El sábado 6 de septiembre tuvo lugar la quinta edición del festival que organiza la Asociación Pucela Heavy - Rock. Su propósito: colocar a Valladolid en el circuito metal de España, desvinculándose de todo ánimo de lucro. Lo están consiguiendo.
Yo fui uno de los muchos que viajamos desde Asturias atraídos por el cartel de este año. En mi caso iba a tiro fijo con unos tal Aneuma y, por supuesto, Flotsam and Jetsam.
Este verano he buscado salir de mi zona de “confort” como un primer Resurrection. En este caso, en concreto, iba a ser interesante ver cómo trabajan otras asociaciones y estudiar a otros fotógrafos trabajando. Siempre había querido conocer al referente Fran Cea, que estaba encargado de la cobertura visual del festival.
Partimos de Asturias en un día caluroso, y creo que tuvimos la misma temperatura hasta llegar a nuestro destino. Se pasa menos calor cuando vas en buena compañía. Al menos la noche en Valladolid no sería fría. La ciudad estaba inmersa en las fiestas de la Virgen de San Lorenzo; estaba todo hasta arriba. Llegamos con suficiente margen como para buscar aparcamiento y casi comernos un control de alcoholemia, que nos habría dado igual tanto para ir como para volver; iba gente responsable al volante. Finalmente, un parking tuvo que ser nuestra última opción de aparcamiento ante tanta locura.
El festival está ubicado en las inmediaciones de la playa fluvial de las Moreras, dentro del enorme parque Isabel La Católica.
Como curiosidad, en frente del escenario del festival había otro en el que ponían “pachanga”. Llegaba a ser molesto. Supongo que no había otra, que repartirse los espacios para todas las opciones de ocio. Cuando las bandas dejaban de tocar nos llegaba un recordatorio de lo que sería un mundo sin nuestra música: un ruido horrible que nos bombardeará sin tregua en centros comerciales, anuncios, televisión… bueno, más o menos como ahora.
Un festival en un entorno urbano no debe ser fácil. De primeras, nos vino la imagen de un montón de gente haciendo botellón en el parque o, ya dentro del festival, ver que intentan venderte bebida fría mientras estabas en los conciertos. Recordemos unas cosas: hay que consumir comida, bebida, merch… (siempre dentro de nuestras posibilidades) en las barras de la Asociación si queremos que un festival siga teniendo viabilidad. Si, puede haber curiosos que vengan a ver los conciertos y que se la pele todo esto que digo, pero menos mal que hay muchos que respetan el trabajo de la asociación.
Hay gran número de gente implicada, con muy buen rollo, en las barras, merch y encargada de que el tema de producción saliera adelante. Nunca había visto lo de sacar vales de comida, o bebida, no por un importe unitario en la moneda del festival y luego gastarlo. Eso ahorra dolores de cabeza. En mi caso, tuve que adelantar un poco la comida y estimar lo que iba a beber, porque no me podía permitir esperar en las colas, que evidentemente se producen en hora punta para sacar vales o darles uso.
Llegué para acreditarme y molestar a Aneuma que ya estaban por ahí. Acto seguido los miembros de mi expedición fueron los primeros en estrenar las barras.
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Alterade |
Alterade se encargó de abrir a las 21:00.
Es una banda de reciente creación, y desde entonces no han parado de trabajar. Está formado por músicos experimentados, que juegan con un sonido abierto a todo: progresivo, punk, rock… No es lo mío, pero me gustó bastante lo que vi en el escenario; buenos detalles instrumentales y cercanía con su público. Además, siempre digo que es muy necesario traer distintas propuestas de sonido en este tipo de festivales.
La banda estaba muy motivada, y no podía ser menos, pues estaban rodeados de sus más cercanos.
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Aneuma |
Aneuma no dejan de sorprender disco a disco. Es una de las bandas asturianas con más potencial para seguir creciendo. Y esto sucede en un tiempo en que pienso que cada vez es más complicado hacerlo.
La última vez que había visto a Aneuma había sido en la Sala Acapulco en la presentación de "Flesh & Bone" (Art Gates Records) el pasado mes de abril. Entre las muchas novedades, de aquella, estaba el estreno de Jane al bajo; ya perfectamente integrada desde el primer día. Ahora están inmersos en eso de mover el disco a nivel estatal.
Un chute de energía recibió el público pucelano con su death metal melódico. Un metal extremo impregnado en ocasiones por el black metal o que te sale por la tangente con un pasaje que rezuma a heavy metal clásico. Tiene ingredientes para gustar a todo el mundo y afianzarse en la escena estatal, y, ¿por qué no?, asomarse fuera de ella. Son prolíficos en composiciones y si los llaman para tocar a Rumanía se plantan allí con todo.
El rojo es el leit motiv sobre el que gira la banda. Se ve en sus portadas, el diseño de sus camisetas… no puede faltar en sus conciertos. Puede ser desconcertante para los fotógrafos, aunque suelen dar alguna pequeña concesión de luz blanca con el rojo, pero da una atmósfera especial a sus directos y nos transporta directamente a un mundo lleno de oscuridad.
Es todo un hostiazo empezar con “Your Doom”, “Fall Apart” o “Creatures”. Ya han diseñado un setlist muy eficaz y no necesitan tirar tanto de versiones.
Laura Alfonso se transforma en el escenario. Toda una fuerza de la naturaleza. Jane decía que estaba nerviosa antes del show, pero los nervios debieron irse con el chiste de Agustín Claverol porque con su bajo lo dio todo.
Jorge Rodríguez es una máquina a la batería. Lo que le pongas, en cualquier estilo, te lo saca.
Los Suárez son un combo letal a la guitarra. Ver a Borja ejecutando los solos es otra historia; una persona de gustos eclécticos y que sabe plasmarlo en lo que compone. Es uno de los muchos elementos diferenciadores de la banda.
“Light the Torch of Strength” cierra todo. Un tema con el que podrían haber abierto perfectamente su directo.
En una de estas me giré y tenía a los Flosam and Jetsam disfrutando del despliegue sónico de Aneuma. Alguno de ellos, estaba haciendo un gesto en plan: “vaya caña”.
Luego llegó la parte del “artisteo”: fotos, autógrafos…
Ahora os dejo con San, mi conductor, y fuente de sabiduría para hablaros de Flotsam and Jetsam. Siempre es un gusto escucharlo, y quería que transcribiera el concierto que vio con un brillo especial en los ojos. Yo no podría hacerlo mejor. Ha plasmado aquí todas esas sensaciones.
Y por fin llegó el momento esperado durante muuuuchos años. Después del fantástico concierto de nuestros queridos Aneuma, nada mejor que cumplir un sueño de chaval. Uno de los mejores y más talentosos grupos del Thrash Metal americano, que por uno u otro nunca había podido ver, se presentaban ante nosotros. Supervivientes de la gran ola de principios de los 80 de aquel estilo rompedor de moldes que salió del Área de la Bahía de San Francisco en su gran mayoría. Ellos tenían algo diferente, eran de Phoenix, Arizona, y eso les desmarcó para bien o para mal. Talento inmenso, juventud y ganas de comerse el mundo. Rondando los 20 años, Eric A.K. y Michael Gilbert (únicos componentes que siguen desde el principio), junto a Ed Carlson, Kelly David-Smith y un tal Jason Newsted dieron forma a una obra maestra llamada “Doomsday for the Deceiver” (1986), que tuvo continuación dos años después con otra, “No Place for Disgrace” (1988). Pero un chaval no pudo resistirse al ofrecimiento de unos que subían como la espuma para unirse a sus filas. Metallica se estaban convirtiendo en los reyes de la movida y ahí se rompió algo. Jason era el alma mater de Flotsam and Jetsam pero no le dejaron demostrar lo que llevaba dentro en Metallica. Los dos grupos perdieron. Pero F&J nunca tiraron la toalla. Valientes. Pasaron con más pena que gloria los siguientes 20 años, creando mucho, pero sin aparente éxito. Pero su tesón fue premiado con el tiempo. Eric y Michael reformaron el grupo con, entre otros músicos, Ken Mary a la batería, Steve Conley a la otra guitarra y Bill Bodily al bajo, para formar una apisonadora que pasea ahora por los escenarios sus grandes éxitos de antes y de ahora.
Llegaron a Pucela, cogieron el hacha de su querida Lizzy y empezaron a repartir sangre por todos lados. No veo mejor forma de empezar que con aquello de... Hello, how are you? Ready tonight? "Hammerhead" nos volaba la cabeza. Eric ya no chilla como antes, los años no pasan en balde para una voz exigida, pero como un grande sabe dosificarse y adaptarla a su condición actual. Carismático y pletórico disfruta con una sonrisa y no falla una. Gilbert, con su aspecto juvenil, reparte riffs a mansalva, apoyado en un estático e impasible pero efectivo Steve Coley para compartir solos. Ken Mary es una máquina a los tambores. Mucha clase y veteranía. Bill Bodily mueve los dedos al bajo que ni los ves. Gloria bendita para esos temazos compuestos por Jason y para los otros que no. Están en una forma increíble. Nos deleitan con bomba tras bomba. Iron Maiden, “Dreams of Death” desatan la violencia, de la buena, en las primeras filas. La peña se vuelve loca. Demasiado guapo para ser cierto. Basan su set en los tres primeros discos y en los cuatro últimos. Caen “Brace for Impact”, “Primal”. Una breve incursión al “Drift” del 95 con el vacilón “Smoked Out”, “A New Kind of Hero” y la mítica “I Live, You Die”, quizás el primer tema que hicieron. Más modernas “The Walls”, “Demolition Man”.
Estábamos en éxtasis, pero faltaba la traca final. La pesada pieza de thrash puro, lento, machacón y seminal “Suffer the Masses” y la apoteósica “She Took an Axe”, siniestra representación de poderío. "le metió a su madre 40 hachazos y a su padre 41". A nosotros cada riff era uno. Imaginad los que nos cayeron... blood all around. Y acabaron con la mística y maravillosa No Place for Disgrace. Qué gusto gritar con ellos aquello de "Honor Even in Death". Pues eso, cuando ya no toquen más les recordaremos con ese estribillo siempre."
Extasiados, les rendimos pleitesía y... se fueron. ¡Volved pronto!
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Iron What? |
Iron What? Llevan moviéndose desde 2004. Sería el grupo local que cerraría la noche ¿Un mero grupo de versiones de Iron Maiden? Cuidado. Esta gente se lo toma muy en serio. Era la primera vez que los veía. Destilaban un cuidado reverencial con cada clásico que tocaban.
La primera cosa que marca la diferencia con cualquier otro grupo de versiones: Joni Jester. Es todo un Mortadelo, distanciándonos de los elementos cómicos, si nos atenemos a la habilidad de alterar su aspecto. Se nota un amor por el detalle, por dar un extra, que normalmente no encontraríamos en un escenario. Eso también se nota en la interpretación de cada uno de los temas por parte de sus músicos.
¿Un demonio? ¿Un soldado? Todas las variables de Eddie imaginables las reproducía Joni. Y, no sólo eso, está también dar una interpretación a sus intervenciones. He de imaginar que se encarga de toda la escenografía. Con muy poco se puede hacer mucho.
Teníamos a Dickinson jorobado de una pierna. Habíamos visto a Nano con Dunedain en Rockvera la semana pasada. Hasta antes del concierto se lo tomó con calma y, evidentemente, sobre el escenario no hizo las típicas carreras que acompañan a Bruce. Da muy bien el pego a la voz. A pesar de sus problemas, estuvo muy bien. La gente del público se movía bastante. Quedamos hasta el final, con “Hallowed by the name” que fue recibida con una gran intensidad.
Enhorabuena a la Asociación. Aprovecho para saludar a Didi, Aneuma Team, Mochy, San, Kai, Pelayo, Andrés (Blast Open)…
Gracias San por tu enorme aporte a esta crónica.
Llegamos a las 8 de la mañana a casa.
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