sábado, 21 de enero de 2017

CLÁSICOS QUE QUITAN EL FRÍO. Gijón 17.01.2017. JETBONE. Crónica y fotos.


Por Larry Runner.

Infinitas eran mis ganas por ver a los suecos JETBONE. Desde que escuché el primer acorde de su disco “Magical Ride” estaba en mi mente el concierto del pasado miércoles. 


Fue un día de esos es los que te tienes que esforzar de verdad para acudir. Pero como todo en esta vida, el que algo quiere, algo le cuesta. Así que tras terminar el programa de radio y subir a toda hostia el mismo al podcast, recorrí los cinco kilómetros que separan mi casa de la emisora para recoger a mi chica y partir volando rumbo a Gijón. Y digo volando porque en veinte minutos estábamos aparcados al lado de la Sala Acapulco, lo cual hizo que aún nos sobrara tiempo para poder charlar un rato con la gente antes de empezar el bolo. En la calle, un frío de mil demonios.

Frío, hambre y cansancio abandonarían nuestro cuerpo en cuanto el combo sueco soltaba el primer acorde. “C'mon”, la fiesta daba comienzo y yo trataba de sacar alguna foto medio decente para ilustrar esta entrada.


Aires retro sobre el escenario y una calidad musical que sigue demostrando que en España se está por detrás. Nadie diría que el quinteto vendría de tierras tan frías. No sé que les dan por “vikingolandia” para desayunar a estos chavales, pero desde luego que las bandas que se pasan por aquí son todas sobresalientes.

La esencia de los clásicos, la esencia del sonido de leyendas como Thin Lizzy, la  magia que en su día desprendían The Black Crowes ... estaban ante nosotros. Imposible no recordar el paso por el mismo escenario de otros grandes del mismo palo como Diamond Dogs o The Quireboys. Ya no es que estuviésemos disfrutando de la música de una enorme banda, si no que además ocurría lo que cuento, que nos hacían rememorar otras noches fantásticas.

Repaso a su “Magical Ride” y algún cover por medio que, evidentemente, no conocía. Sabía que ocurriría. Soy un metalhead de toda la vida, empecé en esto con Barón y The Irons, no me pidáis que controle los sonidos de los clásicos de los 50 o incluso anteriores. Sí que te suenan los temas pero no podrías decir si son de este o aquel artista y no me conozco la discografía de Joe Cocker, lo siento. Quizás mi amigo Ángel Duque podría haber echo una crónica mejor, pero al cabrón no le da por escribir. Sí, no sé de todo, pero no me importó en absoluto, disfruté de los covers como del buen repaso que le pegaron al álbum con temas tan geniales como “Everybody Needs Somebody To Love”, “Working Hard For Your Money” o la imprescindible “Woman”, que suena tan a clásico que asusta y que dedicaron a todas las “ladies” de la Acapulco.


Gurten Sjödin, el bajista y Alin Riabouchkin, uno de los guitarristas (el del sombrero en la foto), se alternan en la voz y te hacen llegar el buen rollo sin apenas esforzarse. Tienen el carisma que desprenden los buenos músicos de rock, que hace que te enganches a ellos y a su feeling casi sin querer. Cantan muy bien, como no hubiesen nacido para otra cosa que no fuera el rock. Sebastian Engberg se gusta con los solos y Tobias Bengtsson a la derecha del escenario aporta tal cantidad de sonido desde el piano que es imposible que no suene a gloria bendita como así fue durante toda la noche.

Diez fueron los temas interpretados antes de despedirse por vez primera y un bis para acabar. Muy corto. Pero enterándonos luego de que su batería se moría por dentro por haber comido algo en mal estado y que desde allí se iba directo al centro de salud, hay que perdonarlo. Bastante hizo. Nadie se enteró. Bolazo.

Gracias Promouters Gijón por descubrirnos bandas todos los meses. Muchos se arrepentirán de no acudir a “esos bolos de mierda” que dice algún lumbreras. Manda huevos.


Por cierto, siguen de gira. Estas son las fechas que quedan:
Domingo 22 de enero de 2017: Ourense, Café Cultural Auriense + info aquí
Jueves 26 de enero de 2017: Madrid, La Boite
Viernes 27 de enero de 2017: Castellon, Veneno Stereo
Sábado 28 de enero de 2017: Barcelona, Rocksound


© Diario de un Metalhead 2016.

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