📷 Jorge López Novales.
Noche de Power Metal de la mano de Z! Live Rock Fest con tres bandas que bien podríamos meter en ese estilo aunque cada una con una forma muy diferente de entenderlo y por supuesto de interpretarlo.
Abrían la noche los madrileños ARWEN, el principal atractivo para el que esto escribe, pues hace años que tenía muchísimas ganas de verles y aún no había podido. Ellos fueron la razón principal para que no estuviera en Oviedo viendo a los amigos de Cain’s Dinasty, que tocaban a la misma hora en la Sala Gong de la capital asturiana. Una pena las coincidencias. Como a los alicantinos ya les he visto por suerte en más de una ocasión, elegí la opción Gijón para la noche del viernes.
ARWEN saltaron al escenario sin probar. Apenas un chequeo de líneas y a correr. Abrieron con “Hollow Days”, ese mágico hit que abre su “The Soul's Sentence” en el que huyen de la etiqueta del Power Metal que antes contaba. Una pena la elección de gastar el mejor cartucho cuando sabíamos todos que iba a sonar como el puto culo, como así fue. Los teclados de David Muñoz no sonaban, y son un elemento a tener muy en cuenta en el sonido del grupo. El aspecto sónico fue de menos a más según pasaron los minutos, pero en ningún momento como para tirar cohetes.
Aún así, la banda salió a darlo todo, comandados por ese grandísimo vocalista que es José Garrido y con un Nacho Arriaga atrás, que castigaba de forma muy seria los parches de la batería. Me encanta el trabajo del hoy también miembro de Adventus y así se lo hice saber más tarde, cuando tuve oportunidad de charlar un rato. Le había entrevistado hace algún tiempo vía telefónica, pero no le conocía en persona.
La adversidad no pudo con ellos, y llegué a disfrutar mucho con “The Void”, mi otra favorita del grupo, con ese Gonzalo Alfageme a la guitarra y ese rollo que tanto me recuerda a las bestias Alter Bridge que tanto me gustan. A pesar de las circunstancias, logré pasármelo bien.
Hollow Days
Crying Blood
Us or Them
Dance of Souls
The Void
My Worst Self
Torn From Home
OPERA MAGNA salieron a dejarnos sordos. Tampoco habían probado, y evidentemente las circunstancias no ayudaron precisamente. Todo el concierto fue una bola de ruido. El excesivo volumen que noté al principio con el estribillo de “soy el guardian de lo eterno” de su hit “Por un corazón de piedra” fue dejando de molestarme con el paso de los minutos, probablemente porque mis castigados oídos se fueron adaptando. Hubo momentos en que todo era una auténtica bola de ruido donde no era posible escuchar absolutamente ningún instrumento con nitidez.
Ataviados con unos brazaletes blancos y comandados por Jose Vicente Broseta, probablemente uno de los mejores vocalistas metaleros del país, tiraron a muerte de un repertorio en el que apenas incrustaron dos temas de su último disco “Heroica”, algo que personalmente me sorprendió, pues esperaba más. Me imagino que cuando actúen ellos como cabezas de cartel el repertorio variará bastante al respecto.
No sé si era que el sonido no era bueno y es por ello que alguna gente se desconectaba de lo que sucedía en el escenario o qué, el caso es que tuve que cambiarme en más de una ocasión de ubicación para no tener que aguantar las conversaciones a grito pelado de más de uno y de una. No entiendo a la gente que va a un concierto para estar charlando sin parar. El día de Delalma si hubiese tenido un bazoka lo habría utilizado. Ese día todo sonó muy bien, con lo cual no hay disculpa. No es que la gente se desconectara aquí, es que hay mucho pesado.
Pienso que lo mejor del repertorio fue cuando interpretaron “Volver”, probablemente porque es un tema especial y no sonó igual al resto del setlist, que me pareció demasiado lineal y sólo apto para muy fanáticos. Es un tema fresco y especial en disco y en directo, a pesar de las circunstancias no dejó de serlo. Circunstancias en las que habría que incluir que venían además sin su batería titular, ocupándose de la labor Jorge Alcázar (Dragonfly).
En definitiva, la banda lo dejó todo sobre las tablas y sin duda son una muy buena banda, pero, no era el día. Definitivamente no. Una pena.
Por un corazón de piedra
La muerte de un poeta
Donde latía un corazón
Para siempre
Volver
Corazón delator
El pozo y el péndulo
Horizontes de gloria
La herida
Y llegó la hora de Angra, que no llegaron tampoco a sonar bien del todo, pero que, evidentemente no fueron ni de lejos la bola de ruido que habíamos tenido hasta entonces. A diferencia de las bandas acompañantes, ellos sí probaron y por lo visto un largo rato, pero antes de ponerme a hablar de su actuación, me gustaría citar lo bien que se cantó por parte de los presentes el estribillo del “Avantasia” de aquel inolvidable “The Metal Opera, Pt. I” de Tobias Sammet, uno de los temas que amenizó la espera del cambio.
Angra arrancó con “Nothing to say”, buena elección para enchufar a la audiencia ya de salida, y que sonó a gloria como todos los clásicos de la noche, que fueron recibidos con un entusiasmo del que adolecieron algunos temas más nuevos. A diferencia de Opera Magna, Angra sí apostó fuerte por su nuevo “Cycles of pain”, la disculpa para estar de gira.
Llevo tiempo sin escuchar los discos de Angra de su época más brillante, la de Matos en la voz. No porque la banda me dejara de gustar, si no porque me inspiraba demasiado dolor pinchar uno de esos discos y escuchar la voz de la desaparecida leyenda. Me pasa también aún con Gotthard. Pero he de reconocer que en vivo no se me llenaron los ojos de lágrimas como sucede en casa, y no por ir de duro, si no porque admiro tanto a Fabio Leone, me gusta tanto su voz, que no me importó que sonaran temas de esa época. Y es que Fabio está claro que no es Matos, pero tampoco lo necesita. Es muy grande y escucharle a él es suficientemente satisfactorio como para no pensar en nadie ni nada más.
Sin dolor que nos amargase, disfruté de las fantásticas guitarras del dúo Marcelo Barbosa/ Rafael Bittencourt. Me sorprendió la importancia del papel del primero, encargándose de casi todos los solos, y me encantaron los momentos duelo/dúo, en especial el que se marcaron en “Dead Man on Display”.
Me preguntaba cómo se marcarían el comienzo de “Vida seca” sin la colaboración de Lenine. Fue sencillo, Rafa y Fabio se encargaron a dúo de ello.
Uno de los momentos que me gustaría destacar es el de “Rebirth”. Me dio la sensación de que muchos de los presentes habían conocido al grupo con ese disco. Y es que tanto “Rebirth”, como “Bleeding Heart” (recibida con luz de móviles) como la final “Nova Era”, todas nacidas con la incorporación de Edu Falaschi a comienzos de este siglo, fueron aceptadas tan bien o mejor incluso que los grandes clásicos de la noche como “Angels Cry”.
Me gustaría destacar la labor de Felipe Andreoli al bajo, instrumento que sonó de forma exquisita. Grande el de Almah al que yo conociera mucho antes con aquel “Nomad”, excelente e infravalorado disco de Paul Dianno.
Para el que esto escribe, ver a todo Gijón cantar el “Carry on” fue genial. Cosas mías. Cerrar finalmente con “Nova era” fue un final muy top.
Setlist:
Nothing to Say
Final Light
Tide of Changes
Angels Cry
Vida seca
Dead Man on Display
Rebirth
Morning Star
Cyclus doloris
Ride Into the Storm
Cycles of Pain
Bleeding Heart
Waiting Silence
Carry On
Nova Era
© Diario de un Metalhead 2024.
2 comentarios:
Buena crítica!! Lo único que el cantante de Arwen es Jose Garrido, no David Garrido XDD David es el teclista: David Muñoz. Un saludo!!!
Gracias por el apunte. Sí, le cambiamos el nombre al vocalista. Con David no nos equivocamos, porque es amigo de esta casa, por fortuna, desde hace muchos años.
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