Por Larry Runner.
Hay gente que piensa que nunca va a envejecer. Deben verse como inmortales o algo así porque tocan en un grupo y logran meter en una sala a 40 personas un sábado que llueve y había fútbol. Sí, en eso se está convirtiendo el metal con el paso del tiempo.
Dicen tocar metal y ponen a su moderno estilo, ese que ha perdido lo de “heavy” por encima de todo. Piensan que son ellos los que marcan tendencia, que es lo importante según ellos. Hablan con grandonismo y desprecian a músicos veteranos y a estilos tradicionales. Sí, se piensan que son el centro del mundo y que es lo suyo lo único que vale y que lo otro es vivir en el pasado y que por ello no merece la pena.
No respetan a las generaciones anteriores porque probablemente no sepan ni el significado de la palabra respetar y hablan con un desprecio increíble de todo lo de atrás, de todo lo que para ellos es antiguo. Solo sirve lo de ahora, lo del momento, la historia no vale. No se dan cuenta de que ese riff que están tocando pensando que es lo más de lo más, no es más que una copia de un riff de In Flames, que antes fue copiado a Adrian Smith. Ignoran que su música no es más que la copia de una copia.
Tachan de casposo a todo aquello que no comulga con lo que ellos piensan que es un estilo de vida y que en el fondo no es más que una moda pasajera, una más de las muchas que ha sufrido el metal en las últimas cuatro décadas. Y es que muchos de estos veintañeros que nos dan lecciones a los que sumamos más años están aquí por moda, no más que eso, y en apenas unos años dejarán la guitarra de lado y se dedicarán a ser gente de provecho, porque con 40 años no se puede ir de metalero por la vida. Son los que en un par de décadas dirán a los jóvenes de turno “yo tocaba en un grupo” o “yo también era metalero”, sustituyendo a los personajes de la actualidad que nos dan la chapa en los bares por la noche con el “yo era heavy”.
Hablan con desprecio del heavy metal tradicional, de sus músicos y hasta de la gente de prensa que lleva tiempo en ello. Eso sí, cuando les conviene, bien que van a esos veteranos para que les echan un cable. Porque vivimos en un país donde la gente desprecia a personajes como Basa o Mariskal, e incluso a los que tenemos veinte años menos, pero que enseguida cambia el discurso cuando les sacan en sus webs, radios o televisiones y pierden el culo por salir en Metal Hammer, esa revista que "es una mierda" cuando no salen ellos. Entonces lo de la caspa pasa a ser secundario y que los dinosaurios les entrevisten al final mola mucho. Y es que los que llevan tiempo en esto y tienen tirón, lo tienen por algo, y ese algo se llama TRABAJO, no viene caído del cielo. Han dedicado su vida a la música que amaban. Si el tiempo que se pasa la gente echando mierda en las redes sociales lo gastara en trabajar por la escena del país estábamos al nivel al menos de Escandinavia.
Entiendo que te veas inmortal, que te creas mejor por ser joven, todos tuvimos tu edad y por eso entendemos tu grado de estupidez, pero si desprecias a los veteranos luego no quieras que te apoyen, que hablen bien de ti, que se molesten en ir a verte y mucho menos en escuchar tu disco en el que la mitad son trampas de ordenador.
Si no respetas, no pidas. Al menos ten decencia.
Dedicado a todos aquellos compañeros de prensa que llevan tiempo creando escena y que cada día reciben en redes sociales desprecios por parte de estúpidos que están de paso en este mundillo. Mundillo del que algunos hemos hecho un modo de vida aunque nunca haya estado bien visto en este país de rancios, criticones y mediocres frustrados que nunca jamás han hecho nada que no fuera más que en beneficio propio.
© Diario de un Metalhead 2017.
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