lunes, 23 de septiembre de 2024

Inquebrantables. SKÜLD, Soto del Barco (Asturias), 14.09.2024. Crónica y fotos.


📝 Julia Mª Martínez-Lombó Testa
📷 Jorge López Novales.

Se acababa la primera semana del nuevo curso, que no había sido especialmente sencilla, y llegábamos al sábado con ganas y necesidad de disfrutar del fin de semana.


No creímos que pudiera ser, pero un cúmulo de circunstancias nos permitió presentarnos en familia a las 19.30 de la tarde en la Playa de los Quebrantos.

Lo chicos de Sküld aún estaban terminando de montar todo el equipo, algo que nos permitió saludar a amigos y asomarnos a la arena para poder pasear y disfrutar del momento.

Poco a poco el Surf Bar RN La Arena se fue llenando. Sküld congrega cada vez más público en sus conciertos y esta traca final de verano confirma su buen hacer en estos eventos. Sin duda la banda, que combina en su set temas propios con versiones de clásicos y perversiones, es garantía de disfrute.

Nos esperaban más de dos horas y media de concierto, algo que a muchos les supo a poco, pues los de Vega tuvieron que repetir algunos temas y añadir otros ante la insistencia del público, que se sumaron a los 21 que constituían el repertorio programado para esta cita.

Este verano hemos visto a la banda en no pocas ocasiones, y, aunque haya temas que ya son fijos en su repertorio, siempre nos sorprenden. El sábado tuvimos las ya clásicas versiones de “Love Machine”, “Ace of Spaces” (un tema que cada vez se va adelantando más en el orden de sus temas) o “Flight of Icarus”, donde volvieron a contar con la colaboración de Pedro Pravia (Beast Inside). Nos regalaron las perversiones de Abba “The winner takes it all” y el “Wonderful life” del inglés Black. No podían faltar “Heaven can wait” y “Toxicity” (que tuvieron que repetir entre los bises). La interacción con el público fue constante. Si los músicos no dudaron en subirse a las mesas o mezclarse entre quienes les escuchábamos, también hubo quien decidió invadir el escenario y tomar posiciones en los micrófonos. La fiesta rompió las barreras entre público y escenario. Pudimos también escuchar temas que van a formar parte de su nuevo trabajo discográfico, del que nos dejaron algunas pinceladas además de noticias como que Pablo Viña será el encargado de su grabación o que las fotos van a ser obra de nuestro Jorge López Novales. 

Cuando parecía que el concierto había tocado a su fin con “No hay Tregua” y Lorena entre el público que la acompañaba en los coros, vinieron los momentos más distendidos y épicos. Me explico. Ya os conté que el publicó insistió en que el show continuase, a lo que la banda no se pudo negar, y fue entonces cuando José Carlos (bajista) tomó el micro para cantarnos “Caballo negro azabache”, ranchera de Antonio Aguilar, en lo que podría convertirse en la nueva perversión de la banda. No fue el único tema que puede convertirse en perversión, pues Lorena y Robert hicieron lo propio con “El osito Misha” o “Sarà perché ti amo” de Ricchi e Poveri.

Nosotros nos los perdimos en la que sí fue su última cita de la temporada en domingo 22 en Raíces, pero hay ocasiones en las que tocan otros menesteres.

Sin duda una gran velada para despedir el verano…o dar la bienvenida al nuevo curso.

Deseamos verles pronto entre micrófonos y cables para grabar el nuevo álbum.

© Diario de un Metalhead 2024.

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