BURNING WITCHES no han inventado nada, más bien, al contrario, presentan un heavy metal tradicional, casi old school y que te gustará más o menos si eres amante de los sonidos tradicionales.
Las vi hace un lustro en directo y tampoco es que me reventaran la cabeza, pero cuentan las buenas lenguas, que en este tiempo han mejorado mucho su show en vivo. Es normal, no han parado de moverse por todas partes, de girar, de trabajar, y es así como un grupo crece y no tocando cada quince días en el garito de la esquina haciéndose el ofendidito si no van a verle otra vez los que ya han cansado de apoyarles por no salir de su zona de confort, los que ya les han visto mil veces.
Enroladas en Napalm Records, fuera ya de Nuclear Blast, nos presentan este "The Dark Tower", un disco que mejora a todo lo anterior, un resultón álbum cargado de clichés, algo de lo que ellas hacen gala sin ponerse coloradas, lo cual, me alegra profundamente.
Y es que parece que en países como España hay que andar pidiendo perdón por ir vestido como siempre se ha hecho en el Heavy Metal. Se puede ir Heavy y no ser un Metalpaco, ¿ok? BURNING WITCHES lo hacen con estilo y si son guapas, pues podemos decirlo y ellas no tienen que pedir perdón por ello. Vale, son muy trues, pero nunca he entendido qué tiene de malo ser auténtico, ser realmente genuino. Otra cosa es que vayas por el Leyendas con un chaleco de parches y bañador paquetero, eso sí que es una paconada cojonuda, pero mira como van ellas y aprende.
Pasan los años y el Heavy Metal sigue ahí, pasando por encima de las modas, sobreviviendo, y eso es gracias a que hay grupos que resisten. BURNING WITCHES es un claro ejemplo de que el Heavy Metal sigue vivo. Que en España vivamos en un mundo aparte no es nuevo. Sí, tiran de clichés a nivel de sonido, vinculando su música totalmente a la estética, que nada tiene que ver con las nuevas tendencias de ir cargados de tatuajes, piercings y con las medias de la Real Sociedad.
Su camino no ha sido sencillo hasta ahora y cualquier banda habría tirado quizás la toalla, pero ellas, como decía Doro el otro día en su rueda de prensa, no han dejado de trabajar para intentar salir adelante.
Sus armonías sin duda están inspiradas en Judas y Maiden, pero ellas las cargan de un glamour digno de los buenos tiempos de Sunset Boulevard. La combinación es explosiva, una mezcla de los tiempos de Jutta y Doro con Lita Ford y las Vixen. Tienen una buena sección rítmica y a Schmier detrás en la producción. Nada puede fallar.
Canciones estribilleras a ritmos que te recordarán a Dio, Helloween o incluso a Accept, todo como en los discos anteriores, pero mejorado, con medios tiempos muy guapos en una banda que sigue engordando en currículum gracias a su mejora a base de crear buenos riffs y un muy buen trabajo al micro de Laura Guldemond que en apenas cuatro años ha demostrado que es lo que le faltaba a la formación para tomar continuidad y crecer de verdad.
Si bien es verdad que siguen con su línea de puro heavy metal, también es cierto que en "The Dark Tower" le han dado un tono quizás un tanto más oscuro a su música en muchos momentos, llegando incluso a usar algún gutural.
Como bonus, dos clasicazos.
Este sábado en el Rock Nalón.
© Diario de un Metalhead 2023.
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