lunes, 19 de junio de 2017

El desánimo comienza a ganar la batalla.


Por Larry Runner.

Tienen argumentos aquellos que opinan que al heavy metal le quedan unos años y que luego se irá a tomar por culo y pasará a ser cuestión de cuatro nostálgicos que se reunirán en un pub a ver a un grupo que toque versiones de clásicos. Esto poco a poco, se acaba, comienza a agonizar.

Los grandes festivales este verano no han colgado el cartel de sold-out o les ha costado más de lo normal. La gente poco a poco le va dando la espalda a un género, el nuestro, que comienza con ello a desaparecer. Siempre lo he negado, pero nace en mi un sentimiento de empezar a verlo todo más negro que mis camisetas.

A nadie le importan las nuevas formaciones, el éxito de estas es ínfimo en comparación con los clásicos y en el metal estatal ya ni te cuento. Cualquier web o revista tiene más éxito hablando de cualquier mongolada de Kiss o de cualquier dinosaurio que matándose a hablar de las virtudes de una banda estatal que creen que merece todo el apoyo del mundo por lo buenos que son, etc, etc.

Publicas algo sobre un grupo, una crónica, una review, y las lecturas llegan hasta donde llegan. Curiosamente, si sacas algo turbio, ahí sí. El amarillismo mola y no es sólo una parcela exclusiva del Hola o Tele 5, el salseo metalero funciona muy bien. Tengo un ejemplo esta misma semana. Es una pena que tras escribir más de cuarenta entradas en la web comentando sobre tal banda en seis años, la que más éxito ha tenido haya sido la última, aquella en la que declaro que por cansancio, que no amenazas, yo no he dicho eso, dejo de expresar nada de ellos hasta que el tema se aclare. Hasta donde molará el salseo que hace bien poco una banda estatal tuvo que mandar un mailing a los medios pidiendo que por favor en sus próximas entrevistas los plumillas se ciñeran a preguntar sobre el nuevo disco y no sobre preguntas amarillentas. Aún así, tras el envío del mail, aún he visto al menos dos entrevistas más preguntando cuestiones que no venían al caso. ¿Falta de profesionalidad? No, falta de respeto en tal caso. Los medios preguntaron lo que quiere su audiencia, aquello que les da clicks, me gustas, lecturas, oyentes.

Lo dicho, si quieres triunfar, no hables de música, porque de eso, realmente, sólo saben cuatro y de ellos tres pasan de las redes sociales, el único lugar donde puedes darte a conocer. No te mates a escuchar lo nuevo de Disbelief o de Guadaña, no te merece la pena. El resto están hoy aquí y mañana escuchando rumba o bailando el paquito chocolatero y sus discos van a parar a las tiendas de segunda mano. La gente presume de metalhead pero al final que la miren como un apestado le jode, y no pierde oportunidad de ponerse traje y corbata, entrar en la aceptación de la sociedad a la mínima. Las tiendas de discos viejos florecen gracias a “los desertores del rock” que cantaba Barón Rojo. Hace poco me compré dos discos de Doro por 6€ en total, algún “jevi” dejó de serlo, porque si yo pagué eso, a él le dieron mierda por ello y aún así se deshizo de semejantes obras maestras en perfecto estado.

Cuidado, no les juzgo, cada uno con su vida y su cuerpo puede hacer lo que le de la gana, sólo digo que esto se acaba y que aquí, auténticos, cuatro gatos, que no me vengan con cuentos, por eso nos va así. Siempre hubo postureo y modas, no ha parado de crecer. Cómo no nos va a ir así si incluso la gente que se supone de nuestro mismo rollo cuando ve a alguien auténtico le llama “true” como si fuera un insulto. Está todo tan prostituido en el mundo del metal que ser auténtico está mal visto, vaya tela.

Lo dicho, esto caduca. Se agota porque adoramos más a un zoquete vendedor de papel higiénico de Hello Kitty que dice querer patentar un gesto, que a un grupo de verdad que se rompe el culo en los escenarios. 

Muchos ahora llegarán al insulto cuando lean este texto, que no es más que una opinión personal, pues no somos “influencers” y todas esas mierdas que se inventan algunos zoquetes. La inmensa mayoría de los que vayan a faltar al respeto, en menos de una década serán de los de “yo era heavy” en su nueva versión “yo escuchaba metal”. Al tiempo. Tendré razón. Acabaremos viendo hologramas y tributos.

El desánimo comienza a ganar esta batalla, hasta yo me estoy cansando ...

© Diario de un Metalhead 2017.

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