Por Simón García López.
He de reconocer que llevaba tiempo planteándome si hacer o no la reseña del nuevo disco de Pestilence, grupo al que por motivos seguramente de nostalgia le tengo un aprecio especial.
Adelantados e innovadores en su época, pioneros en el la creación del Death metal con discos antológicos como “Consuming Impulse” o “Testimony of the ancients”, y de la evolución musical hacia vertientes más técnicas e innovadoras con mayor o menor éxito dependiendo de la persona con la que se hable, Pestilence han sido siempre un grupo que nunca ha dejado indiferente a nadie. Sufrieron el declive del Death clásico a mediados de los 90, llegando a desaparecer durante más de una década, hasta que en 2008 regresaron con una propuesta muy diferente a la clásica, desarrollando una música mucho más oscura basada en las disonancias y los ritmos pesados bajados de tono. Esa es la constante que ha marcado sus trabajos hasta llegar a este “Hadeon” donde de alguna manera, no sé si buscando la relación con lo clásico, se ha simplificado el estilo, que ahora es una mezcla de Death metal clásico y rápido al estilo Testimony, mezclada con los ritmos disonantes, lo que les ha llevado de alguna manera a separarse de esos trabajos más modernos y hasta cierto punto experimentales de la nueva etapa para lo que yo considero involucionar intencionadamente.
Dudaba de este disco porque de primeras el adelanto no me gustó y la escucha completa del disco menos, gustándome los anteriores discos, sobre todo “Doctrine” y “Obsideo”. Lo he criticado sin piedad con las personas que me relaciono y a las que en general sí les gustaba el disco, y aunque de alguna manera sigo manteniendo mi opinión, la insistencia en las escuchas ha hecho que la crítica se haya ablandado en cierto modo.
Es indiscutible desde mi punto de vista, claro está, que el grupo ha perdido la densidad y brutalidad de “Obsideo”, y ha querido hacer un guiño claro a los clásicos como se aprecia claramente en cortes como “Timeless”, “Layers of reality” o el cierre “Electro magnetic”, aunque otros como “Oversoul” aún mantengan esa esencia del pasado cercano, temas buenos todos ellos, no memorables, pero sí buenos. También hay referencias concretas al pasado más experimental de “Spheres” en canciones como “Astral projection” o “Ultra demons”, sobre todo en el uso de las voces y partes más atmosféricas.
El problema del disco es que se ha simplificado la propuesta musical como forma de volver a las raíces de la banda, a veces hasta un punto donde la calidad de partes concretas o canciones completas, no alcanzan el nivel necesario por mucho que me duela decirlo y más de un grupo como Pestilence. Sirva de ejemplo una canción tan insulsa y prescindible como “Manifestations”.
Del disco destaco sin duda las partes y canciones más Death clásico y no porque sea una persona a la que le encante el pasado reflejado en el presente o devorador de un esquema fijo así pasen 200 años. No. Las destaco porque me parecen las más centradas y las mejores. En el resto creo que Mameli no ha acertado con la mezcla o por lo menos a mí no me ha convencido. Me convencían y disfrutaba más de las propuestas anteriores que veía más centradas y con una orientación clara en todos los aspectos.
La música sin duda es una cuestión de gustos y quizás con el tiempo acabe viendo en este “Hadeon” virtudes que ahora soy incapaz. La realidad es que no ha conseguido entrar en mi corazón y lo lamento el primero como fan.
© Diario de un Metalhead 2018.
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