By Diego Rodríguez Liébanas.
La trayectoria que han vivido los californianos SAVIOURS a lo largo de sus más de diez años de existencia no es muy diferente a
la de muchas de las bandas que conocemos y es que… estuvieron a punto de lograrlo.
¿De lograr qué? Desde un punto de vista pragmático y materialista, lograrlo es acceder a un status en el que pasas a ser parte del privilegiado club de personas que vive únicamente de los ingresos que genera su banda. Desde el año 2006 hasta el año 2011, SAVIOURS no pararon de girar por Estados Unidos y por Europa. Terminaban un tour como cabezas de cartel y comenzaban otro teloneando a alguna banda más grande. Giraron con Iced Earth, Saint Vitus, Devildriver, Witchcraft…, formaron parte del Ozzfest (sin tener que pagar, por cierto) y también probaron grandes festivales europeos como el Hellfest.
¿De lograr qué? Desde un punto de vista pragmático y materialista, lograrlo es acceder a un status en el que pasas a ser parte del privilegiado club de personas que vive únicamente de los ingresos que genera su banda. Desde el año 2006 hasta el año 2011, SAVIOURS no pararon de girar por Estados Unidos y por Europa. Terminaban un tour como cabezas de cartel y comenzaban otro teloneando a alguna banda más grande. Giraron con Iced Earth, Saint Vitus, Devildriver, Witchcraft…, formaron parte del Ozzfest (sin tener que pagar, por cierto) y también probaron grandes festivales europeos como el Hellfest.
impacta en los oídos de forma contundente
La banda vive durante años en un bucle: seis meses
girando, tres dedicándose a un nuevo disco y tres intentando volver a ser
persona. Año tras año estás a punto de dar la campanada pero ese momento no
llega y, de pronto, entras en otra liga: la de las bandas que pueden irse a
tomar por culo cuando menos te lo esperas. Ese momento le llegó a SAVIOURS en
2012 cuando decidieron pararse y pensar si estaban dispuestos a seguir con ese
ritmo que estaba a punto de acabar con ellos. Después de un período crítico en
el que la banda corre el riesgo de desaparecer, no tanto por no haber logrado triunfar como por no encontrar razones
para verse otra vez el careto, deciden seguir adelante pero con otro
planteamiento diferente. Se han quedado a medias, eso está claro, pero han
llegado más allá que la mayoría así que conservan una red de contactos y una
reputación en estudio y en directo que les asegura sacar un disco cada cierto
tiempo y realizar una gira anual de dos semanas por USA y otra por Europa. No
es un panorama nada malo, ¿verdad?
Así que podemos decir que este Palace Of Vision es fruto de esta nueva época en la vida de
SAVIOURS. ¿Se ha visto su estilo alterado por los cambios descritos? No, en
absoluto. Todo parece indicar que nos encontramos ante una progresión lógica de
sus dos obras anteriores, Accelerated
Living (2009) y Death´s Procession
(2011), ya que en este trabajo se conjuga la potencia y velocidad de la primera
y la crudeza más pesada de la segunda. ¿Coordenadas para situarnos mejor?
Stoner Metal que se encuentra a medio camino entre la suciedad de High On Fire
y la melodía de The Sword pero que te impacta en los oídos de forma
contundente. No hay momentos para la flojera. Cualquier elemento que quieras
abordar destaca por su contundencia: interpretación vocal, guitarras, sección
rítmica, riffs, estribillos, producción… Todo parece enfocado a presentar un
producto que, sin llegar a ser áspero, sea realmente duro.
The Mountain, la primera, es una de las rápidas y tiene la
virtud de iniciar el movimiento de cuello a las primeras de cambio. Las Twin
Guitars a mitad de tema y la aceleración posterior es lo más
destacado de una Flesh Of Fire que
comienza y termina como medio tiempo lo cual es raro ya que nos moveremos
habitualmente en la dualidad rápida/pausada incluso dentro de los propios
temas. Hay poco espacio para las medias tintas. Con la veloz y sucia Devil´s Crown la banda saca a relucir su
versión más punkarra recordándome al Driving
and Drinking de Black Flag y a Motorhead cuando llegan esos solos de
guitarras tan cojonudos. Palace Of Visión,
que da nombre al disco, funciona perfectamente como canción franquicia
convirtiéndose con su elevado tono épico en uno de los momentos del disco.
Tremendo tema.
La quinta, Burning
Shrine, es una apisonadora que te pasa por encima y te deja bien calentito.
Rápida, potente, sucia… Me recuerda, con un punto menos radical, al rollo que
les va ahora a los Darkthrone. Hell´s
Floor lleva puesto un riff más estándar tipo Stoner Metal y entre sus
recovecos se dejan oír esos detalles de teclado que aparecen en los temas
cuando menos te lo esperas. El séptimo tema es The Beast Remains muy en la onda NWOBHM pero con la
reinterpretación sucia y pesada marca de la casa. Cursed Night es un tema instrumental con tintes Doom que acaba
pasando desapercibido. Terminamos con The
Seeker, un Stoner muy interesante con una mayor carga de melodía que tiene
cierto parecido a alguna de las propuestas de The Sword en su último disco.
Merece la pena seguir con el proyecto si es para publicar un álbum tan
competente como este Palace Of Vision.
¿Qué les deparará el futuro? Estaremos aquí para contarlo.
© Diario de un Metalhead 2015.
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