viernes, 23 de junio de 2017

SNAKECHARMER: Second Skin (2017- Frontiers Music) UK.


Por Larry Runner.

SNAKECHARMER. Si el nombre no te dice nada, te estás perdiendo algo pero que muy gordo, aunque no te culpo, quizás la promoción hasta ahora de esta banda ha estado algo coja. Ahora Frontiers Music está apostando algo más fuerte por ellos, y de ahí que esté yo escribiendo sobre su disco, cuya portada es un claro homenaje a Whitesnake.

Fundados en 2011 por, atención, Micki Moody y Neil Murray, míticas figuras de los Whitesnake pre-laca a los que se unieron una serie de grandes figuras como son Laurie Wisefield (Wishbone Ash), Harry James (Thunder, Magnum), Adam Wakeman (Ozzy Osbourne,  Black Sabbath), y Chris Ousey (Heartland).

Debutaron en 2013 y regresan ahora, en 2017, ya sin Moody con Simon McBride a la guitarra solista. “Second Skin” es el título de esta segunda obra del sexteto, un inmenso discazo de hard rock parido en el Reino Unido, con una calidad en composiciones y sonido para el que me faltan adjetivos.


Hard Rock potente es lo que nos encontramos aquí, cargado de sabor añejo, de influencia blues, con los genes de Bad Company y Whitesnake pero llevándolo a un sonido actual, de este siglo, también con una contundencia que te recordará por momentos a las mejores versiones de bandas como Tesla o los mismísimos Mr. Big.

Canciones cargadas de melodía pero con una energía sensacional, nada de AOR ñoño. Esto no está hecho en California, es buen hard rock británico y aquí no cabe la tontería ni el postureo. La batería de Harry James es contundente, suena de verdad, si no escucha “Hell Of A Way To Live” y verás. Lo es también el bajo del maestro trotamundos Neil Murray, que junto con el Thunder hace una pareja estupenda en la sección rítmica. Intensas son las guitarras, incluso pesadas cuando se necesita para que sobre ellas naveguen los deslumbrantes solos de Simon McBride. Por encima se asienta la voz de un Chris Ousey inmenso al que le apoyan coros muchas veces en un tono gospel que lo rompen.


El disco está cargado de grandísimos temas calidad. Una brillantez que se mantiene durante todo el álbum, sin canciones de relleno, contando con grandes éxitos que le convierten en un imprescindible para este 2017. “That Kind of Love” o “Follow Me Under” son buena muestra de lo mucho que merece la pena.

La inicial “Sounds Like A Plan” con un riff muy AC/DC, tanto como para recordar el “Big Gun” más de lo que debiera, juega al despiste, siendo sin duda la más floja del disco. Esa indiferencia que te provocará el primer corte desaparecerá de inmediato. Detrás llega “That Kind Of Love”, una de las mejores canciones que he escuchado en los últimos años. En los 80 habría servido para vender millones de discos. Un hit de los que ya no hay, de esos con estribillo y coros perfectos. A partir de ahí el álbum ya no tiene desperdicio y es una auténtica joya, una delicia para los oídos que no puedo parar de escuchar.

Cegador.







© Diario de un Metalhead 2017.

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