jueves, 26 de abril de 2018

MONSTER MAGNET: Mindfucker (2018, Napalm Records) USA.


Por Diego Rodríguez Liébanas.

Mick Jagger, Jimmy Page, Janis Joplin, Freddy Mercury, Joey Ramone, Joan Jett, Rob Halford, Lita Ford, Axl Rose, Chris Cornell, Tom Morello, etcétera, etcétera… forman parte de esa estirpe conocida como Estrellas del Rock que, aunque no nos lo creamos, está en peligro de extinción. De hecho, si nos fijamos bien, los últimos representantes de ese linaje son aquellos que comenzaron a brillar en la segunda parte de los noventa con gente como Jonathan Davis, Marilyn Manson, Dave Grohl, Josh Homme y… Dave Wyndorf. Quizá no sea la estrella de más relumbrón ni la más conocida pero cumple con todos los requisitos: Carisma, actitud, talento y, como no, ascenso meteórico a la fama, excesos con el alcohol y las drogas, caídas a los infiernos… 

Nunca se rindió. Nunca dejó de trabajar, publicar y actuar. Lo pudimos ver en mejores o peores condiciones sobre el escenario pero nunca hizo el ridículo. Al contrario, siempre mantuvo el nivel y parte de la esencia. Toda esta trayectoria nos lleva hasta el día de hoy en el que Wyndorf está pletórico y no me baso en nada que no haya presenciado. La última vez que lo vi encima de un escenario en el Download del año pasado me dejó un muy buen sabor de boca por su estado físico en general y el de su voz en particular. Así que como no murió y lo que no te mata te hace más fuerte, ha protagonizado poco a poco una resurrección tanto vital como artística que tiene como colofón este “Mindfucker”. 


Le ha acompañado en la tarea de dar a luz este trabajo gente de su máxima confianza como suele gustarle ya que no es muy dado a los cambios de formación. Por supuesto, ese magnífico guitarrista llamado Phil Caivano, escudero de Dave desde los tiempos gloriosos; Bob Pantella, batería que a lo tonto lleva ya casi tres lustros a bordo; el guitarrista Garret Sweeny y el bajista Chris Kosnik. La inicial “Rocket Freak” nos deja claro desde el principio que va a ver, como mínimo, tanto Punk y Hard Rock´n´Roll como Stoner en este disco. Sencilla y guitarrera a más no poder, sigue la estela de la escuela MC5/Stooges enganchándonos a base de actitud y visceralidad. En la misma línea pero más inspirada proseguimos con la adictiva “Soul”, una de mis preferidas, que te engancha desde el primer momento. La homónima “Mindfucker” mantiene el nivel mostrándonos a un Wyndorf en plena forma justo antes de “I´m God”, otro de los pelotazos del disco. 

Tras estos cuatro cañonazos toca descansar relativamente con la intensa “Drowning”, que se sale de la estela de los anteriores no sólo por su tempo, ya que bajan el diapasón de forma radical, sino por abrir el tarro de la psicodelia y el Desert Rock, quizá más propio de discos anteriores, pero que encaja bien marcando un antes y un después. Seguimos con el tema elegido como single, “Ejection”. No es la primera vez que Monster Magnet versionea una canción de “Captain Lockhead and the Starfighters” disco en solitario de Robert Calvert, cantante de Hawkwind, ya que también apareció “The Right Stuff” en su álbum “Monolithic Baby!”. No es de extrañar que ese magnífico trabajo de Calvert sirva de inspiración para Wyndorf and Cía ya que está lleno de grandes temas siendo “Ejection” uno de los más directos, pegadizos y efectivos no sólo de aquel disco sino del que nos ocupa.


Volvemos al sonido Detroit de finales de los 60 con “Want Some”, un rock and roll tan sencillo como pesado, con Wyndorf otra vez inspiradísimo en la labor vocal. Desde el riff inicial “Brainwashed”, con su innegable aroma retro, consigue engancharte convirtiéndose en otra de mis preferidas. “All Day Midnight” es otro gran tema que no necesita piruetas para engancharte justo antes de finalizar con “When The Hammer Comes Down”, la cual, al igual que “Drowning”, rompe con lo anterior desarrollándose alrededor de un riff machacón de principio a fin y bebiendo mucho más de ese Stoner que tanto caracteriza a la banda pero que en este disco se nos administra solo en pequeñas dosis.

Desde su época dorada cuando vieron la luz aquellos “Dopes To Infinity”, “Powertrip” y “God Says No” han publicado varios discos notables, con buena música y que se pueden disfrutar sin problema pero ninguno con la energía, el remango, la intensidad y la musicalidad de “Mindfucker”. Sin tiempo para experimentos ni para medios tiempos, la música que se nos ofrece es directa y no está concebida para ser pensada sino para ser sentida.

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© Diario de un Metalhead 2018.

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