📷 Jorge López Novales.
Nunca había tenido la oportunidad de ver a HEATHEN en directo. Tengo sus discos y soy muy fan sobre todo de su debut “Breaking the silence” (1987), pero jamás les había visto en vivo.
Era el momento idoneo. En un mes de agosto en el que me he quitado otras espinas clavadas de las que además hacían daño como las de Flotsam and Jetsam y Vio-lence, donde también he podido disfrutar como un jovencito de Exumer y Testament, terminar el mes con un bolo en casa de tal calibre era el mejor de los finales a 31 días maravillosos.
Hace meses, cuando Kivents llegó con la idea de meterlos en agosto en Oviedo, me pareció casi un suicidio. Observando la respuesta de mierda que habían tenido los últimos conciertos de nombres legendarios que pasaron por el lugar (Heavy Pettin y Enuff Z’ Nuff), miedo me daba, pero albergaba la esperanza de que era thrash metal, y eso, en Oviedo, nunca falla. Y así fue, la Gong vivió una noche de glorioso abarrote. Pensábamos que un jueves no era el mejor día, pero mira por donde, al no estar tocando a la vez mil bandas locales que pudieran restar público, se llenó.
Llegaron a media tarde y nos sorprendieron por su cercanía y su extremada educación. David White-Godfrey se me presentó como David Blanco y me dio un apretón de manos. A partir de entonces todo fueron “porfavores” y “gracias” a lo largo de una jornada que sabíamos que iba a estar linda porque la gente ya había respondido a la anticipada.
Estar inmerso en labores de producción es una maravilla cuando tratas con ídolos que no te decepcionan, aunque el costo sea perderse siempre a los teloneros mientras la gente entra en la sala. Salvamos aquí que tenemos a la familia Novales-Martínez Lombó en el equipo y que se presentó al completo. Julia os habla de la banda que abrió la noche y vuelvo yo para contar cómo viví lo de Heathen.
Con nueves años de trayectoria a sus espaldas, Ángel Negro llegaron a Oviedo desde Cartagena. Esta banda de power metal melódico cuenta en su haber con un LP, El Despertar (2022), del que podríamos escuchar varios temas, así como su single (2023) “Donde habitan los sueños”. Pero empecemos por el principio.
Puntuales arrancaban su presentación ovetense con “Mercenario Íbero” cuando faltaban diez minutos para las nueve. La salida a escena de Cifre, su vocalista, deja clara su intención de llamar nuestra atención. Este tema no pudo lucir en todo su esplendor debido a los problemas que aparecieron en la microfonía de las voces, pero tranquilos, pronto fueron subsanados. Sorprendentes los teclados de “Altera mis sentidos”, sin duda esas sonoridades casi progresivas destacan en el conjunto de este corte. Con los problemas de sonido solventados, nos regalaron una particular versión de “Alas de fuego” (Tierra Santa), muy llevada al terreno de los cartageneros, para continuar con “Sin Salida”. Tras este corte, pequeño speech del vocalista con el que explicaba el sentido y germen de este tema, “por ese niño que creía que lo que sentía no era correcto”. Aprovechaba para colgar la bandera LGTBIQ+ en el micro. “Tormento eterno” antecedería a la segunda versión de la noche, un “Maldito Corazón” de Saratoga que fue el tema más coreado.
No fueron pocas las dificultades con las que tuvo que lidiar la banda esta noche: un calor por momentos excesivo en la sala, problemas de sonido y, por si no era suficiente, la Rocky sufre la rotura de la correa de su guitarra justo mientras interpreta el solo de “Monstruos en tu jardín”. Un cúmulo de circunstancias que no consiguieron amilanar a la formación y que dejaron más que evidente el carisma de su frontman (ojo a su interpretación e incluso dramatización sobre las tablas) y las ganas del equipo.
Encaraban la recta final con “Donde habitan los sueños”. Presentación de los miembros de la banda mediante, Ángel Negro se despedían del público ovetense con “No seré como tú”.
Todos ya en la sala para ver a los Heathen actuales donde sólo David ha sobrevivido desde los inicios de la banda. Llegó con dos de los músicos que le acompañan en el último disco “Empire of the Blind” de 2020, que son Kragen Lum (guitarra) y Jason Mirza (bajo). Junto a ellos completan la formación a día de hoy Ryan Idris (batería de los canadienses Aggression) y Kyle Edissi a la otra guitarra (miembro de los también canadienses Invicta).
“Dying Season” -de su “The Evolution of Chaos” de 2010- sirvió para abrir el repertorio que esperábamos y del que tuve que perderme hasta tres temas por el medio. Cosas de estar metido en la producción. “Victims of Deception” fue la primera de las clásicas. Viajamos al '91 de la mano del tema que tanto me recuerda al “...And Justice for All”. Pero la fiesta empezó de verdad con “Empire of the Blind”, que da título a su último disco y donde observamos que el público había hecho los deberes. Se la sabían.
“Breaking the Silence” vino a continuación y fue la confirmación de que los presentes iban a estar con ellos. Supongo que la elevada media de edad restara follón en el pit. Y es que pocos jóvenes vimos entrar por la puerta de la Gong. No importa, fue una maravilla ver a la vieja guardia del metal astur sudar como en los viejos tiempos. Sudor en parte por la entrega, pero sobre todo por la elevada temperatura de una sala Sala Gong que nos recibió sin una pizca de aire acondicionado lo que llevó a la pista a convertirse en lugar más digno de patinaje que de headbanging. No fueron pocos los asistentes que nos lo hicieron saber no sin falta de razón. Hacía tanto calor que muchos no se quedaron ni a la foto finish.
La banda sonaba como un cañón, con un Kragen encargándose de casi todo el trabajo solista de la guitarra y Kyle -amante de los clásicos, pues vimos en sus brazos el Trooper de Maiden y otro tatuaje de Led Zeppelin- dándole la alternativa y doblándole fabulosamente cuando tocaba. Atrás Ryan estaba espectacular a la batería, aunque lo que de verdad me admiró fue el trabajo al bajo de Jason, un tío que no se cansó de interactuar con el público, y tan bestial en el escenario como encantador al bajarse de él.
“Sun in My Hand” me recibió en mi segundo contacto. Maravilloso medio tiempo y sin duda una de mis favoritas de su último “Empire of the Blind”. Temazo para darle al cuello de lo lindo. Veníamos entrenados. Sin problemas para el headbanging y momento intenso con ese fabuloso estribillo a corear. Temazo de puro Heavy Metal con más en común con Brainstorm que con las primeras obras de los californianos. “Death by Hanging” vino después para regresarnos al 87 y que los más veteranos lo gozaran.
Una corta parada para hacer el paripé ese de ir y volver porque me piden más y llega el final apoteósico, con “Hypnotized”, tema digno del "Spreaking the Disease" de Anthrax; “The Blight”, otra más del último para demostrar que no vale vivir de rentas; y cerrando “Goblin's Blade”, otro clasicazo para que retumbaran los Marshall.
Otra vez el thrash llenando en Oviedo. Y ya van ...
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