By Iñaki Albuerne.
Después de cautivarnos en el 2013 con su Origin a todos los seguidores de los sonidos melódicos dentro del Doom Metal y el Death Metal, en octubre de este mismo año 2015 tenemos su nuevo trabajo Singularity que no defraudara a ninguna persona a la que deleitaran anteriormente. Seguirán una vez más seduciéndonos con cualquiera de sus composiciones. Igual que la temática que tratan, parecen sacados de otra galaxia.
Logran engendrar una vez más un mundo paralelo al nuestro, con un nivel musical, compositivo, melódico y de profundidad muy alto que cualquiera que sepa apreciar las cosas bien hechas sabrá valorarlo como se merece y ponerlo en lo más alto dentro de este año que está a punto de llegar a su final.
Invito a que realicéis este viaje, tanto si ya los conocíais como si sois principiantes tanto dentro de su música como del estilo que realizan, hay que ser uno con la música y como un viaje astral, dejarse llevar.
No dejan escapar ni una sola nota al aire, todo lo que se escucha tiene un significado y talento detrás de ello, ya sean las composiciones más etéreas, con una similitud a los trabajos más siderales y ambientales de Mike Oldfield o Jean-Michel Jarre pero dentro de este género.
Las partes enérgicas la batería tiene un papel importante, sonando contundente, marcando el ritmo a la perfección y sonando de maravilla. Nunca se hace pesada y es un instrumento indispensable y utilizado inteligentemente en sus estructuras.
Pero más imprescindible aún es todo el trabajo que hay detrás de las guitarras creadoras de estimulantes acordes y los teclados que van inventando mundo paralelos en toda nota que de ellos sale. Como ejemplo In Our Mind, Echoes o Resurgence, que muestran de todo lo hablado hasta ahora. Son pequeñas obras de arte, diamantes en bruto para nuestros oídos y la parte más oculta de nuestro cerebro.
En voces seguimos con la guturalidad, una guturalidad totalmente entendible y agradable, acorde al estilo que se dedican a practicar, fusionando en varios fragmentos voces limpias como extraídas de algún recuerdo onírico perdido que empapan de una sensación de melancolía a todo el conjunto orgánico de las canciones.
Jari Lindholm y Sebastien Pierre de nuevo han vuelto a imaginar una banda sonora para un viaje eterno hacia las estrellas y el vacío inmenso del universo, y lo han plasmado de una manera grandiosa y detallista en ENSHINE, uno de esos álbumes no de este 2015, sino de todos los que vienen. Se quedará grabado en nuestro subconsciente para la eternidad.
La gente que no tenga la cabeza hueca y posea una gran capacidad para sentir más allá de sus cinco sentidos tendrá las mismas sensaciones que yo al escuchar Singularity de principio a fin, una y otra vez.
Dentro de la puntuación no se merece otra cosa que 5 estrellas, hay calidad, sentimiento, excelentes composiciones e ideas. Logra calar dentro de nosotros, no es sólo música, van más allá y tienen un significado. Marcar ENSHINE en negrita, con letras mayúsculas y absorber todo lo que podáis de ellos.
