miércoles, 27 de marzo de 2024

Eléctricos. BAJA CALIFORNIA + LA DESBANDADA, Gijón, 16.03.2024. Crónica y fotos.


📝 Julia Martínez-Lombó Testa.
📷 Jorge López Novales.

Tuvimos un fin de semana intenso en la Sala Acapulco de Gijón. Si Angra se había dejado caer acompañado por Arwen y Opera Magna el viernes, hoy tocaba una banda asturiana, Baja California. Arrancaban en casa la gira “Alta Tensión 2024”


Con un disco calentito bajo el brazo, pues apenas llevaba 24 horas en el mercado, nos iban a regalar dieciséis temas donde pudimos encontrar novedades, pero también los que ya son sus himnos. Para los más ansiosos, la agencia de transporte correspondiente nos había hecho entrega el día anterior del disco y merch nuevo, con lo que ya habíamos podido dar más de una escucha a los temas.

La primera impresión que tuvimos al llegar a la sala fue la de que esta noche no se dejaba nada al azar. Uno de nuestros técnicos de sonido que consideramos más top, Ian Álvarez, estaba en la mesa de sonido acompañando a Sergio, que tampoco es manco. Allí estaba también Álvaro Amieva, profesional audiovisual, para registrar el evento. Y el personal de Franelrock había propiciado que “Electricidad” estuviese presente en cada esquina.

El precio de la entrada, a diez euros en la promoción de “super anticipadas”, no dejaba lugar a la excusa del precio, no se podía pedir más.

Había tranquilidad con la respuesta de la gente. No iban a fallar a la banda.

Para arrancar la velada los asturianos iban a contar con La Desbandada. Es una banda de rock con profundas letras, y con mucha química con Baja California. Ya han coincidido más veces en un escenario y la conexión quedó de sobra patente sobre las tablas de la Acapulco.

La verdad es que no es uno de nuestros estilos de cabecera, y se escapa un poco del ámbito de esta santa casa, Diario de un Metalhead, pero hicieron muy bien las cosas y consiguieron encender al personal, con un set de 15 temas casi sin pausa. "La Musas siguen bebiendo" abrió el concierto en el que pudimos disfrutar de "Hoy Venimos a Morir", "Miedo", "Recuerdos Rotos", "Una y mil veces", "Nacimos pa’ganar"… Terminaban con "Hace tiempo" y "No podrás huir".

Además, ofrecieron extras con los que consiguieron mimetizarse con los anfitriones y dar al público más de lo que se esperaba. Manu Roz (vocalista de Baja de California) interpretó un tema con la banda, y además toda La Desbandada al completo se sumó a la banda más tarde, para casi cerrar la noche, pero eso ya os lo contaremos. Manu arrancó su intervención reconociendo lo que suponía para él compartir escenario con La Desbandada ya que “la historia de mi vida de los últimos 10 años está marcada por ellos”. Al grito de, “las cosas cuando tienen que ser, son” arrancaron un gran tema. El único “pero” es que la colaboración de Manu en “Si tiene que ser” quedó deslucida por tener el volumen de su micro demasiado “bajo”. Una despedida al alza, cuando la sala iba recibiendo a cada vez más gente, dejó el terreno más que abonado para la llegada de nuestros moñas favoritos (o los únicos a los que aguantamos).

Este apodo, en realidad más cariñoso que lo que quien lo ha forjado esté dispuesto a reconocer, no hace justicia a lo duro que ha trabajado la banda y eso lo mostraron la noche del sábado.

Disponían de media hora para hacer el cambio, no les hizo falta, y ganando tiempo al reloj empezábamos a escuchar en las pantallas el audio de una turbina de avión y una azafata dando las instrucciones pertinentes para iniciar el vuelo sobre los temas de BC, “porque esto es un concierto”.

Entre las novedades de la formación, teníamos a Marco Antonio Guardado a la batería. Ya lo había visto tocar con Lyla & Javi en los FestiAmas. Transmite mucha seguridad su pegada. 

Marco, comienza a sonar y, ¡ya está! Baja California regresa al directo.

Manu dejaba claro que venían a presentar su trabajo “esto es Electricidad”, un tema ya bien conocido por el público, pues fue uno de los primeros singles de adelanto, lanzado en 2023. El tema homónimo “Electricidad” apareció muy pronto, en el tercer corte de la noche y demostró que ya es coreado por el público. Ese aire Paul Gilbert que le sienta tan bien y que tiene pinta que no se va a mover del setlist en muchísimo tiempo.

Seguirían “Blanco y negro”, “Tiempo suicida” (que nos devolvía al nuevo disco) y “Hoy toca no dormir”, con la que llegaría el primer clímax del concierto tras una impecable introducción de batería y bajo, Marco y Javi, en un mano a mano en solitario. En este momento ya colgaba un tanga rojo del micro de Monge y un sujetador blanco, firmado por René, había rondado por el escenario. 

Manu Roz es grande, literal y figuradamente. Con un inmenso pie de micro plantado se hizo con el escenario. Sus compañeros no se lo pusieron fácil.

En este momento en la cabeza de Jorge una idea daba vueltas: “Se me había olvidado lo mucho que se movía esta gente. Hay bandas estáticas que con cuatro fotos resuelves; esto es pestañear y perderte algo. Pueden parecer caóticos, pero si te fijas hay pautas.” Hay que decir que, haciendo honor al trabajo que presentaban, salieron eléctricos. 

“20 monedas” refrenda el papel de los guitarristas y deja paso a “Reina del hielo", uno de los grandes clásicos de la banda. Así, sin apenas habernos dado cuenta estábamos en el ecuador del concierto. La banda no cesaba de buscar el contacto con el público, recurriendo una y otra vez a la tarima delantera para aproximarse al máximo, llevado por Manu al extremo, ya que en varias ocasiones la empleó para sentarse y abrazar a quienes le daban su apoyo en las primeras filas. Y la respuesta no podía ser mejor, una y otra vez escuchamos ese clásico “aguante” (#A1T), que también se plasmaba en numerosas pancartas que nos recordaban los lemas que ya no faltan en relación a los asturianos (hasta René, convaleciente de una operación, estuvo presente en forma de pancarta).

A estas alturas de la noche llegaba el turno de “A66” y “El Mago”, un tema que nos recuerda a Santana o Hendrix por su aire a rock setentero y para el que la banda invitó a Lyla Swan, todo actitud, en el escenario y a la que de nuevo el “micro de las colaboraciones” jugó una mala pasada, pues, al menos en las primeras filas, no pudimos escuchar con claridad su voz. 

Sin duda, uno de los puntos que más sobresalieron en la noche fue “Indomable”. El que ha sido el último single publicado (ojo al videoclip del mismo, si a estas alturas no lo has visto, estás tardando) es un tema en el que se nota cómo la banda se deja las entrañas y cómo el contacto con su gente está a la altura. Sin duda uno de los más coreados de la noche, donde Roz no se dejó ni una gota de energía dentro, hasta perdía un colgante entre ese derroche de movimientos, (tranquilos, nos consta que pudo recuperarlo, no así los 3,5 kg que también perdió en el transcurso del concierto). Les sale del alma y eso no sólo se nota, sino que lo transmiten para que quienes les escuchan lo sientan. En este tema presenciamos cómo Javi y Aaron intercambiaron instrumentos y Manu acabó de nuevo cantando entre el público. Mientras el vocalista estaba perdido entre la multitud, en un descuido se coló en el escenario uno de los protagonistas de este videoclip, el Diañu. Este es el problema de dejar la cerca abierta. 

Regresábamos a los himnos con “Polvos mágicos”, que, por increíble que parezca fue subir otro peldaño en intensidad, pues es un tema en el que la banda hace un corte para insertar una versión de “The isle Brothers” con un Manu en medio de la sala marcando los movimientos de todo el público, simplemente, increíble. Llegó el momento de escuchar el que fuera tercer adelanto de Electricidad, “Dueños de la noche”.

Encarábamos así la despedida del show donde “La cara B del rock” nos dejó a Javi Monge a hombros de Manu paseando entre el público de la sala, derrochando euforia y creando el ambiente oportuno para la entrada en acción de La Desbandada con una multitudinaria versión de Platero y Tú, “Hay poco Rock´n Roll”.

Sin duda, el punto más destacado de la noche fue el que vivimos con “Años atrás”, un tema que muchos sentimos como el santo y seña de Baja California. Aaron y Javi sentados en los peldaños de acceso al escenario observaban cómo Manu se abría en canal para presentarnos el tema con un emotivo discurso con el que quería despedir la noche. Sin duda es una de las canciones más conmovedoras para él y podemos decir que es donde más nos invade la nostalgia. Tal vez esto hizo que el público corease como nunca acompañando a capella al vocalista, hasta el punto de que le brotasen las lágrimas y se resquebrajase su voz. No había problema, pues los que allí estábamos no dudamos en sostenerlo y, aunque no sonase tan bien (o afinado) como cuando él lo canta, sonó para ellos. 

No podían haber elegido mejor canción para despedir la noche. Pudimos ver la esencia de Baja California, son una familia (los abrazos no cesaron en toda la noche), están a gusto juntos, se quieren y comparten su música, algo que transmiten a todos quienes tenemos la suerte de escucharlos. 

Siguen siendo unos moñas, que dice Novales, pero son NUESTROS moñas.

Crónica dedicada a René.

© Diario de un Metalhead 2024.

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