jueves, 11 de abril de 2024

¿Cómo se explica esto? MESHUGGAH + THE HALO EFFECT + MANTAR (+ DECAPITATED). Bilbao, 25.03.2024. Crónica.

📝 Alejandro Rochu.
📷 Patx Black Photo.

Una nueva noche para el recuerdo en la Sala Santana de Bilbo, en un fin de semana donde pudimos asistir a dos auténticas exhibiciones de las que no se olvidan fácilmente.


Primero el viernes tuvimos la suerte de poder asistir a los últimos 45 minutos de DECAPITATED, que tocaban el viernes en Santana con unos tres cuartos de aforo de entradas vendidas. Fue llegar y alucinar con el sonido, menuda volada de cabeza. Los había disfrutado ya en festival, pero en sala fue otra historia. Sonido perfecto, pelotazo sónico, los solos, la voz, una definición y una intensidad sencillamente perfectas. No íbamos para ese concierto, si no para estar por allí ya el día antes del concierto que nos ocupa, pero por circunstancias que no vienen al caso pudimos asistir al final del bolo, toda una alegría.

Metidos ya en materia del día que nos ocupa, empezamos con el primero de los tres grupazos que nos regalaba la tarde-noche, MANTAR. Ya desde el principio hubo gran afluencia de público, había un tremendo sold out y al ser de sábado multitud de cuadrillas se acercaban desde primera hora, después de haber cumplido con un buen poteo y una buena comida por Bilbao y alrededores. El concierto estuvo correcto, el sonido fue el más “sucio” de la noche, pero es que el sludge/black metal  de estos dos alemanes siempre va acompañado de ese toque más crudo, visceral, no tan técnico o medido como los dos grupos que les acompañaban. La sala estaba ya bastante llena para disfrutarles y el comentario general de la gente fue de aprobación. Tocaron temas prácticamente de todos sus discos, a pesar de ser un concierto que se hizo muy corto. Sonaron "Pest crusade", "Spit", "Age of the absurd", "Egoisto", "Hang’em Low", "Oz", "Era borealis" y "White nights". En resumen fue un buen plato entrante para lo que se venía.

Turno para los suecos THE HALO EFFECT, banda de death metal melódico que quiere retomar el sonido de los inicios de esta etiqueta, y que en este siglo ha ido cambiado tanto y modernizándose como se puede oír en su máximo exponente a nivel de público, In Flames. Y es que esta banda se crea con ex miembros de In Flames en su totalidad, destacando sus dos guitarristas más importantes, que eran los auténticos culpables de su sonido y sus composiciones, Engelin  y Stromblad, además de su cantante original que luego formaría Dark Tranquillity, el carismático Mikael Stanne. No sabía que Stromblad seguía arrastrando sus problemas de adiciones, depresión y ansiedad, y que sigue alejado de los directos de la banda, es una pena y deseamos que tenga una pronta recuperación, poca broma con estas cosas. Fue una pena no poder disfrutar de uno de los padres del género, pero en su lugar vino Patrik Jensen de The Haunted, todo un seguro en la guitarra rítmica. En cuanto al directo sonó muy bien, yendo de menos a más, y con un público que empezaba a estar ya entregado a la causa. Tocaron todo temas de su único disco hasta la fecha, su "Days of the Lost", tal como la que da nombre al disco y con la que abrieron el concierto; luego "The neddless end", "Feel what I believe", "Conditional", "Last of our kind", "Gateways", "Shadowminds" con la que cerraron, y un tema de un single posterior "Become surrender". Como dije el sonido fue contundente, limpio, Stanne estuvo impecable a la voz, pero es que cuando toca después Meshuggah todo lo que pase antes queda un poco empequeñecido. Como crítica personal a la banda tengo que decir que espero con ganas el segundo disco. Soy un gran defensor de la época de In Flames pre-"Clayman", y creo que la intención que se ve en el primer disco es la de sonar más a esa época que rodea ese gran disco, el último grande para mí gusto. Sea como fuere a mí el disco me dejo un poco indiferente, una especie de corta pega de aquella época pero sin mucha frescura, sinceramente no acabó de engancharme, de ahí que tenga muchas ganas de ver por dónde van ahora las composiciones. Cada vez pienso más que cuando queremos que las bandas vuelvan a lo que se hizo bien hace mucho tiempo nos equivocamos, la experiencia nos demuestra que eso no suele llevar nunca a buen puerto, salvo con Judas Priest, que puede que sean la excepción que confirma la regla. Ya se sabe que “donde fuiste feliz alguna vez no deberías volver jamás”.

Meshuggah

Llegaba el momento esperado, MESHUGGAH salía a escena, y después de alucinar con ellos tres veces en distintos festivales, tenía la espina de ver a la mejor banda sueca de metal de todos los tiempos en sala. Si para encima la sala es la que posiblemente sea la mejor del estado en sonido pues ya lo tendríamos todo. Bromeaba en el concierto con algunos presentes sobre qué hacer para contar el show de sonido e iluminación que supone un concierto de ellos y voy a hacerlo como dije que haría. Solo son comparables a ciertas bandas que son icono de generaciones, como Tool, NiN, Rammstein … Son en su estilo, metal progresivo, djent, math metal o como quieras llamarlo el sinónimo de perfección absoluta. Llevé a mi propia conejilla de indias, persona fuera de la onda metal, sin haber escuchado nunca su música y con unos gustos completamente alejados del estilo. Su respuesta al concierto fue: “Menudo manicomio de concierto, una locura, pero no escuché jamás en directo un sonido semejante ni vi una espectáculo de luces ni parecido, increíble”. Amigos, eso es Meshuggah, el que quiera saber lo que es ya sabe lo que tiene que hacer, yo más no sé, ni puedo ni quiero explicar; es que no os voy a poner ni el setlist, el que quiera que se vaya a google que seguro que sabe buscarlo. Desde el final del concierto lo único que te pasa por la cabeza es que por favor la próxima vez sea muy pronto. Simplemente magia.

© Diario de un Metalhead 2024.

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