viernes, 5 de abril de 2019

Otra vez petao. DESVAN FEST II. Avilés. 30.03.2019. Crónica y fotos.


Texto: Larry Runner.
Fotos: Jorge López Novales.

Llenazo total de nuevo en el Desván Fest. Van dos de dos, y vale, la Malecón no es el Garden de Nueva York pero no hay muchos eventos que cuelguen el “petao” a la entrada, ni siquiera en la Malecón. Enhorabuena a El Desván del Rock por ello.


Lety e Iván nos recibieron a la entrada con un dossier en el que figuraba algo de información sobre las bandas participantes, los horarios (que al final no se cumplieron) y los repertorios de cada grupo. Respecto al no cumplimiento de los horarios es ya un vicio a nivel nacional. Sigo pensando que es una falta de respeto a los asistentes. En algunos lugares es norma y tengo que reconocer que hay grupos, organizadores y espacios a los que no acudo porque jamás cumplen en ese sentido y el que esto escribe tiene poco tiempo libre como para andar perdiéndolo, la verdad. Cierto es que el retraso acumulado a lo largo de la noche no fue demasiado, pero con algo más de seriedad habría sido un festival sobresaliente. Al final la cosa se alargó demasiado y tras casi 7 horas en la Sala me fui sin despedirme de muchos por lo tarde de la hora. Tranquilos, que vi a todos.


Abrieron Leather Boys. No sé cual fue la razón para que empezaran casi 20 minutos tarde cuando mucho tiempo antes todo estaba ya montado. El caso es que el retraso ya no se recuperó. Es más, debido a unos problemas técnicos casi al final de la actuación se amplió aún más. 

Eran el grupo ideal para cerrar la noche por lo de la fiesta que suelen preparar sobre el escenario, pero por temas de trabajo no pudo ser. Es la desgracia de que nuestros músicos no se puedan dedicar de pleno a lo que les llena. Sonaron, por desgracia, bastante mal. No fue ni de lejos su mejor actuación, con largos parones entre canciones. Antes del último tema sufrieron un largo parón de más de diez minutos por un problema técnico. De eso no se salva nadie, una desgracia. Para el que no los hubiese visto últimamente quizás estuviese bien. Para los que les hemos visto bastantes veces, las ha habido mucho mejores. Una vez más tuvieron que contar con Álvaro, de Skuld, un batería “de prestado”, lo cual siempre es una putada para un grupo, aunque el baquetero cumplió con creces.


Es una opinión personal, pero creo que cuando sufrieron el parón deberían haberse bajado del escenario y favorecer el cambio para que el retraso no fuese tan grande. Preparan disco y creo que les va a venir bien. El “tour” ya ha dado todo lo que debía dar de sí. De todas formas, espero que a pesar de que lleguen temas nuevos canciones como “Decade of Decadence” o “Titty Bar” se queden en el repertorio, porque son geniales. Habrá noches mejores.


Ignis Anima fueron los siguientes en subirse al escenario de la Malecón. Los de Madrid son una banda que atrae a numeroso público en su zona. Ahora falta exportar ese éxito a los lugares a donde los familiares y amigos no llegan, algo habitual en estas bandas de sonido accesible. Ponte a hacer grindcore y no te aguanta ni tu padre. Ignis Anima con su alegre folk se abren a todos los públicos. Tienen un puñado de buenos temas, suenan muy melódicos - a pesar de que el sonido fue bastante abarullado durante buena parte de la actuación-  y no lo hacen mal. Pero hoy en día hay muchas bandas que te dan eso. ¿Dónde está lo especial? Te lo cuento.


Marca la diferencia el violín de Mercedes Olmeda. Fantástica sobre el escenario es la única que además de tocar tiene presencia e imagen. Los demás musicalmente van bien pero deberían cuidar algo más ese aspecto. Muchos les comparan con Mago de Oz. Tampoco hace falta llegar a tanto, pero que se fijen en los grupos de estilo similar y se miren. A poco que cuiden la puesta en escena se lo comen. Lo difícil ya lo tienen. Lo otro, lo de vestirse acorde a tu música, lo hace cualquiera con interés. Si su violinista parece una estrella sobre las tablas los demás han de estar a su altura. A Incursed en su día les pasó lo mismo. En cuanto prepararon un ropaje, todo fue en ascenso. Que se fijen también por ejemplo en sus compañeros de festival Sovengar. Con ese plus irán subiendo peldaños. Fijo. Ojo, que no se me malinterprete, que no es que parezca que vengan de plantar patatas, tampoco es eso ni mucho menos. Solo digo que con un poco de imagen acorde al estilo lo pueden petar. Saurom lo hicieron y al principio metían miedo. Por cierto, contaron con la colaboración de Fran de Arenia en uno de los temas.


Inntermezzo volvieron a ser sobre las tablas de Malecón lo mejor de la noche, aunque esta vez el premio lo han de compartir con Fear Crowd. Los que mejor sonaron. Deben tenerle pillado el punto a la sala. Tocan de puta madre, está claro, y cada día suenan mejor. Quizás sea porque la veteranía es un grado y la sección rítmica se las sabe todas. Tener a dos tipos como Arturo a la batería y Gus al bajo es garantía de éxito. Si a eso le sumas que Fran cada día canta mejor pues ya está. Bueno, ya no, pero casi. Y es que a las seis cuerdas tienen a un chaval de nombre Álvaro Cocina que ya arrastra a público con él. Sí, porque más de uno me dijo que había acudido hasta Avilés por verle a él. Su repertorio gana con el paso del tiempo. Me gusta mucho su nuevo tema “52 Hz” y tener un hit como “Calles” en el set-list es garantía de que aquello va a funcionar a pesar de meter a The Beatles por medio (Fran me va a matar). Algo tenía que decir, a ver si os pensabais que no iba a darles también un poco de caña ...


La Malecón es como una casa ya para Fear Crowd. No sé las veces que les he visto ya, pero hay que decir que con cada bolo la cosa mejora. Su heavy metal nos hizo vibrar, algunos hasta pareció volverles locos. Puede que las cervezas para esa hora ya pesaran, pero en la parte de delante la gente pareció chiflar. Mi gritona favorita, Leire García, se gana a cada persona que le cruza en el camino. La mujer de la perenne sonrisa enamora a hombres y mujeres por igual. Luchadora incansable en todos los aspectos de la vida, ni trabajo ni maternidad consiguieron apartarla de su banda.


Era la primera vez que veíamos a Imanol a la guitarra ocupando el puesto de Kike. El fichaje cumple con creces. Él e Iñaki se complementan a la perfección. La fuerza del bajo de Gontzal, que tanto nos recuerda al sonido Harris y la batería de Juaro hacen el resto. Heavy Metal NWOBHM. Si no te gustan es que no te gusta el Heavy. Porque no es que tengan un repertorio muy amplio que ofrecer, pero para un show de 45’ cumplen con creces gracias a canciones como “No Pienso Caer” o “Fuerza y Honor”. Himnos que redondearon con la versión del “Rainbow in the Dark” de Dio que a pesar de no tener teclados sonó bien también. Que vengan más.


Sovengar cerraron la noche. Escapé cuando presentaron la última de la noche para no tener que despedirme de más de media sala. Era tardísimo. Reconozco que tras una semana muy dura y una noche de viernes de mal dormir, estaba agotado. Aún así me quedé a verles aunque no tenía muchas ganas, la verdad. Acerté. Me lo pasé de puta madre con ellos. Vale que tanto himno y tanta broma de humor murciano entre canción y canción es algo repetitivo, pero coño, lo hacen bien. Su puesta en escena además es brutal y no se cortan ni sobre los escenarios más pequeños, así que todo mi respeto y admiración. Si además tocar algunos de sus mejores temas te meten el “The Pursuit of the Vikings” de Amon Amarth, pues aquello ya es la hostia. Todo un acierto lo del cover, pues si de un grupo vimos camisetas fue de los suecos. Un gran fin de fiesta.


Y así salió adelante de forma brillante la segunda edición del Desván Fest. De no ser por el tema de los horarios le habríamos dado un sobresaliente. Pero estoy seguro de que con ello se nos dormirían en los laureles y no queremos, les damos “caña” para que busquen la perfección. Todo nuestro cariño desde aquí para Lety e Iván. Ojalá haya más, seguro que las habrá, no hay duda. Felicidades. Y también un abrazo para otros tres personajes que trabajaron porque esto saliera adelante y no se dan tampoco un pijo de importancia. Fon de FNR, Pablo Viña que peleó con el sonido y Jose, el jefe de la Malecón que abre sus puertas al metal una y otra vez. Como en casa.


© Diario de un Metalhead 2019.