Por Diego Rodríguez Liébanas.
Asphalt Horsemen proceden de Gödöllö, ciudad perteneciente al área metropolitana de Budapest. La banda está integrada por Lörincz Károly, cantante y guitarra rítmica, Matyasovszky Géza, que se hace cargo de la guitarra solista, el bajista Megyesi Balázs y el batería Bencsik István. La andadura de la banda comienza en 2010 cuando comienzan tocando canciones de Lynyrd Skynyrd, Black Stone Cherry y Pride and Glory, influencias que siguen siendo notorias en el sonido de la banda a día hoy. Antes de esta obra ya vieron la luz “Dozen” en 2013 y “Asphalt Horsemen” en 2014, discos que a buen seguro han sido determinantes para sentar unas bases que han servido para dar a luz una obra tan consistente y variada como “Brotherhood”. Blues Rock, Rock Sureño y Sleazy son las etiquetas a las que se debe asociar al sonido de Asphalt Horsemen pero también hay espacio para el Hard Rock, Grunge, Stoner y Metal.
Empezamos resaltando la sobresaliente interpretación vocal de Lörincz Károly cuya voz llena cada canción con su fuerza y vitalidad. Su timbre y tono me recuerdan a Neil Fallon de Clutch, aspecto que se acentúa cuando las canciones transitan por parajes comunes a los de Maryland. No estaría de más un rollo más cerdo y canalla en los ramalazos Sleazy de la banda pero en general cumple con creces con la labor. Matyasoyszky Géza es un guitarrista muy completo capaz tanto de acometer riffs duros y pesados como de ofrecer fraseos y detalles muy delicados. Su estilo destila Rock & Roll Made in USA y no puedes más que imaginártelo con camisa de cuadros, jeans y sombrero de vaquero. Uno de los puntos importantes y diferenciales del sonido de la banda es la gran presencia de la sección rítmica tanto en la composición de los temas como en la mezcla de sonido. La banda suena siempre potente y muy contundente gracias a la labor protagonista de Megyesi Balázs y Bencsik István.
El álbum está formado por doce canciones que tienen una duración total de más de cincuenta minutos lo cual, para los estándares en los que nos movemos en la actualidad está bastante por encima de la media. Sin embargo, el disco no se te hace largo en ningún momento ya que cada tema está tratado con mimo y tiene su gancho. Como ya hemos dicho, el común denominador en el que nos movemos es el Blues Rock sureño como por ejemplo “Thank You”, en la que se puede disfrutar el gran trabajo de coros masculinos y femeninos, “Wicked Woman” con sus partes más pesadas que llegan a rozar zona Stoner o la última “Connected”. También ofrece temones que son totalmente carne de single como la inicial “Down in the Dirt”, sencilla, directa y muy efectiva al igual que “Lies”.
La banda sigue demostrando su versatilidad con temas mucho más pesados y metálicos como “December” con un riff que recuerda al mítico “Girls, Girls, Girls” de Mötley Crüe y la cañera “Mill Of Grief”. Además de la bonita balada “Dr. Tease”, tres son los temas que se salen un poco de la tónica general del disco. Por un lado, tenemos a “The Sacrifice”, cuya cadencia te introduce de nuevo en territorio Stoner. “My Old Town”, rápida y sucia, tiene un marcado carácter Sleazy mientras que “Brotherhood”, por su parte, desprende el aroma más tradicional trasladándote a las raíces del género allá por los 70. Tenemos en definitiva una nutrida colección de canciones variada, consistente y muy entretenida que luce con luz propia gracias a un sonido propio de obra grande.
A estas alturas de la historia no debería extrañarnos que surjan en Europa central bandas de Rock & Roll con un cierto nivel ya que aparecen en cualquier rincón del mundo. Lo que no es tan común es toparse con un disco procedente de Hungría que atesore tantas virtudes como las que reúne esta obra ya que os puedo asegurar que cuando le das al Play te haces acreedor a un viaje en el tiempo y en el espacio que te sitúa a finales del siglo pasado en algún lugar de los Estados Unidos de América. Su experiencia en directo a excepción de alguna salida puntual a países de su alrededor como la República Checa, se reduce a la zona Budapest donde son una institución del género. Esperemos que este disco les abra las puertas a viajar un poco más lejos y podamos disfrutar por estos lares de su música.
© Diario de un Metalhead 2017.
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