Todavía estaba con la resaca musical del concierto de Dream Theater del otro día, cuando acudí a la Sala Ángeles y Demonios de Gijón.
No llegué con muchas expectativas, la verdad. La semana se había hecho un pelín larga. Esta noche sirvió para corroborar que, cuando escucho música en directo, mi cabeza deja de dar vueltas a las cosas.
Esta noche me lo pasé mejor que con Dream Theater dos días antes. ¿Cómo es eso? Estaba más relajado, me sentía como en casa. Eso es lo que un concierto donde esté implicado Skuld trae consigo. Además, un foso de un recinto grande como en el de Avilés te tensiona y había que estar pendiente de muchas cosas
Después de estas profundas revelaciones procedamos con la velada musical.
Hubo varias cosas que hay que resaltar de esta noche: el buen sonido y el público. Está claro que la banda local invitada Skuld fue un buen aliciente para la asistencia.
Skuld y Paralelum, en lo musical, no comparten mucho. Mientras que los afincados en Puerto de Vega usan una base más heavy, los madrileños Paralelum se mueven, cómodamente, por un amplio espectro de “metal” (pueden sonar metalcore, alternativo…) con un toque oscuro. A pesar de estas diferencias musicales, en el escenario ya es otra cosa: ambas bandas tienen una misma idea de entrega, de espectáculo.
Comienza la noche con temas ya clásicos de Skuld. No sería un concierto de dos horas y media como la última vez que los vi. Tuvieron menos tiempo para hacernos disfrutar de sus canciones.
Pronto verá la luz un nuevo disco (hay ganas). De él interpretaron tres cortes. ¿Qué podríamos decir de ellos? El tono triste de “Dear Son” te cala. Otras como “Long Distance reader” o “Blood Eagle” tienen muy buena pinta y siguen la pegadiza senda de temas como “Odín” y “Lágrimas de Freya” (que tampoco faltaron).
Vi a Lorena más cómoda que nunca. Con la primera perversión (“Wonderful Life”) la vocalista nos habló de un mundo que echamos de menos en invierno, Unirock.
Como es habitual se despidieron con “Aces of Spades”. Un segundo…no, no fue así. Nos ofrecieron un bonus track de System of a Down, “Toxicity” que no tenían previsto esta noche. Dejaron muy buen sabor de boca.
Paralelum tiene un estilo que no me encaja en mis gustos. ¿Eso es malo? Si te dan una hostia desde el principio, desde “Bad Thoughts”, ya te da igual lo que escuches en casa. Demostraron por qué fueron semifinalistas de la Metal Battle en 2019 (no creo que se lo pusieran fácil al jurado). Tienen algo, transmiten. Curiosamente las dos bandas de esta noche aspiran a entrar en semifinales de esta edición de la Metal Battle.
Tienen dos discos a sus espaldas: “Under the roots” (2018) y “Bad Thoughts” (2021).
Una curiosidad. Tuve la oportunidad de escuchar el disco de Paralelum y me parece que suenan mucho más “agresivos” en directo.
Diego Perela, su vocalista, se transforma en una imprevisible fuerza de la naturaleza. Dejó el escenario a sus compañeros y se agenció el resto de la sala. Con desparpajo acompañó su actuación. Era imposible permanecer impasible. Diego te miraba a los ojos a escasos centímetros, compartía su micrófono, te volvía a meter en el concierto.
Complicado habría sido todo el trabajo de Diego sin tener una base sólida detrás. En eso tienen la culpa el guitarrista Sebastián Comesaña, el bajista Javier Pérez y Juan Marín a la batería.
Para elevar aún más el nivel, metieron una versión de Sepultura ("Territory") que enciende al público. Arrecia la intensidad de Paralelum y te meten “Dímelo tú”, “No One is Real” y, finalmente, “The End of the Storm”.
Y así terminó un conciertazo.
Gracias Paralelum por todas las facilidades.
Gracias Skuld… como siempre.
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