viernes, 4 de agosto de 2023

WACKEN 2023: Crónica de urgencia del jueves.

Texto: Larry Runner.
Fotos: Jorge López Novales.

Llegó el jueves y con él, el sol. 


Si bien tuvimos que soportar unos chubascos a primera hora, a mediodía el sol comenzó a brillar y ya no nos abandonó en todo el día. Así que el jueves transcurrió con más o menos normalidad, sin muchos sobresaltos e incluso recuperando algunas actuaciones del día anterior.

Vemos críticas hacia Wacken, la mayoría fruto de la ignorancia, de no estar sobre el terreno y de no ser capaces de imaginar ni siqueira lo que es este festival en condiciones normales. Aunque hayas estado en Wacken antes, no lo conoces si no te has pasado por aquí desde el año pasado. No te puedes creer hasta donde hay que ir para disfrutar de la música del Louder o del Welcome To The Jungle Stage. Y si no vienes por aquí desde más atrás de 2018, es como si no hubieses estado. Te lo dice alguien que viene desde 2005 y ha visto crecer esto como jamás habría podido pensar. El año pasado el recinto creció aún más, cuando ya era casi impensable.

Nuestra jornada comenzó ya bien temprano con la música de los rumanos BlackSheep, que me encantaron. Un grandísimo trío del que hablaremos largo y tendido seguro aquí en Diario de un Metalhead. Nos tiramos toda la mañana en el Bullhead, pasando de un escenario a otro viendo las bandas del concurso que Van Halien de Alien Rockin’ Explosion iba presentando. Hasta a ocho bandas estuve viendo, no todas como otros años, eso se lo dejamos a los jurados. De entre ellas además de a los citados BlackSheep, destacaría a los divertidos japoneses Phantom Excaliver y a Ghetto Ghouls, la banda de Noruega que practica un thrash cargado de intensidad con dos vocalistas compartiendo la tarea de hacer llegar el mensaje. El concurso se retomaría a la noche, recuperando las actuaciones de Francia, Argentina y Letonia. Ninguna de ellas habría estado en la final española. La verdad, por lo visto, el nivel este año es más bajo que el año pasado.

La tarde fue intensa en el Infield. Comenzó en el Harder Stage con Skyline como es tradición. Es la primera vez en la historia que ha habido retrasos en los horarios. Todo comenzó media hora más tarde de lo previsto y no se recuperó ese retraso a lo largo de la jornada. Simon Olsen de Baest actuó como invitado de la banda de Wacken. Le veríamos más tarde con su grupo dando un conciertazo, como no podía ser de otra forma, en el W:E:T.

Disfrutamos de lo lindo dejándonos llevar por la nostalgia con Vixen y Uriah Heep antes de escaparnos de nuevo al Bullhead a ver a los citados Baest y un poco de Immolation. De regreso al Faster, bolazo de Hammerfall, con un repertorio perfecto. Kreator empezó a llenar el recinto, y es que al final ha entrado como un 70% de la gente, pero en el Infield no se nota. Las ausencias son más visibles en el resto de escenarios.

Nadie se quiso perder a Helloween, que estuvieron impresionantes, todos, emocionándonos con sus hits y un poco menos con las canciones nuevas que dejaban a la gente un poco más fría. Lo único que no me gustó fue el arranque con "Skyfall", demasiado larga para empezar. El final fue mágico, con centenares de drones dibujando el logo del grupo en el cielo.

Un poco más de Metal Battle, al bus y a por el coche. Agotados, llegamos cerca de las tres de la madrugada, tras dieciséis horas de andar por el barro.

Hoy llega el turno de Iron Maiden y Megadeth entre otros muchos. A ver qué podemos ver, porque os juro que tras caminar ayer más de doce kilómetros por el barro, los pies castigan. ¿Acabaremos todos con fascitis plantar?

Mañana os contamos más.

© Diario de un Metalhead 2023.


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