Por Simón García López.
Hoy se pone en circulación el nuevo y esperadísimo disco de MORBID ANGEL. Esperadísimo porque después del “Illud divinum insanus”, la curiosidad de muchos e inquietud de la mayoría era notable y fundada. El regreso de Vincent a la banda, vuelta que a muchos entre los que me vuelo a incluir llenaba de ilusión, terminó siendo un desastre de consecuencias esperpénticas e impropias de un grupo de la trayectoria de Morbid Angel. Conflictos personales, cruces de declaraciones, mierda por todos lados que dio como resultado la separación de Morbid Angel en “dos Morbids”, los de Azagthoth y los de Vincent. Morbid angel y I am Morbid respectivamente. A día de hoy los primeros tocan temas de los discos de Tucker, quien después de la marcha de Vincent fue llamado para ocupar una vez más su lugar, y los segundos canciones de los discos de Vincent, lo que da lugar a que al parecer si se quiere escuchar en un directo temas de todos los discos de Morbid hay que ir a ver a dos grupos. Surrealista.
No voy a adentrarme en valoraciones personales sobre unos y otros, sobre el desenlace de la separación de la formación tras el Illud. Es resultado es simplemente surrealista y triste para los fans de Morbid angel. Todo lo que aquí ha ocurrido demuestra una vez más, aunque sea una reflexión de perogrullo, que los grupos independientemente de lo buenos o legendarios que sean están formados por personas de carne y hueso, y como tales, tienen los mismos defectos, virtudes y miserias que todos, que tú que lees esto y que yo mismo que lo escribo. Los mitificamos, los convertimos en dioses, en nuestros héroes, pero arrastran por suerte o desgracia las mismas debilidades que todos. El poder igualador de la miseria humana es tan potente como el de la muerte. Estas miserias han llevado de la misma manera a otros grupos como con Venom, Entombed o Sepultura a cometer los mismos errores. Así tenemos por el mundo diferentes personas con diferentes grupos haciendo más o menos lo mismo, o usando el nombre de los clásicos con algunas alteraciones para no meterse en cuestiones de propiedad, unos con más dignidad, otros con ninguna, que reclaman autorías de discos clásicos o se aprovechan de un nombre y trayectoria para salir adelante y ganar unas perras. Todo vale. ¿Ética? ¿Dignidad incluso? Tristemente, no.
Sobre el disco de Morbid Angel, lo primero que hemos de decir es que los fans de siempre del grupo pueden escuchar tranquilos el disco. No hay sorpresas. Han vuelto a la senda de la música brutal, pesada y oscura. El nivel de alivio que esto supone para los amantes de la música extrema me imagino que será indescriptible. Que esto sería así se veía venir, pero después de tanto sobresalto, uno no puede remediar estar con la mosca detrás de la oreja. Morbid Angel no es que solamente haya metido la pata con el “Illud divinum insanus”. El “Heretic” era ya un disco extraño, muy por debajo de la calidad media de todos los discos anteriores, con un montón de pistas, solos de batería y guitarra, canciones de relleno carentes de la calidad necesaria, un sonido alejado de la potencia habitual… El “Heretic” fue el primer aviso del agotamiento creativo del grupo. Después la concatenación de desatinos que se resumen en: la reunión de la formación del “Domination”; Vincent como permanente mientras que Rutan ponía pies en polvorosa y Sandoval padecía graves problemas de salud; 8 años sin editar nada hasta el el desastre, el esperpento del “Illud”; la salida de Vincent por la puerta trasera; I am Morbid… Demasiadas cosas que, en definitiva, todas juntas suman 17 años sin que Morbid Angel haya sacado un disco a la altura de lo que los ha convertido, por méritos propios, en una leyenda del Death Metal. 17 años desde “Gateways to annihilation”, su última obra maestra. Se dice pronto. 17 años es la mitad de mi vida sin ir más lejos.
“Kingdoms disdained” es como decíamos un disco brutal, oscuro y súper potente. Está Rutan a la producción y eso es un seguro de vida. Se ha convertido en un gurú de la producción y desde hace tiempo, la mayoría de grandes bandas de Death metal se ponen en sus manos. Morbid angel, Cannibal corpse, Aeon o Krisiun son algunos de estos ejemplos.
Con este disco Morbid Angel han demostrado que se han acabado las tonterías. Seguramente Vincent, si saca finalmente disco con I am Morbid hará un disco de Death metal sin experimentos, al estilo de los Morbid del primer lustro de los 90, porque esto creo que se ha convertido en una batalla para demostrar que “Illud” es culpa, como siempre, del otro y que la esencia del Death metal estaba en manos, como siempre, de uno mismo. Pero de ser así, bienvenido sea para todos.
“Kingdoms disdained” es una mezcla evolucionada y más dinámica del “Formulas fatal to the flesh” y el “Gateways to annihilation”, con canciones más complejas y sutilmente más cortas, con más cambios de ritmo. Tucker, regresando como salvador de la integridad del grupo, realiza una vez más un trabajo estupendo. Su tono ha cambiado. Es menos gutural, más agresivo, pero igualmente efectivo. Echo de menos en las primeras escuchas, que esos doblajes de voz tan característicos que profundizaban en lo diabólico no estén más marcados, pero por lo demás está perfecto, con su buen gusto habitual para meter las voces.
Recupera el grupo la oscuridad de los dos discos citados, volviendo las guitarras opresivas y bajadísimas de tono, los punteos místicos de Trey, las atmósferas pesadas. El trabajo de Scott Fuller a la batería es sensacional también. Aporta el punto moderno en composición, pero sin perder la esencia de Morbid y Sandoval, característica siempre del sonido del grupo. Es bestial su manera de tocar, sobre todo con los dobles bombos, convirtiendo al grupo en una absoluta apisonadora.
Por citar algunos temas, nos encontramos con canciones tipo “Gateways” como “Garden of disdaine” o “Paradigms warped”, lentas y pesadas, aplastantes; canciones por lo general complejas y rápidas, con muchos cambios y matices como la inicial “Piles of Little arms” o “From the hand of kings”; canciones con el toque “Formulas” sobre todo en las voces como “The Pillars crumbling” y alguna cosa más original alejada de la tónica general del disco como “Declaring new law (Secret hell)”, la más experimental, una especie de marcha ritual, pesada y lineal.
En resumen, “Kingdoms disdained” es una vuelta a lo lógico, que no es poco. Sería una continuación perfecta al “Gateways”, pero las cosas no salen como uno quisiera, ni mucho menos. No suele suceder cuando dependen de ti, como para suceder en estos casos. Hemos tenido que aguantar mucha miseria hasta llegar a esto y solo el tiempo dirá si ha merecido la pena. Si Morbid angel se reenganchan a su historia habrá merecido la pena. Si el circo continúa habrá sido en vano.
El disco es bueno y lo he disfrutado en las primeras escuchas, pero ahora mismo y para ser sincero, lo único que me permite, tras todos estos años, es respirar aliviado.