lunes, 23 de enero de 2017

Avalanch y la lefa de la Levinsky.


Por Larry Runner.

Largo y tendido se está hablando en los últimos días de lo que se ha dado en llamar “el Salsa Rosa del metal”. El follón que se ha montado en las redes sociales por el ofrecimiento de Alberto Rionda a Víctor García para tocar juntos de nuevo, ha generado no pocas polémicas en los muros de facebook y algo menos en twitter, donde la gente se comporta de forma completamente distinta. No pretendo echar más gasolina al fuego ni mucho menos, pero como fan que me he considerado siempre y a día de hoy me sigo considerando de Avalanch, necesito expresar mi opinión. 

LA REUNIÓN.

No son pocos los que pagarían lo que fuese por ver esa reunión Rionda - García aunque fuera por un día, despreciando así al resto de componentes de lo que en su día fue la formación de heavy metal más importante del país e incluso a Israel Ramos, el actual vocalista. ¿Debería Victor acceder a las plegarias de Alberto Rionda? En mi opinión, la respuesta es NO. ¿Por qué? Eso lo voy a intentar explicar a continuación.

A día de hoy, Víctor García encabeza la banda más exitosa de este país, la que sólo con su trabajo y nobles armas es capaz de llenar la Riviera dos noches, el Palacio Vistalegre o de convocar a miles y miles de personas más allá del Atlántico, donde Warcry son tratados como auténticos dioses. Y sé bien de lo que hablo, pues lo he visto con mis propios ojos. ¿Qué le puede aportar a García tocar con su antigua banda? Realmente, muy poco. Casi nada. ¿Nostalgia por cantar los temas? Si tuviese esa necesidad lo podría hacer con su banda y hace más de una década que los apartó del repertorio. Lo dicho, Avalanch es pasado, y como decíamos en la mili: a lo pasado, tierra.

¿Quién sacaría rédito de que los dos más grandes que ha dado el metal asturiano se reuniesen? Evidentemente a Alberto Rionda, que en los últimos años ha visto decrecer la marcha de su carrera a pasos agigantados por tomar decisiones que muchos creemos erróneas. Y es que admiramos su labor de composición y su dominio de la guitarra, pero como gestor de su empresa creo que ha sido realmente nefasto. Y aquí me veo en la obligación de dar un repaso a la historia.


LA HISTORIA QUE PROBABLEMENTE YA TE SEPAS (SI CREES QUE TE LA SABES, PASA DE ELLA Y VETE AL SIGUIENTE APARTADO).

En su día expulsó de la que era la banda más grande del país a su vocalista y a su batería. Evidentemente, sus razones tendría, eso no lo vamos a juzgar de nuevo. Personalmente me dio pena en aquel momento. Muchísima pena, pero entendí que si lo hacía era porque la relación tenía que ser lo suficientemente tensa como para tomar aquella medida. El choque de egos seguro que volvió la relación insoportable y Rionda, teniendo el poder en sus manos, tomó la decisión que creyó más conveniente, gracias sobre todo a la actitud cobarde del resto de miembros que conformaban Avalanch por entonces y que decidieron no mover un dedo. Pecados de juventud que no merecen ser juzgados pues bastante castigo sufrieron poco después. Y es que poco más tarde cobrarían con la misma moneda y bien que con los años lo pagaron y a día de hoy les sigue pesando.

Tras aquella triste historia, muchos fueron los que no dimos un duro por la banda. Pero con la edición de “Los poetas han muerto” algunos nos la tuvimos que comer y reconocer que el golpe de timón había sido una obra maestra. La nueva versión de Avalanch era muy distinta, pero igualmente acojonante. Su giro de estilo con Ramón Lage a la voz fue realmente sensacional, pariendo el que hoy en día en mi opinión es el cuarto mejor disco del grupo. Aquella versión 3.0 de Avalanch era sensacional. Pues bien, un día llegó Rionda, y expulsó a todos del grupo. Así, sin más. Y se acabó todo para empezar con Alquimia. Una vez más los fans como yo, tuvimos que sufrir la reacción de impotencia, de no poder hacer nada al respecto tras algo tan grande como fue “Malefic: Time Apocalypse”, el disco más valiente de la historia de la banda, el mejor, el más internacional, aunque en la España de los catetos no gustara porque “cantaban en inglés”. Vaya tela.

Llegó Alquimia, un proyecto que nació muerto. Rionda se rodeaba de buenos músicos pero con menos carisma que los grillos de la pradera de detrás de mi casa y que sobre el escenario parecían una buena orquesta que vivía sus mejores momentos cuando interpretaba los temas de Avalanch. Sí, los vi en directo y era espectacular la reacción de la gente cuando escuchaba las primeras notas de cualquier canción del mítico nombre y la indiferencia expresada ante las propias del proyecto. Viendo que la caída era en picado, había que reaccionar. Así que de un día para otro, nuevo golpe de timón y todos a la puta calle, como ya se hizo antes, y "me quedo con el cantante". Otro que, como sucediera ya antes con todos los demás, se calla para aguantar en el barco, aunque tarde o temprano sufrirá la misma suerte y pasará a engrosar la lista de ex del grupo. Al tiempo.

Llega la versión 4.0 de Avalanch, de la 1.0 pocos se acuerdan. Alberto Ardines, al que respeto por ser una persona prudente donde las haya, os podría hablar mucho de aquello. Debería escribir un libro, eso sí que sería realmente interesante, y no lo que se va montar ahora en Avalanch regrabando un disco que no tenía ninguna falta con una banda de mercenarios reunidos a golpe de talonario por el nuevo mánager del grupo y a los que ya se les ha dado en llamar en las redes sociales como “los galácticos”. No tiene poca guasa la gente.

No me cabe duda de que con los medios que hoy en día se cuenta a diferencia de hace 16 años, que no 15 como se quiere hacer ver, la revisión de “El Ángel Caído” va a sonar a cañón. Los “galácticos” son máquinas de tocar, todos lo sabemos, y seguro que nos presentarán un trabajo excelente que personalmente me importa un auténtico bledo, pues la fin y al cabo será un grupo rindiendo tributo a otro de antaño que técnicamente era peor, pero que desbordando carisma le daba mil vueltas a la formación actual por muy deslumbrante que sea. Poco me importa que ahí esté el bajista expulsado de Hammerfall o Terrana, que lleva años dando tumbos tras su salida de Rage, banda en la que vivió su mejor época musical y económicamente. Seguirán siendo unos fulanos tocando canciones de otros.


LA REUNIÓN II.

Alberto Rionda se presenta con esta espectacular versión y lo primero que hace es tirarle la caña a Víctor García. ¿Qué necesidad había? ¿Es que el proyecto nuevo es tan poco atrayente como para andar molestando a alguien que está trabajando en el disco de lo que de verdad le da de comer? ¿Es que vale todo con tal de obtener seguidores y llamar la atención sobre lo que ahora estás haciendo? ¿Cómo se puede ser capaz de olvidar y pedir que se olvide a alguien el dolor sufrido en su día por la expulsión de la banda que era toda tu vida? ¿Puede fiarse Víctor García de Rionda? La respuesta es NO.

No sé qué persigue el guitarrista con este embrollo. Parece que todo vale. No me voy a parar ahora en valorar lo del crowdfunding. A mí eso no me parece mal. Si hay alguien tan estúpido por pagar 500€ por una cena es su problema. Aunque como decimos en otros ámbitos de la vida: “que sea legal no quiere decir que sea moral”. Pero en fin, eso me importa bien poco. Que pague el que quiera y a otra cosa. Es normal que pida pasta para pagar las nóminas que se avecinan.

Lo que no se debe hacer es estar todo el día con malas artes en las redes sociales y en las webs que te dan soporte a cambio de visitas, como el que vende el alma al Diablo (ya lo pagarán). Sí, digo bien, malas artes, llegando a hacer públicos mensajes privados de wasap haciéndose la víctima queriendo otorgarle el papel de malo al otro. Sí, porque sacar a la luz cosas que se suponen privadas para obtener tajada es realmente repugnante. Guardarse cosas privadas para publicarlas luego es asqueroso. El mensaje de wasap es lo mismo que la lefa del traje de la Lewinsky. ¿Qué habría pasado si Víctor García hubiese contestado según qué cosas?. A estas horas, ¿las estaríamos escuchando? Es más: ¿Cuál será el siguiente paso para llamar la atención? ¿Puede uno fiarse de una persona así? Está claro: NO.

En los últimos días Alberto Rionda no sé si mal asesorado o no, lo está estropeando todo. Está perdiendo el respeto de algunos que eran sus fans hasta ahora, pareciendo desesperado por verse al lado de Víctor García sobre un escenario. Sin valorar lo que tiene y mirando sólo al pasado como una novia arrepentida de haberte dejado cuando te ve bien en los brazos de otra. ¡Basta ya!


MI PETICIÓN COMO FAN DE AVALANCH PARA ALBERTO RIONDA.

Señor Rionda. Apártese de los cuentos. No nos haga perder más tiempo con videos y entrevistas pactadas y absurdas y céntrese en su trabajo. Olvídese de mierdas de refritos y con esos musicazos que tiene ahora saque un disco de Avalanch de verdad. Que nos cierre la boca. Que nos haga disfrutar como siempre hicimos. Olvide “el salsa rosa” y saque un puto disco de heavy metal. Los fans como yo, los que nos compramos todos sus discos y vamos a sus conciertos, sus fans de verdad y no los "bienquedas" que jamás le han comprado un cd y jamás han pagado por ver un concierto suyo, se lo agradeceremos. Se lo digo de corazón. Y por favor, no cuente mentiras, que tienen las patas muy cortas y algunos ya empiezan a desenmascarar historias de forma pública y sabemos que son verdad.

Colección personal del firmante.

© Diario de un Metalhead 2017.

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