se prodigan mucho discográficamente hablando, pero nunca han dejado de lado los escenarios (con las obvias excepciones). Había leído la reseña de Larry de su último trabajo, “Nacer- Sufrir- Morir” (2023) y tenía apetencia de un directo de metal extremo.
Un grato descubrimiento los thrasher vizcaínos Frakture en lo que fue a su segunda visita a Asturias. Mucho cuidado con lo que puede hacer esta gente en el próximo KarmaFest (Pola de Laviana) de finales de septiembre.
Era el día grande de carnaval en Oviedo y la ciudad estaba hasta arriba. Alguno se dejó caer disfrazado por la Lata. Pero se respiraba otro tipo de ambiente en la sala: había seguidores de Karonte que habían venido desde Cantabria.
Las tres bandas tendrían que acabar sobre las 23:30, así que no podía nadie distraerse. En ese sentido fue todo rodado.
NueveConDiez empezó pasadas las 21:00. La banda es una apuesta segura de gran versatilidad, y más con el setlist tan contundente que ha quedado después de incorporar los temas de su último disco “Tú, yo y el Fin del Mundo” (2021). En mi caso han perdido el factor sorpresa, pero siempre me agrada verlos en directo.
Practican un hibrido de punk, metal que acaba alumbrando un sonido único, con mucha fuerza. La rabia que imprime Fran Rubio a las letras y la banda, no sería muy diferente a la que muestran los demoledores Frakture. Esta noche, por supuesto, estaban infinitamente más cómodos que la última vez que los vi en el KarmaFest.
Una de las fortalezas de NueveConDiez son sus guitarras. Hubo gran nitidez en las interpretaciones de Fran y de Eneko.
Metieron diez temas, con su intro, en cuarenta minutos. No podía faltar “Todo se pudre bajo el mismo sol”, “Tarde”… para cerrar con “Bala perdida”.
Frakture llegaron para no tomar prisioneros. El primer puñetazo que nos dieron vino con “Antzietatea”. Suenan mucho más agresivos que en su referencia discográfica Frakture (2020). Se presentó como una banda rodada, muy compacta. Iván se muestra como un efectivo, e imprevisible, frontman con afilados discursos directos, dando contexto a los temas, sin perderse en ellos. Al igual NueveConDiez, el mensaje también es necesario.
Sorprendieron al personal con una versión de Sepultura, “Refuse/ Resist”, que quedó muy resultona. Encendiendo, todavía más, al personal.
Imanol Oliveros se dio una paliza a la batería y, certero, llevó a la banda a toda mecha hasta llegar al último tema, “Frakture”.
Se hizo corto. Lo dicho, tengo ganas de ver lo que pueden dar de sí en un escenario más grande.
Turno de Karonte. La banda con formato trio se apoderó de la sala. Un sonido atmosférico nos sumergió en su imaginario: la oscuridad en un envoltorio de gran belleza. Acaban por arrastrarnos a todos a su terreno. En Cantabria hay auténtica devoción por la banda, después de esta noche, ya me explico por qué.
Interpretaron prácticamente todos los temas de su último trabajo. Se convierte en un viaje de contrastes, de melodía, con un arsenal de riffs de guitarra que nunca se repite. Guiados por el relato de Kini Fernández y su guitarra, la firme batería de Rochar y el particular sonido grave de Isma.
Empieza “El último de los creyentes. El tiempo parece detenerse: “Rey de muertos”, “Víctima”, “El Ocaso”. Es hipnótico ver un tema tras otro.
Llega “Nacer-Sufrir-Morir” que nace como un medio tiempo, que adquiere un ritmo endiablado para luego acabar reduciendo la intensidad nuevamente (abrazando el doom). Muy representativo de todo lo que vimos y del ciclo de la vida.
Y se acaba la magia.
No esperaba pasármelo tan bien.
Gracias Kini y a la sala por las facilidades.
© Diario de un Metalhead 2024.
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