Fotos: Sergio Blanco.
"Los lunes al thrash". El eslogan no es mío, no me voy a apropiar del mérito, es un invento de Iñaki de Factory Rock, acuñado tras éxitos pasados en la ciudad con aquellas históricas visitas de lunes de HAVOK y WARBRINGER cuando aún empezaban en esto y se podía tratar con ellos económicamente. Fueron dos noches inolvidables, de locura, colgando el cartel de Sold-Out. Con tales precedentes era de ley intentarlo de nuevo unos años más tarde. La asistencia a conciertos es cada vez más nula, pero quedamos algunos románticos que sentimos de verdad la música y que damos valor a perder un par de horas de sueño por ver a una banda antes de que se hagan enormes, porque grandes ya lo son, y a lo mejor nunca más podamos tenerles cerca.
Llevar adelante un bolo como éste es de lo más gratificante. De hecho, de todo aquellos en los que he estado involucrado ha sido el que más. Dinero jamás vas a hacer, pero a buen seguro que harás buenos amigos y te encontrarás con gente de lo más agradecida. Sentirse bien con uno mismo da paz interior, aporta salud, algo que el dinero no te va a dar jamás.
Así fue este pasado lunes. No es normal acabar un concierto y que la gente venga a darte un abrazo y darte las gracias cuando al fin y al cabo han tenido que pagar. Yo quería ver a LICH KING, con eso me daba por contento y con eso me fui a casa más que satisfecho. Pero qué queréis que os diga, los abrazos se agradecen mucho, pues son muchas horas destinadas a luchar por lo nuestro y esa es la mejor de las recompensas. Más en un día en el que a media tarde recibía un par de insultos por hablar bien de una banda, de gente cercana a esa banda y tras ponerle la nota máxima, que ya tiene cojones. Que te odien por criticar es comprensible, pero por hablar bien, tiene tela. De todas formas los amargados de la vida nunca jamás nos echarán atrás. Si no lo consiguieron aquellos pringaos del principio, no lo van a conseguir ahora un par de imbéciles. Sigo con lo importante.
Soldier
La anticipada había ido floja, sabíamos que no iba a ser lo de la otra vez, pero antes de abrir puertas ya teníamos tantas vendidas como la gente que había acudido a Madrid o a Valencia, que ahora no recuerdo. Al final de la noche, sumábamos más gente que esas dos ciudades juntas. Una pena que nos hubiese tocado de lunes, si pillamos el sábado igual colgamos el sold-out otra vez, manda cojones, y con thrash metal.
Soldier
LICH KING llegaron tarde, muy tarde a la sala, casi dos horas. Yo ya estaba de los nervios. Éramos incapaces de localizarlos. Algunos han perdido sus móviles girando y otros no tenían batería, así que un puto desastre. Respiramos tranquilos cuando vimos al bueno de Brian Westbrook, su batería, entrar en la sala. SOLDIER e IMPALERS llegaron con tiempo de sobra, no se pararon a lavar la ropa por el camino como los estadounidenses (a los pobres no les quedaba ya nada limpio).
SOLDIER se encargó de montar todo al lado de Pablo Viña, el técnico que estuvo sobresaliente y que al final de la noche se llevó una buena ovación. Tremenda la actitud de SOLDIER, unos chavales que hace tiempo que se ganaron nuestro corazón con hechos, no con palabras. Me he cruzado con gente muy buena hasta hoy en día en estos cinco años que celebrábamos en La Calleja, pero pocos como ellos. Prueba de sonido y abrimos puntuales.
Impalers
Empezaron ellos, SOLDIER. Habían colgado en fb por la mañana el set-list que iban a ofrecer, y lo cumplieron a rajatabla. Lo dieron todo, mejoran día a día y sólo el tiempo dirá hasta donde van a llegar haciendo thrash y en inglés. A día de hoy no ha salido una banda millonaria con el estilo, pero eso ya lo saben. Hacen lo que les gusta y cada vez mejor. Desde Stand Your Ground hasta Cowboys from Hell no pararon, aunque sí tuvieron unos segundos para dedicar un par de temas al que este artículo firma y a su mujer, que tanto trabaja en la sombra. Siempre es gratificante ver a un músico sobre el escenario con nuestra camiseta, y Phil la vistió para la ocasión una vez más. Era el quinto aniversario de Diario de un Metalhead y no dejaron pasar detalle. Todavía dieron las gracias, tiene tela, somos nosotros los que se las tenemos que dar a ellos. La gente no se hizo la rezagada y tocaron con casi todo el mundo ya dentro. Se ganaron el "otra, otra" y por supuesto que les dejamos. Destroyers cerró una buena actuación, su última de 2015. En los próximos días hablaremos a buen seguro de la sorpresa que nos tienen guardada. Por cierto, su amigo Dimitri, les acompañó en el Cowboys from Hell. El chaval dará que hablar en el futuro.
IMPALERS fueron los siguientes. Tengo que reconocer que hasta que me enteré de la gira de LICH KING no sabía quienes eran. Desde luego que este tour les está sirviendo para que haya cada vez menos gente como yo. Se ganan al público enseguida con ese rollo thrash old school al que la voz de Søren Crawack le da el tono europeo que a buen seguro recuerda a Kreator. Si se lo estarán ganando que a pesar de lo floja que iba la gira hasta llegar a Oviedo, en Oviedo agotaron las copias de su último God from the Machine y sigo sin tenerlo original. Gustaron mucho, pero en el pit no hubo movimiento, aunque sí agitado de cabezas. Demostraron su buen hacer con canciones como Destroy the Meek, Prepare for War, Army of Darkness o la inicial See What I See y tuvieron un momento Tankard bien coreado. Brutales.
Impalers
Y llegaba el momento que de verdad más estábamos esperando a juzgar por la reacción del público que se agolpaba en la parte delantera, la triunfada de LICH KING. Sí, triunfada, porque un grupo que te dice que en esta gira toca cerca de una hora como mucho llevó su show hasta los 95' de reloj. Y es que abajo estábamos entregados, lo estuvimos desde el principio, porque con Wage Slave ya se veía venir la locura. ED-209 y Axe Cop fueron a continuación. Quizás me lo pareció sólo a mí, pero creo que los temas de Born of The Bomb fueron los más celebrados a lo largo de la noche. Que la banda no pudiese venir con todos sus miembros originales no se notó. Ryan Taylor cubano de Miami, vocalista de Solstice cumplió con creces.
Tras Predator llegó esa locura de canción que lleva el título más largo que yo recuerde: Attack of the Wrath of the War of the Death of the Strike of the Sword of the Blood of the Beast. Bueno, que no recuerdo, que para escribir esto he tenido que buscarlo. En el pit ya habían empezado los empujones y el sudor. La Calleja ya estaba entregada. Ahora sí, estaba claro, una vez más el thrash había triunfado un lunes.
Lich King
Me desgañité con In the End, Devastation y tras la "pausada" Storm of Swords más de uno se volvió loco literalmente con la versión del Eternal Nightmare de Vio-lence. A esas alturas ya habían sido varios los que habían besado el suelo mientras la banda pedía que la gente se tirara de cabeza, cosa que menos mal que no llegó a suceder. Aún así, los monitores se fueron al carajo en más de una ocasión. La mejor canción del mundo, como anunció su vocalista, cuyo origen cubano nos quedó bien claro a lo largo de la noche, We Came to Conquer, sirvió para cerrar su repertorio. Pero no quedó ahí la cosa.
Lich King
Ya habían alargado su set, pero no era bastante. Fue entonces cuando todo el público presente empezó a pedir "otres tres", como si no hubiese mañana, como si el martes fuese festivo, cuando el reloj hacía rato que había dejado atrás la medianoche. La cara de incredulidad de la banda lo decía todo. Pero tras reunirse entorno a la batería de Brian, volvieron a tomar sus instrumentos pensando en cerrar con una versión. Así que nos soltaron, menuda sorpresa, el Detroit Rock City de Kiss con Nick Timney, el guitarra solista, a la voz. Ni así. La gente empezó a pedir Black Metal Sucks y la tuvieron que tocar y luego Toxic Waltz de Exodus, que no se la sabían del todo, y el rítmica Joe Nickerson tuvo que sobre la marcha echar un cable a sus compañeros. Si nos dejan seguimos allí.
Lich King
Gracias a Txalupa, a la Calleja, a Juan Sanz, a Pablo Viña y a las bandas, sobre todo a Soldier, por todo y por la inolvidable noche. Y gracias a los valientes que acudieron a la mágica noche, algunos con la camiseta de Diario de un Metalhead. Porque los conciertos molan, pero los de lunes sólo son para la gente especial, algunos tanto, que hasta vinieron de fuera de Asturias. Había quién decía que era caro, 12 euros por 3 bandas, dos de ellas extranjeras ... sobran las palabras. Entiendo que no te apetezca ir y lo respeto, por supuesto, pero no pongas disculpas estúpidas. Lección de actitud por parte de los presentes y sobre todo de las bandas. Seguimos a años luz.
Inolvidable. Una vez más volvió a funcionar. No hay 2 sin 3. #LosLunesAlThrash
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