Por Jorge López Novales.
2020 se está convirtiendo en el año en que la música es más necesaria que nunca. También viene marcado por el regreso de Finntroll. Con todas las dificultades y retrasos que se están convirtiendo en habituales, la banda nos presenta ahora su “Vredesvävd” .
Los que conocen a los suecos saben que están ante oscuros himnos, la banda sonora que harían los trolls en sus profundos dominios. Eso es lo que evoca, lo que busca la banda, y le da su particular sonido. Eso no va a cambiar en este “Vredesvävd” (Tejido por la ira).
Yo me he encontrado de cara con unos Finntroll más brutos, sin perder su identidad, y buena muestra de ello es “Att Döda Med En Sten”, el tema con el que abren este nuevo trabajo tras uno intro instrumental sinfónica, “Väktaren”. Irrumpen con un black sinfónico muy crudo que te golpea de lleno, con los elementos black muy acentuados y una base de teclados que me llegó a recordar a unos primerizos Limbonic Art.
Los sonidos más reconocibles de la banda no llegan hasta el tercer corte, “Ormfolk”, aunque en general nos encontramos ante una vuelta a los orígenes pero con un sonido muy mejorado. Como dicen ellos “los trolls han vuelto más furiosos, más hambrientos y malos que nunca”.
El comienzo de “Grenars Väg” cede el protagonismo a la guitarra eléctrica, a pesar de seguir la línea anterior. La instrumentación tradicional no roba protagonismo, como podría uno llegar a pensar. El tono folk sigue en temas como “Forsen”, un medio tiempo muy contundente con pasajes desnudos de instrumentación bastante atmosféricos. Un tema que también han cogido para hacer un videoclip animado.
Como contrapartida, el epítome folk, lo encontramos en “Myren”, que derrocha un aire festivo. Sinceramente el ritmo humppa (polka finesa) en exceso me repele; en este caso lo aderezan con alguna orquestación que en algunos pasajes me evoca a los Bal-Sagoth. Lo fácil habría sido tirar por este tipo de ritmos y darles más espacio en “Vredesvävd” pero “Myren” es en realidad una excepción y en el resto de temas se dosifica su presencia. Por ejemplo, en un tema como “Mask”, eleva el nivel partiendo del sonido de “Myren”; sería como si ganaran en complejidad y añadiesen más elementos black. Juegan repartiendo la presencia de los instrumentos, aunque buena parte del protagonismo la podemos encontrar en la pegada inmisericorde de MörkÖ, que tiene la oportunidad de estrenarse en un nuevo trabajo, a pesar de haberse incorporado a la formación en 2014.
¿Qué sentido habría tenido hacer más de lo mismo siete años después con este séptimo album? Aunque la banda se formó en 1997, como vemos, Finntroll no ha sido muy prolífica en lanzamientos discográficos en los últimos tiempos.
"Blodsvept", su anterior trabajo, era más comercial, en el sentido en que los temas te entraban a la primera al contar con ritmos más “pegadizos”; todo lo pegadizo que puede ser para un iniciado en el metal extremo.
Lo que más me ha gustado es la inclusión de más elementos sinfónicos, coros, que generan atmósferas muy oscuras y que se combinan muy bien con la instrumentación folk. Ésta no se apodera del sonido de la banda, dejando un buen margen para el combo guitarra eléctrica-bajo. La combinación de orquestaciones y folk da un aspecto agresivo al sonido de la banda. “Ylaren” es el ejemplo más claro de esa mezcla de estilos y es precisamente el tema con el que cierran el disco. Con un puntual y acelerado toque black, con la combinación mencionada, consiguen mantener la tensión durante todo el corte que va creciendo en intensidad. Aquí nos dan la clave de un camino a seguir en el futuro con muchas posibilidades de seguir evolucionando.
Finntroll ha vuelto con un disco épico, grabado en los Sonic Pump Studios y masterizado en Chartmakers y producido por Henri "Trollhorn" Sorvali, teclista y compositor, con la ayuda del vocalista Mathias "Vreth" Lillmåns. En apenas 38 minutos han asentado la bases de su futuro.
El disco ha visto la luz el pasado 18 de Septiembre bajo el sello Century Media Records.
© Diario de un Metalhead 2020.
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