lunes, 2 de abril de 2018

DOCKA PUSSEL: Animal Queendom (2017, Sacramento Records).


Larry Runner.

Mucho he tardado yo en tener esta joya en mis manos. Demasiado, tanto como para que no se colara en mi top-10 del año, porque sin duda lo hubiese estado. Y es que hay pocas cosas que te sorprendan hoy en día como me ha sorprendido este “Animal Queendom” de principio a fin.

Melodía, fiereza, contundencia, graves, agudos, suavidad, guturales, voces limpias ... este disco, el segundo de estos maravillosos sevillanos tiene de todo.

Una intro “Donkey Fluffer” y zapatilla con “Dsm-5”.  Guitarras asesinas, contundentes y con una música difícil de describir donde la melodía y la dureza salen empatadas. Una de esas bandas que o te vuelven loco o las odias, con un sonido muy creíble.


La batería te volverá loco también, el bajo suena fuerte y las guitarras son las dueñas del sonido de una banda de metal y puro metal. Suenan a locura total, recordando quizás a SOAD o bandas de ese palo moderno del que huyen los trues como alma que lleva el Diablo. Sí, DOCKA PUSSEL están lejos del heavy metal tradicional, no nos vamos a engañar, pero es que cuando las cosas se hacen tan bien, eso da totalmente igual a alguien como yo que se ha criado con Maiden, Whitesnake y Judas. Es lo bueno de no tener prejuicios metálicos, ser un puto yonqui del metal y meterte de todo tipo en vena cuando sabes que te va a hacer volar.


“Animal Queendom” lo consigue como muy pocos discos modernos lo hacen con mi vida. Me pone in the air y cuando lo pincho me parece imposible extraer el álbum del reproductor. Lo he intentado muchas veces con otras bandas eclécticas como ellos y no es la primera vez que me dan ganas de tirar el cd por la ventana. Este por contra va conmigo en el coche desde que lo tengo hace unas cuantas semanas. 



Son todo un huracán musical y sin duda una de las bandas top de este país. Sí, lo digo tal cual lo siento. Esto es debido a una única razón: su vocalista. Si bien la banda es realmente sobresaliente, lo que la hace única es su cantante, la mejor del país. Sí, me he "enamorado". Zark es capaz de cantar todo y más. Lo que ella quiera. De agudos limpios a los guturales más salvajes. Su garganta modula todo lo que quiere como y cuando quiere y además parece hacerlo en cada momento de la mejor de las maneras. En cada instante sabe cómo cantar, qué necesita la canción, sus líneas vocales son lo mejor que he escuchado en los últimos diez años. Adios al trabajo lineal de la inmensa mayoría de los cantantes de la escena actual. Zark es otra historia, su registro es infinito. Cantaría en la banda que quisiera y el estilo que quisiera. Con ella esta banda debería ser en poco tiempo de lo más destacado de Europa. De no ser así, una vez más deberíamos decir que el mundo del metal sigue siendo la puta mierda de siempre. Quizás si fueran de Ohio les harían más caso. Seguro.

Superiores. De otra dimensión.








© Diario de un Metalhead 2018.