lunes, 18 de marzo de 2024

Los lunes al thrash. BIO-CANCER + ELECTRIKEEL + SOUND OF SILENCE. Oviedo, 11.03.2024. Crónica.

📝 📷 Jorge López Novales.

Volvían los lunes al thrash a Asturias, a la Sala Gong (Oviedo). Una parada del "Revengeance Tour". Los lunes mágicos, en la que alguien que arriesga, nos trae una delicatessen, un regalo para los fieles de un sonido no tan convencional. Hoy había una banda griega, en el menú, Bio-Cancer, que coronaba el cartel.


Ya sé por qué esta banda está en la lista de Larry. A la próxima, caerán, seguro. Lo habría sabido disfrutar más que yo. Yo no las tenía todas conmigo para venir esta noche. Por lo menos, uno de los dos pudo disfrutar de esta velada.

La denominación thrash se iba a quedar muy corta esta noche. Ninguna de las tres bandas se atiene de forma literal a su sonido: a la primera de cambio abrazan al extremo (exceptuando Electrikeel que beben de otras fuentes, ya que en su sonido cuentan con una etiqueta crossover).

Arrancamos con puntualidad a las 21:00. El poderoso trio de Iruña irrumpió con fuerza. Me gustaría destacar el nivel técnico de los instrumentistas y vocalistas de esta noche. Y se notó la presencia de dos pesos pesados en la mesa de sonido: Isaac Prieto y Gus Bocanegra (sonorizando a Sound of Silence).

Con todas las mejoras de luz, escrupuloso manejo de horarios, profesionales a cargo del sonido… Se entiende que la Sala Gong sea un punto referente, una obligada parada para las bandas que vengan de fuera.

Electrikeel viene presentando su Straight Outta Depths (2023). Su setlist se iba “oscureciendo” tema a tema hasta llegar a “Till We Die”, el máximo exponente de su sonido.

Muy buenos detalles de Asier Bendoiro a la guitarra. Se despachó a gusto con sus riffs y solos. Una firme base junto a Xavier Rekalde al bajo y a Jon Laguna a la batería.

Como diría el Prestixosu Gastrónomu David Castañón: “Muy, muy rico todo”.

Los griegos Bio-Cancer fueron los segundos. Uno de sus guitarristas Stavros Marino (el rítmico había tenido un problema de COVID y no había podido venir a esta gira) con lo que todo el peso recayó sobre Thanasis Andreou. Una complicada papeleta.

¿Cómo lo solventaron? Más volumen de bajo, y tirar en exclusiva de una guitarra con todo lo que conlleva. Aunque Asier Bendoiro echó una mano en alguno de los temas. Y en ello se ve el esfuerzo que hicieron los griegos en el esfuerzo de acercarnos lo más fielmente posible a su sonido. ¿Cómo afectó al concierto este contratiempo? Sin ninguna referencia previa de un concierto con dos guitarras de Bio-Cancer, a mi entender, sacaron un sonido poderoso sin que pareciera que cojeara por ningún lado. Destilaban agresividad sin control; un blackened thrash que rompe esquemas, repleto de riffs imbuidos de tremolo picking. Tardaron un par de temas en conectar con el público.

Presentaban esta noche su tercer trabajo, “Revengeance” (Hammerheart Records, 2023).

Lefteris Hatziandreou acaparó todas las miradas haciéndose dueño y señor del escenario; un frontman amenazador a juego con su sonido. Se golpeaba con fuerza la cabeza con el micro a la primera de cambio.

Tras nueve temas, cierran con “44 Days in hell”. Para entonces, nos habían volado la cabeza con su intensidad.

Sound Of Silence jugaban en casa. Cada día me gusta más su directo. Nunca se dejan nada, lo digo siempre. Impresiona la capacidad que tiene la banda de tener reservistas, amigos, de nivel para echar una mano. En este caso, para la gira estatal (un problema logístico para cualquiera), tuvieron que contar con Dmitry Stalingrado (combo letal junto a Rubo esta noche) a la guitarra en vez de Nague. Ya hemos visto cambios puntuales en otras circunstancias: todo un Javi Pity sustituyendo a Jorge Rodríguez en un Karma Fest (ambos, de lo mejorcito que tenemos a la batería en Asturias). Eso te da la seguridad de que pueden sacar adelante en cualquier circunstancia.

Dejémonos de flores porque a las 23:15 arrancaron con un tema de su “Primvs Capite” (su último EP), “Tensa calma”, sin dar tiempo a asentar la polvareda que habían levantado los griegos. Han endurecido y enriquecido su sonido con black metal con lo que los directos han ganado en contundencia.

Lo tienen complicado para escoger clásicos en sus tres cuartos de hora: “Nunca seré feliz”, “Felices bajo tierra”…

¿A destacar? Algunas de las píldoras socarronas de Nefta arrancaron carcajadas. Supo mover a la gente con efectividad. “Densa niebla” ya no puede faltar en ningún concierto de la banda. Es el momento en que Nefta se da un paseo llevado en volandas por el público.

Y llegó la dura realidad, el final. Al menos el lunes se convirtió en un día llevadero.

Gracias Iñaki por todas las facilidades.


© Diario de un Metalhead 2024.



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