jueves, 23 de junio de 2016

SIEMPRE .18.06.2016. Zamora. Z! LIVE ROCK FESTIVAL. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.

Un nuevo festival siempre ilusiona. Al menos nos alienta a los que sentimos esto de corazón. Está bien apoyar al Resu, al Leyendas o a otros festivales ya bendecidos, pero sabes que por mal que vaya, seguro que van a seguir ahí, porque están eso, consagrados. Evidentemente la promoción de esos eventos sigue siendo necesaria, siempre hay que meter las ganas en el cuerpo a la peña, pero son los nuevos como el Z!, los que más te motivan.

Nace de gente que lo lleva adelante, con anhelo, por ilusión, y eso es lo más importante. Obviamente, sabes que es su primera edición y que pagarán la novatada por todas partes, que cometerán muchos errores, y que probablemente alguno de ellos te vaya a afectar a ti, como suele suceder y como así fue. Pero todo eso siempre lo vas a perdonar, porque sabes que están aquí por lo mismo por lo que tú estás, y a buen seguro que pasándolas muy putas y esquivando mil y una zancadillas que llegarán de parte de envidiosos, aprovechados y por supuesto de las administraciones, que los burócratas nunca lo ponen fácil. Si lo sabré yo, que los he padecido.


Meses llevábamos informando sobre el festival, intentando comunicar cada uno de los detalles, dedicándole minutos de radio y hasta un programa casi completo. Meses con la fecha del 18 de junio en la cabeza que parecía no llegar nunca. Pero por fin llegó y nos echamos a la carretera.

El coche lleno de gente, es estupendo tener buenos compañeros de viaje, en este caso, compañeras. El viaje a Zamora fue un paseo. Llegamos pronto, media hora antes de lo previsto por nuestro poco actualizado GPS, y nos dio tiempo a desayunar en condiciones. Luego nos fuimos al recinto, comprobando antes que la Avenida de Salamanca no es lo mismo que la Calle de Salamanca. Vamos, que hicimos unos nueve kilómetros de más y conocimos los polígonos industriales cercanos. Pero llegamos -entre risas- pero llegamos.


Aparcamos allí mismo. Al lado los puestos de comida y el mercadillo. Enseguida nos encontramos con Julia Martínez-Lombó, autora de Olimpo del Metal. Con ella íbamos a estar todo lo que quedaba de mañana. Presentaba su trabajo por vez primera fuera de Asturias y nos liamos la manta a la cabeza para hacer la presentación en plan entrevista. Un par de pequeñas carpas nos aislaron del sol abrasador castellano. La presentación fue un pequeño éxito. No es que hubiera muchas sillas, pero no sobraron, y la gente que acudió fue muy respetuosa. La verdad que contar con el apoyo del Club de Fans Iberia de Warcry ayudó un montón.

*Foto cortesía de Maya C. Cañestro Fotografía.

Creo que fue una presentación amena y aunque bien pensé que los nervios me iban a atenazar en la entrevista (odio hablar en público), lo llevé bastante bien. Eso sí, no pude desprenderme de las gafas de sol. Mis ojos, afectados a mil por la puñetera alergia al polen, estaban a punto de estallar. El acto de presentación se me pasó volado y creo que la charla fue muy grata. Entrevistar a la autora fue sumamente sencillo y creo que deberíamos repetir en la radio. El libro queda sumamente recomendado. Recoge la historia del heavy metal asturiano desde los 80 hasta el año 2012. Evidentemente ya pide a gritos un segundo volumen, no salen muchos de los nuevos héroes de la región, y Soldier, Last Days Of Eden, Arson, Get In Tribal, Stado Kritico, Unexpectance, Rorshack, etc, bien se merecen quedar también inmortalizados.


Al término de la charla, escapada al hotel. Reponer fuerzas y dosis abundante de colirio. Un buen rato tumbado en la cama con los ojos encharcados mientras pensaba en que me tenía que perder a The Electric Alley, banda que sin duda alguna queda en mi lista de pendientes. Me encantan. A los anteriores, teniendo la presentación del libro por la mañana, ya tenía asumido que me los iba a perder. Una vez que mis dos ojos se hubieron recuperado, un taxi rápido y al festival. 

Llegó a mis oidos que poco antes de la apertura de puertas hubo una revisión de “técnicos” municipales o similar. Supongo que sería lo rutinario, pero me imagino el atragantón; a mí me tocó vivir algo así, y aunque era a mucho menor escala, las pasé putas también. Seguro que no fueron necesarios tantos permisos para el follón futbolero que había justo al lado con decenas de chiquillos cruzando la calzada sin mirar. Críos y balones por todas partes entre coches que iban y venían. Luego, a la tarde, se cerró el acceso, no vaya a ser que pilles a un metalero. Debe ser que es más fácil pillar a un adulto vestido de negro que a un chiquillo que sale corriendo tras una pelota. "Manda huevos" que decía el otro.


Percibimos cierto desconcierto a la hora de acreditarnos, pero era algo que más o menos esperábamos. Lo dicho al principio, la novatada. De todas formas cuando hay buena predisposición, enseguida se arregla todo, y así fue, aunque entre pitos y flautas nos perdimos a Jardín de la Croix. Evidentemente queda todo perdonado. Hubo un problemilla pero hubo voluntad de solución por parte de la organización. En otros sitios de más tradición nos hemos visto en la misma tesitura y poco menos que nos mandaron a la mierda y hubo que tirar de agenda para solucionarlo. Así que "chapeau" por Gonzalo, Andrés y el resto de la gente de la organización del Z! Sois increíbles.

El Auditorio Ruta de la Plata se me hizo un lugar acogedor. Es muy parecido al madrileño de Rivas que seguro que muchos conocéis, pero a menor escala. El Miguel Ríos tiene capacidad para 15000 y el aforo del Ruta de la Plata es de 6000. Cerraron la gradería, todo un acierto para que todos estuviéramos más juntos y se viese más lleno y cálido. En el medio estaban situados los puestos de merchan de las bandas y el tenderete de los compañeros de Metalovisión. En los extremos los servicios y las barras. Delante del escenario -que no contaba con techo alguno- un amplio foso para que los fotógrafos no protestasen (ahora que no me lee ninguno, se quejan más que las viejas, jaja. Sergio, Andrés, un saludo). Arriba, tras la batería, unas telas negras cubrían la mayor parte de la trasera, aunque desgraciadamente no del todo, y en los extremos derecho e izquierdo se veía pasar a la gente, algo a evitar en futuras ediciones. Lo dicho, la novatada. De todas formas, el detalle no debería tener mayor importancia si la gente fuese medio normal. Pero no es así. Hubo momentos en que por aquel pasillo trasero no paraba de pasar gente luciendo sus galas. Sobre todo durante la actuación de Leo, parecía aquello la girola de la Basílica del Obradoiro el día de Santiago. Los hay que pasaron tres y cuatro veces, era completamente patético. Nosotros teníamos pulsera, pero viendo aquella actitud optamos por no entrar. La gente debería ser un poco más sencilla y más sensible con el que está en el escenario. Respetar la actuación. Saber estar.


Conseguir una cerveza al entrar que calmara mi sed no fue sencillo. Una vez que el compañero Sergio Blanco y Andrés de Fotoconciertos me informaron del sistema de pago por pulsera ya fue todo más rodado. Tengo que reconocer que en un principio me pareció complicado, un auténtico follón. Sí, el método de pago de la bebida fue algo completamente novedoso para mi. No lo había visto jamás. Te colocaban una pulsera en la que recargabas el dinero que quisieras y hacía las veces de monedero. Luego ibas a la barra, te enchufaban a la pulsera con un scanner y te informaban del saldo una vez descontado lo que ibas a beber. Al principio había colas, pero en cuanto los chavales de la barra pillaron el tranquillo, todo iba muy rápido. Eso sí, sigo sin entender por qué todo el mundo iba a la barra de la derecha y montaba colas mientras que en la de la izquierda no había nadie y el servicio era inmediato e incluso te podías parar a charlar con la -por otra parte- gente encantadora de la barra. De igual modo sigo sin entender el apelotonamiento en el centro y derecha del escenario mientras a la izquierda te colocabas en la primera fila sin falta de empujar a nadie. En fin ... cosas que pasan. This is Spain.

Cerveza en mano, bloc y bolígrafo preparados y me voy a la parte delantera a disfrutar de LEO JIMÉNEZ. Muchas eran las ganas de ver al eterno ex-Saratoga. Muchísimas. Y es que a día de hoy pienso ya firmemente que su nuevo disco La Factoría del Contraste es su mejor trabajo desde su salida de la banda que le hizo famoso.

Comenzó sonando como el puto culo. Además los problemas del vocalista con el monitor fueron evidentes. Condenado sonó ya un poco mejor y para el tercer tema, Misantropía, aquello ya marchaba bien. Para Volar se acordó de los moteros y no fueron pocos los que alzaron la mano cuando preguntó si había aficionados a las dos ruedas entre el público. Fue el primer temazo de la tarde, el que empezó a calentar el ambiente con lo musical (el sol ya lo llevaba bien por su cuenta) y en el que percibimos al hasta entonces voz y guitarrista lucirse de verdad. Luego vinieron Hambre y Con Razón y Sin Razón de su última obra. Ante la primera hubo un speech en el que “La Bestia” se despachó a gusto contra quienes han sido responsables de traer el hambre de regreso “incluso a mi barrio”.


Los temas iban sonando uno tras otro sin altibajos. El sol castigaba y había que dar otro paseo hasta la barra. Entre lo animado del concierto, el calor y el Bebe de Él, pues eso. A por otro vasito. Peligro, a este ritmo en vez de como Leo “andar Sobre el Mar”, casi podía a ser un andar “in the air”. Había que controlar, el zumo de cebada entraba fácil. El enfadado Tony Mero Mero apareció para la brutal No Hay Mas Canciones Para Ti. Con Tu Destino, Jiménez presenta a la banda.

Todos cantamos Parte de Mí, en la que nos pidió que no lloráramos, aunque es complicado no emocionarse con esta canción cuando tienes alguna desgracia cercana reciente. Siempre vienen a tu mente seres queridos que ya no están y no es fácil disimular.  Resurrección fue la única que sonó de Saratoga en toda la tarde. Cerró una muy buena actuación con Hijo de la Luna despachándose a gusto con unos guturales. Me quedé con ganas de más. Bolazo.


Llegaba la actuación de SOBER, una banda a la que reconozco que nunca he sido capaz de pillarle el punto. Respeto mucho su estilo, pero jamás logró atraparme, aunque nunca digo "de este agua no beberé" en lo musical. Tengo amigos que son auténticos fans de los madrileños, pero no sé si es su tonillo pop, si es que siempre los he sentido faltos de intensidad o qué; el caso es que nunca me han enganchado. Vi buena parte de su actuación y la verdad es que sonaron de maravilla. Está claro que no todo el mundo percibe su música como yo, y no fueron pocos los congregados entorno a la actuación y que además se hartaron de cantar.


La verdad, a pesar de que reconozco no ser fan del grupo, sí que acabé tarareando canciones como Arrepentido, que por supuesto conocía. Quién sabe, quizás tras verles en Zamora les preste un poco más de atención. Esta misma mañana, antes de escribir estas líneas, les he estado escuchando a través de youtube. Nunca es tarde, ¿no? Mis respetos. Quizás la próxima vez que me los cruce todo sea distinto. Desde luego, sonar, sonaron realmente bien. Si no fueron los mejores en eso, cerca estuvieron. Cambiando el chip poco a poco.


Llegó la noche y con ella el tiempo de WARCRY. No fueron pocos los que se desplazaron al festival con la disculpa de su actuación. A buen seguro que muchos de ellos no habrían acudido al Z! si la banda asturiana no hubiese estado en la cabeza del cartel. Su Fan Club, sin ir más lejos, movilizó a un buen puñado de fieles y bien que se hizo notar desde primera hora de la mañana, incluso la noche anterior, en la fiesta presentación que tuvo lugar en la Plaza Mayor de la ciudad con ZENOBIA como banda principal. Algunas de esas fans entregadas ya acudieron bien temprano a guardar sitio en la puerta para ser las primeras en acceder al recinto y conseguir la primera fila. Es admirable la fuerza de voluntad de estas chicas, lo que son capaces de aguantar por ver de cerca al grupo al que adoran.


Quiero Oirte sonó en el arranque y Nuevo Mundo fue justo detrás. Ambas sirvieron para probar sonido y lograr que todo sonase en su sitio. Al término de la segunda Víctor García nos saludó con un “por fin Zamora” y detrás vino Contra el Viento con pirotecnia incluida. Para Siempre la entrega ya era absoluta, y eso que los coros no sonaban muy allá. Víctor García bromeó con el “duru” Roberto García para la presentación de Anticristo. El fuego les hacía recular.


Antes de Alma de Conquistador el vocalista se acuerda de “sus amigos de Viella” que por allí andaban. Alguno también de la tierra se despachaba a gusto por la parte de atrás con el Asturias Patria Querida. Llevábamos varias horas de festival y los efectos del alcohol empezaban a ser claros en gran parte de la audiencia. En el discurso de Capitán Lawrence Víctor García nos recuerda lo poco que se premia hoy en día el sacrificio. Tras el “frío” tema llegó el momento de Pablo García y su juego de riffs de clásicos de toda la vida. Ya sabéis, su habitual número provocador a base de Black Sabbath, Purple, AC/DC, etc, que siempre te deja con la miel en los labios porque las canciones nunca arrancan. Poco importa cuando detrás llega La Vieja Guardia que va, como es habitual, acompañada de las imágenes de las leyendas más grandes de la historia del heavy metal. Y es que, al fondo del escenario, una enorme pantalla acompañó en todo momento la actuación del quinteto. Santi Novoa se luce en Huelo el Miedo antes del mensaje de Cobarde.


Sonaron después La Maldición del Templario y Devorando el Corazón, que llevó el karaoke que fue toda la actuación a un nivel aún más alto. Sabíamos que se estaba acabando, Víctor García empieza a dar las gracias a todo aquel que lo merece. Las fans emocionadas en la primera fila. Heavies por todo el recinto entregados y en la parte de atrás un buen puñado de niños acompañados de sus padres. Todos bien enseñados sacando cuernos. Eso sí que es hacer las cosas bien. Es genial ver a los más pequeños cantar las canciones de la banda luciendo camisetas bien de WARCRY o de los mismísimos Crisix.


Víctor García tiene palabras de agradecimiento para el club de fans antes de terminar entre una lluvia de confetti con Hoy Gano Yo. Fue genial, aunque una vez más al término de la actuación me volví a preguntar el porqué de tan poca presencia de Inmortal en los conciertos.  Acabada su actuación hubo desbandada. Grave error. Ellos se lo perdieron. Detrás venía HAMLET.


Me fui un poco más adelante a dar botes. Limítate sirvió para abrir hostilidades. Como siempre fueron una puta patada en la boca. Vale que a muchos truemetaleros no les gusten sus pintas, pero hay que reconocer que su intensidad es digna de todo elogio y hace palidecer a muchos. Temazos, uno tras otro. Antes y Después, Muérdesela ... qué gran disco Insomnio. Luego llegó Mi Religión y el desarrollo de una buena dosis de La Ira. No podía parar, y mandé mis notas a tomar por culo.


No volví a sacar el bolígrafo. Me dediqué a disfrutar, a botar, a agitar mi cabeza pues con la noche por fin había podido quitarme las putas gafas de sol que protegieron durante el día mis maltratados ojos. Disfrutaba de lo lindo y no quería que se terminase, pero aquello entre empujones y "wall of death" iba tocando a su fin. Mientras, la portada de su disco lucía en la pantalla a la que también ellos sacaron partido. HAMLET, siempre HAMLET, amados y odiados a partes iguales, pero sin dejarte nunca indiferente. No se me ocurre un final mejor. Un enorme acierto de “los novatos” del Z! Muy grande.


Gracias al Z! por hacernos felices. Si repetís, nosotros repetiremos con vosotros. Me fui sin despedirme de casi nadie. No me gustan las despedidas y procuro evitarlas. Me mata decir adiós a gente a la que tardaré en ver una gran temporada. Sentirse tan querido duele luego al partir. Así que mejor evitarlo. Como les dije en el hotel al entregar el domingo por la mañana la llave: volveremos.

Desde aquí un abrazo enorme a la familia Warcry, a ZENOBIA, a los compañeros de Fotoconciertos, a Olimpo del Metal, a Warcry Fans Iberia y a mis compañeras de viaje. En el corazón. Siempre.

© Diario de un Metalhead 2016.

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