miércoles, 12 de febrero de 2020

FACTORIA DE PAYASOS: Factoría de Payasos (Autoed. 2020)


Por Larry Runner. 

Factoría de Payasos son una banda de Bailén, provincia de Jaén formados en 2014 y que acabo de descubrir gracias a este álbum debut. Hasta ahora internet había sido su único escaparate, pero por fin se han atrevido a dar el salto al formato físico, el cual presentan tras una brutal y fantástica ilustración que sirve de portada a un libreto sensacional. 

Cinco temas y dos bonus tracks componen este álbum de algo que ellos han querido etiquetar como ClownMetal, y que no es otra cosa que una amalgama de sonidos fusionados de muy diversos estilos para ofrecer un producto final que suena muy trabajado.

Tras una impactante imagen con pintura en la cara que les convierte en payasos de película de terror está un cuarteto que no le hace ascos a nada. Su música mezcla la mala uva de bandas cercanas al death metal con metal industrial. El resultado podría recordarte al de otra banda de poderosa imagen, Killus, aunque Factoría de Payasos son más cañeros y su música es menos teatrera, más directa, más contundente y real además de ir dotada de mucha más mala uva.


A diferencia de la mayoría de las bandas con imagen tan agresiva, el mensaje de Factoría de Payasos llega en castellano, lo cual hace que puedas conectar mejor. La diversión te llegará a través de la música, no de las letras, que en su mayoría vienen en clave de denuncia social, aunque el segundo de los bonus, el tema que cierra el disco, es una especie de himno de la banda.

Sobre una sección rítmica que no se excede en la contundencia, colocan bases electrónicas y todo tipo de recursos artificiales, tirando hasta de scratches. Encima va la guitarra, no exenta de virtuosismo y como colofón la voz de Eduardo Medina que a lo contrario de lo que se pudiera esperar hoy en día, no va solo en gutural. Eduardo juega con todo tipo de voces, lo cual hace muy dinámico el disco. Dentro de una misma canción utiliza todo tipo de recursos, jugando con los tonos y las formas de modular su voz según el momento.


Creo que vienen para quedarse, que pueden dar que hablar porque al fin y al cabo tienen un punto de originalidad. Son como la fusión de Killus y Hamlet con una versión ligera de Slipknot, referencias que te doy para intentar explicar un poco mejor mis palabras, aunque mejor los escuchas tú y sacas tus propias conclusiones. Merece la pena.








© Diario de un Metalhead 2020.

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