Texto: Diego Rodríguez Liébanas.
Fotos: José "Chimpa" Sánchez (concierto de Alicante).
La noche tenía
todos los ingredientes para convertirse en algo especial y la gente de Matuja,
con su Hard Rock 70s, contribuyó a ello poniendo toda la carne en el asador desde
el principio y trabajándose cada uno de los aplausos que recibían entre canción
y canción. Acompañados por su propia crew de seguidores, consiguieron captar también
la atención de los neófitos gracias a la química entre músicos, a su entrega y
a una interpretación apasionada que propició los primeros bailes y movimientos
de cuello. Matuja nos ofrecieron un show con muy buen sonido y unas
interpretaciones solventes a través de las cuales demostraron que dominan lo
suyo a la perfección. Una elección certera la de elegir a esta banda para abrir
la noche.
Esta era mi primera
cita con Lizzies por lo que tenía mucha curiosidad por ver qué me encontraba ya
que llevan tiempo dando que hablar para bien. Ya desde el principio con Phoenix y 666 Miles nos dimos cuenta de que el sonido no iba a ser tan bueno
como en el caso de la banda anterior ya que apenas se podían distinguir los
instrumentos sonando todo bastante enmarañado. A pesar de eso consiguieron
sacar adelante la actuación gracias sobre todo a la maestra de ceremonias en
forma de Elena que tiene eso que es tan difícil de ensayar como es la
espontaneidad y el carisma necesarios para ser una frontwoman de nivel. Se
lleva casi todas las miradas, está cómoda en esa situación y lo disfruta. Su
interpretación, llena de energía, y su saber hacer al conectar con
el público contagia a los asistentes arrastrándolos a festejar cada tema.
Después del parón
para saludar y decir unas palabras el sonido mejoró un poco con la
interpretación de The Eight Ball y Mirror Maze. La peor parte del barullo
se la llevaban Patricia con su Flying V y Marina al bajo pero en ningún momento
flaquearon demostrando que ya tienen tablas suficientes para saber lo que se
cuece encima de un escenario. Muy gratamente sorprendido me dejó la pegada y la
solvencia de Saray en la percusión. Buen fichaje, sin duda. La apuesta de la
banda por canciones nuevas fue un hecho ya que además de las cuatro nombradas
anteriormente también sonarían Roussian
Roulette, One Night Woman y Viper,
recientemente publicada como single. Terminaron con su canción franquicia hasta
el momento que no es otra que Speed On
The Road, con la que certificaron un concierto que, si bien no tuvo las
mejores condiciones de sonido, fue muy disfrutable.
Y llegó el momento más
esperado de la noche. Las actuaciones de Matuja y Lizzies estuvieron muy bien
pero casi todos estábamos allí para ver a Leather Heart presentando Comeback,
su flamante nuevo LP. Digo casi todos porque entre la concurrencia, que llegó a
acercarse a los 300, se encontraban familiares y amigos de cada una de las
bandas. Comenzaron con un tema antiguo como es Take My Breath Away que nos dejó tranquilos al comprobar que el
sonido era bastante mejor instalándose en la categoría de correcto tirando a
bueno. La primera de Comeback fue Destiny,
una de mis preferidas, con la que se confirmaba que la banda salía a matar
desde el principio con una sección rítmica muy sólida protagonizada por Manuel
Rueda, dándole duro y certero a la percusión y Sergi Alvarado que gozó de un
buen sonido durante toda la noche.
uno de los puntos álgidos de la noche fue
la interpretación del Riding On The Wind
de los Judas con Lizzies
acompañando a Leather Heart
Pensaba que se
estaba reservando una iluminación mejor para la banda estrella de la noche pero
nada más lejos de la realidad. Cuatro focos con dos colores conformaban un
panorama visual bastante triste en este aspecto. Pero Leather Heart querían
hacer bien su trabajo y nada se iba a interponer en su camino. La banda pilla
carrerilla con otro antiguo, Black As
Night, y dos nuevos, Depths Of Space
y Rock And Roll Soul que sirvieron
para seguir calentando la noche. Se les ve cómodos y disfrutando. Adrián, el
cantante, quizá no tenga el carisma de la anterior inquilina del micrófono a la
hora de dirigirse al público pero sí que lo tiene en lo que respecta a su
interpretación, intensa, sólida y con gancho. Sin duda, uno de los puntos
álgidos de la noche fue la interpretación del Riding On The Wind de los Judas con la gente de Lizzies acompañando
a Leather Heart en el escenario. Dieron de lleno con la tecla caldeando el ambiente
hasta el punto que un servidor estuvo a punto de despegar y doy fe de que no
fui el único al que le pasó lo mismo. Tremendo.
Después de parar
unos momentos para despedir a Lizzies con una ovación y tomar un poco de
aliento, la siguiente tanda de canciones estuvo protagonizada por cortes nuevos
como The Crow y Restless con los que se pudo comprobar que muchos de los asistentes
teníamos dominado el disco ya que fueron temas muy coreados. Piñero y Gabasa, a
pesar de ciertos problemas técnicos, estuvieron en directo a la altura del gran
trabajo realizado en el disco, intercambiándose roles de solista y rítmica
aunque Alejandro sea el que más solea. Después de hacerle otro hueco al EP con Nightmares Town y Don´t You Go, interpretan un Comeback
correcto antes de afrontar los dos bises elegidos para la ocasión como fueron Leather Heart y una versión muy
conseguida del Kill The King de los
Rainbow. Un buen remate para una noche especial con tres bandas que lo dieron
todo, se lo pasaron bien y nos hicieron cómplices y partícipes de esa
diversión.
© Diario de un Metalhead 2015.
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